Capitalismo nihilista
La obra de Santiago Alba Rico va creciendo. Nada más que en lo va de año -sin contar sus colaboraciones en prensa escrita y digitalizada com en La Dinamo o en www.rebelion.org- ha publicado cuatro hermosos, profundos y necesarios libros. De ellos daremos cuenta en otro momento.
Se pueden llenar muchas páginas analizando el peculiar estilo de Santiago. Lo menos que se puede decir es que el suyo es radicalmente inconfundible. Hay momentos de su escritura que nos hacen valorar su prosa como una potente arma de combate. No olvida los frentes. No se repliega en unas indiferentes líneas de vana literatura. Cada frase está pensada hasta el agotamiento. Son partes de la guerra diaria del capital contra la vida humana. Cuando en más de una ocasión se ha declarado marxista no lo hace por comulgar de manera colectiva con intragantables ruedas de molino. No. Lo hace por haber devorado hasta el cansancio las fórmulas filosóficas de un insuperable Marx. Se nota no sólo que lo ha leído sino que lo ha digerido después de haberlo devorado con alma, pasión y vida.
Más de la mitad de su último libro se puede leer sin necesidad de irse a una librería. Pues algunos de sus capítulos han sido escritos de combate publicados en el diario digital Rebelión. Pero leer Capitalismo y nihilismo. Dialéctica del hambre y la mirada es una excelente experiencia por su unidad temática. Está muy bien ensamblado como conjunto. La lectura se hace cómoda.
Santiago Alba rompe y desgarra. Merece muchísimo la pena leerlo. Tiene una muy buena pluma. Es uno de nuestros más inteligentes y sabios filósofos. Su escritura es humana, demasiado humana. Está pegada a las necesidades de nuestro tiempo. Cada frase esta bien pensada. Forman parte de un grito desolador y desconcertante.
No vivimos en el mejor de los mundos. pese a que las brumas del humo contaminante así nos lo quieran y deseen sugerir a primeras horas de todas nuestras sufribles mañanas.
Las lecciones de un escritor como Santiago son impagables. Entendemos muy bien que hace ya unas décadas no accediera al pésimo mundo de la enseñanza después de haber cursado la licenciatura de Filodoxía en la pésima y repugnante Universidad Central -¿Complutense?- de Madrid. Otros lo hicieron con deleznables resultados. La orquila de la escritura burrocrática asesina de raíz cualquier pensamiento que se pretenda libre. Una gran parte de la caquexia pseudomarxista se cree que es un mérito haber permanecido prisionero de la lógica estatal de un aparato Ideológico como es la puta Universidad.
Santi tiene una escritura distinta. Cuando escribe dice. Y dice cosas que golpean. No repite lo que ya han dicho otros. Aunque pierda una gran parte de su tiempo en leer las estupideces que otros cretinos escriben desde sus particulares cátedras indecentes.
Él nos muestra que en una defromación social capitalista los más hambrientos no son las mayorías sociales que malviven en la miseria. El instinto bestial de asesinar por hambre es un don de las elites criminales del capital. Con su conducta nos imponen la pena máxima a todos los demás. Es ese afán por poseer más recursos que los que nadie puede consumir lo que caracteriza a la lógica maléfica de la basura pornocapitalista.
No es nada fácil malvivir en este mundo. El capital es una fuerza destructiva nihilista. Reduce todo el universo a cenizas. La nada se hace, avanza,... Y esa nada crea a sujetos estúpidos que hacen de su infelicidad modos infernales de seducción estética.
Se pueden llenar muchas páginas analizando el peculiar estilo de Santiago. Lo menos que se puede decir es que el suyo es radicalmente inconfundible. Hay momentos de su escritura que nos hacen valorar su prosa como una potente arma de combate. No olvida los frentes. No se repliega en unas indiferentes líneas de vana literatura. Cada frase está pensada hasta el agotamiento. Son partes de la guerra diaria del capital contra la vida humana. Cuando en más de una ocasión se ha declarado marxista no lo hace por comulgar de manera colectiva con intragantables ruedas de molino. No. Lo hace por haber devorado hasta el cansancio las fórmulas filosóficas de un insuperable Marx. Se nota no sólo que lo ha leído sino que lo ha digerido después de haberlo devorado con alma, pasión y vida.
Más de la mitad de su último libro se puede leer sin necesidad de irse a una librería. Pues algunos de sus capítulos han sido escritos de combate publicados en el diario digital Rebelión. Pero leer Capitalismo y nihilismo. Dialéctica del hambre y la mirada es una excelente experiencia por su unidad temática. Está muy bien ensamblado como conjunto. La lectura se hace cómoda.
Santiago Alba rompe y desgarra. Merece muchísimo la pena leerlo. Tiene una muy buena pluma. Es uno de nuestros más inteligentes y sabios filósofos. Su escritura es humana, demasiado humana. Está pegada a las necesidades de nuestro tiempo. Cada frase esta bien pensada. Forman parte de un grito desolador y desconcertante.
No vivimos en el mejor de los mundos. pese a que las brumas del humo contaminante así nos lo quieran y deseen sugerir a primeras horas de todas nuestras sufribles mañanas.
Las lecciones de un escritor como Santiago son impagables. Entendemos muy bien que hace ya unas décadas no accediera al pésimo mundo de la enseñanza después de haber cursado la licenciatura de Filodoxía en la pésima y repugnante Universidad Central -¿Complutense?- de Madrid. Otros lo hicieron con deleznables resultados. La orquila de la escritura burrocrática asesina de raíz cualquier pensamiento que se pretenda libre. Una gran parte de la caquexia pseudomarxista se cree que es un mérito haber permanecido prisionero de la lógica estatal de un aparato Ideológico como es la puta Universidad.
Santi tiene una escritura distinta. Cuando escribe dice. Y dice cosas que golpean. No repite lo que ya han dicho otros. Aunque pierda una gran parte de su tiempo en leer las estupideces que otros cretinos escriben desde sus particulares cátedras indecentes.
Él nos muestra que en una defromación social capitalista los más hambrientos no son las mayorías sociales que malviven en la miseria. El instinto bestial de asesinar por hambre es un don de las elites criminales del capital. Con su conducta nos imponen la pena máxima a todos los demás. Es ese afán por poseer más recursos que los que nadie puede consumir lo que caracteriza a la lógica maléfica de la basura pornocapitalista.
No es nada fácil malvivir en este mundo. El capital es una fuerza destructiva nihilista. Reduce todo el universo a cenizas. La nada se hace, avanza,... Y esa nada crea a sujetos estúpidos que hacen de su infelicidad modos infernales de seducción estética.
2 comentarios:
Soy un gran admirador de Santiago Alba y me duele leer este post. Este hombre tendrá sus razones para no haber enseñado en la facultad de filosofía, pero dudo mucho que una de ellas sea por tus opiniones respecto a la Universidad. Es más, Santiago Alba tiene grandes amigos aquí y de vez en cuando viene invitado a dar conferencias, si, conferencias en la Universidad. Y siento decirte querido escritor de este blog, que no todo en la Universidad está contaminado y mucho menos en la filosofía, qué es dónde más libertad hay de pensamiento.
PD. Santiago Alba cita y re-cita muchísimos autores intelectuales y filósofos en todas sus obras para poder explicar los conceptos que pretende explicar. Y esos autores, de nuevo, querido escritor de este blog, han sido, son y seguirán siendo aprendidos en esa facultad de filosofía.
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