viernes, 5 de octubre de 2007

Res Publica y ciudadanía: La hipocresía moral de la escuela católica

Se están rasgando algunas vestiduras con la asignatura de Educación para la ciudadanía dentro del clero católico. Hay un tal Cañizares que no para de decir sandeces. El otro día se despachó muy agusto en un auditorio donde estaba entre el público hasta la mismísima cara clonada que Franco impuso a las monedas de curso legal en su criminal Generalato, allí estaba Gabriel Albiac de cuerpo presente en tanto que cátedro y puta ilustrada que escribe a precio de oro sus disparatadas y bélicas columnas. Al mediocre diablo de la diócesis toledana le dio por desbarrar y calificó a la asignatura de marras de Eje del mal emulando al aznarfabeto Georgito Bush. Una materia, sin embargo, que debiera ser el eje central de un sistema educativo racional para que enseñara con rigor los valores republicanos de la ciudadanía a los súbditos del Reino monárquico de los Bribones borbónicos. "Eje del Mal". Se nota que su señoría está hecha a imagen y semejanza de las doctrinas impartidas por el Imperio yanqui en la criminal Escuela de las Américas y no en las enseñanzas rebeldes de un campesino judío que respondía al nombre de Jesús. ¡Virgen Santa si Cristo resucitara y viera a los que con tanto boato deshonran y manchan su nombre!
Si en el Reino de España hubiera en verdad un gobierno republicano y socialista salido de las decisiones ciudadanas en un auténtico proceso de constitución democrática haría ya tiempo que se le habrían puesto las castañas al fuego a tanta hipocresía escolar católica. ¡Que no quieren impartir en sus colegios concertados tales y cuales enseñanzas -científicas, filosóficas, políticas, etc-!: pues se le suspenden las ayudas estatales y punto. ¿No están haciendo apología contante y sonante de las maravillas del mercado capitalista? Pues: ¡no se hable más!, ni una ayuda más de los impuestos de la ciudadanía. El que quiera llevar a su prole a colegios caros para que sus vástagos puedan sacar a relucir signos de distinción social pues que se arruine pagando el 100% de su coste. Y cuando hayan cursado su enseñanzas primaria y secundaria en sus colegios si quieren ver convalidados sus títulos tendrán que pagar por examinarse en las Instituciones Educativas Públicas pertenecientes al Estado.
Quieren hacer objeción de conciencia: ¡perfecto! Pero que el Estado vaya poniendo las cosas públicas -esto es: Res Publica- en su sitio.

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