Escribir de otra manera. Hace falta gritar llegando a decir en voz alta lo que los cansinos no se atreven a pronunciar.
Nuestra Graná está corroída por la burrocracia. Es una city de funcionarios que no funcionan. Y habría que añadir: ¡y que sea así! ¡Es mejor que vegeten y que se hagan los dormidos!
Vaya con la tierra del chavico: ¡no hay por dónde cogerla!
Está deshaciéndose en pedazos y pese a que sus calles están llenas de especialistas en las sempiternas pseudociencias de la Nada: se deja hacer, se deja pasar.
No importa que en miles de años los campesinos aprendieran a cultivar la tierra con el cariño y el sudor de ver crecer sus plantas a diario. Llegan cuatro jerifaltes de la tribu de los Montero y son capaces de secar todo lo que florece.
Han hecho en plena Avenida de la Prostitución constitucional -antes nombrada con el nombre y apellidos del terrorista de Falange Calvo Sotelo- una pista para el aterrizaje de aviones. Arrancaron los árboles que había y han dejado que se sequen los que han sembrado en maceteros invivibles de hormigón. ¡¡Mala puñalá os den que no os dejen ni aliento pa moriros de la segunda bocaná de sangre que os suba a la boca!!
Nuestra Graná está corroída por la burrocracia. Es una city de funcionarios que no funcionan. Y habría que añadir: ¡y que sea así! ¡Es mejor que vegeten y que se hagan los dormidos!
Vaya con la tierra del chavico: ¡no hay por dónde cogerla!
Está deshaciéndose en pedazos y pese a que sus calles están llenas de especialistas en las sempiternas pseudociencias de la Nada: se deja hacer, se deja pasar.
No importa que en miles de años los campesinos aprendieran a cultivar la tierra con el cariño y el sudor de ver crecer sus plantas a diario. Llegan cuatro jerifaltes de la tribu de los Montero y son capaces de secar todo lo que florece.
Han hecho en plena Avenida de la Prostitución constitucional -antes nombrada con el nombre y apellidos del terrorista de Falange Calvo Sotelo- una pista para el aterrizaje de aviones. Arrancaron los árboles que había y han dejado que se sequen los que han sembrado en maceteros invivibles de hormigón. ¡¡Mala puñalá os den que no os dejen ni aliento pa moriros de la segunda bocaná de sangre que os suba a la boca!!
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