sábado, 27 de febrero de 2010

Las Putas Patrañas de los Bribones en el Reino FrancoBourbónico del Terrorismo Americano

Las huellas de la Alianza Atlántica en el 23-F

Blog antiimperialista

www.rebelion.org 26/02/10

A finales de la década de los 70 y comienzos de la de los 80, Estados Unidos veía con preocupación las intenciones del presidente español, Adolfo Suárez de mantenerse al margen de la guerra fría y no tomar partido por ninguno de los dos bloques en conflicto.

Las aspiraciones soberanistas de Suárez chocaban de lleno con los deseos de Washington de ver a España plenamente integrada en la OTANOrganización del Terrorismo desde América del Norte con fines industriales– y contar de este modo, con una posición geoestratégica clave, en el tablero de ajedrez de la guerra fría.

Además, en esos momentos, la oposición popular a la anticomunista Alianza Atlántica era enorme en toda España, igual que en la mayor parte de los países de Europa occidental.

Por todo esto, la CIA llegó a considerar el golpe de Estado como la mejor opción para forzar la entrada de España en la OTAN. Una entrada deseada también por la cúpula militar, pues con ella, los presupuestos públicos destinados al ejército aumentarían de forma vertiginosa, del mismo modo que las ayudas económicas internacionales para la “modernización” del mismo.

Con tal propósito en mente, Estados Unidos nombró como embajador, al ultraderechista Terence Todman que ya había jugado un papel activo en los golpes de Estado de Pinochet, en Chile, y de Videla, en Argentina.

Pero sin duda, la prueba más evidente del interés yanqui, en el golpe de Estado, la encontramos en una publicación de la época, llamada Transnational Security, elaborada y distribuida por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y que, según palabras de la propia publicación “No se envía necesariamente a petición, ni se buscan suscripciones. Se envía a dirigentes políticos y cuidadosamente seleccionados, altos ejecutivos… que son conscientes de la necesidad de resistir la permanente ofensiva soviética…” (pag. 207, Calderón).

Según una investigación del propio CESID (servicios de inteligencia español), el objetivo de Transnational Security era “crear la imagen, en esos momentos delicados por los que atravesaba España, de que el Centro estaba dominado por un grupo progresista, (…) que pretendía facilitar la conquista de España por el comunismo internacional” (pag. 207, Calderón). Una versión muy alejado de la realidad (recordemos que Adolfo Suárez desempeñó un activo papel durante el franquismo), pero muy útil para demonizar (en unos tiempos de auténtica paranoia antisoviética) a un gobierno que no quería plegarse a los intereses de una potencia extranjera.

Fue concretamente en el número de febrero de Transnational Security (anterior, por lo tanto, al golpe de estado), donde, tras hacer un análisis totalmente negativo de la situación política y económica de España, haciendo (¡cómo no!) especial hincapié en la amenaza que constituía el "terrorismo", propone, entre otras cosas, la solución “a la turca”, en referencia al golpe de Estado de Turquía, en el que, las investigaciones de Daniel Ganser han demostrado que la OTAN desempeñó un papel crucial.

Brian Crozier, responsable de la publicación (según las explicaciones dadas por Washington al CESID) y destacado colaborador de la CIA, que tenía estrechas relaciones con otros servicios secretos occidentales como el alemán, el suizo, el francés o el inglés (como indicaba la prestigiosa publicación alemana “Der Spiegel”, en su número del 18 de septiembre de 1982), mantuvo conversaciones en Madrid, con destacados militares y civiles de mentalidad abiertamente reaccionaria, con anterioridad al 23-F, en las que probablemente les expodría las “preocupaciones” que ya había expresado por escrito en Transnational Security.

Tras el 23-F, la publicación de la CIA haría una valoración muy positiva de lo sucedido aquel día y daba un aviso para “navegantes”: “La demostración de fuerza efectuada por la Guardia Civil en Madrid y por las fuerzas locales en Valencia, el 23 de febrero, no puede ser ninguna sorpresa para los lectores de nuestro último artículo. Debe ser, sin embargo, considerada más como una dramática protesta contra la incapacidad del gobierno que como un golpe de Estado fallido -¿? Pero: ¡si consiguió sus objetivos!–. Aunque el rey Juan Carlos actuando rectamente se disoció del mismo, puede aún considerarlo necesario para usar la fuerza por sí mismo” (pag. 209, Calderón).

Fuera como fuese y tras el 23-F, con Adolfo Suárez fuera de combate (un mes antes había presentado su dimisión), todas las grandes opciones políticas, excepto el PCE, utilizando como altavoces los principales medios de comunicación, emprendieron una demagógica campaña propagandística, en la que se presentaba la entrada de España en la OTAN, como la única solución posible para poner punto y final a la triste tradición golpista de la historia española. Una campaña que pasaba por alto, intencionadamente, la solución que pocos años antes habían intentado Suárez y Gutiérrez Mellado, y que, al contrario que la entrada de España en la OTAN, no suponía la supeditación a los intereses de potencias extranjeras abiertamente imperialistas y anticomunistas. Una solución que era tan simple como la Reforma Militar.

Si analizamos el 23-F, tan sólo, como el intento de una cúpula militar reaccionaria por hacerse con el poder, podríamos concluir que el golpe de Estado fue todo un fracaso, pero si lo analizamos como un método de intimidación a la clase política y a la ciudadanía española, planificado por esa misma cúpula militar, en concierto con la Alianza Atlántica, el 23-F fue todo un éxito.

Fuente bibliográfica:

· Algo más que el 23-F”, Javier Calderón y Florentino Ruiz, La Esfera de los Libros S.L., Madrid (2004).

· Fuente: http://antimperialista.blogia.com/2010/022201-las-huellas-de-la-alianza-atlantica-en-el-23-f..php

En los Putos Estados Hundidos de NorthAbélica la muerte de sus presos ni es noticia ni se comenta a diario

La desvergüenza del gobierno de Estados Unidos

www.granma.cu

26 de febrero de 2010

De cada cuatro presos en el mundo, uno está en una cárcel de los Estados Unidos. La composición de los presos es profundamente racista: uno de cada 15 adultos negros está preso; uno de cada 9 entre 20 y 34 años; y uno de cada 36 hispanos. Dos tercios de los condenados a cadena perpetua son negros o latinos, y en el caso del estado de Nueva York, solo el 16,3% de esos reclusos son de raza blanca.

· Cada año mueren 7 000 personas en cárceles estadounidenses, muchas son asesinadas o se suicidan.

· Por ejemplo, los guardias en las prisiones de Estados Unidos usan regularmente pistolas Taser. De acuerdo con un informe de una organización, 230 ciudadanos estadounidenses murieron por el uso de este tipo de armas desde el 2001. En la denuncia se citó el caso de una prisión en el condado de Garfield, Colorado, acusada de utilizar regularmente estas pistolas o pulverizadores de pimienta contra los presos, y de atarles después a sillas en posturas extrañas durante varias horas.

· Recientemente, se informó que 72 personas han perdido la vida en los últimos cinco años dentro de los centros de detención de emigrantes.

· Un informe dado a conocer por el Departamento de Justicia de Estados Unidos en el mandato final de W. Bush, señalaba que había 22 480 encarcelados en prisiones estatales y federales que eran portadores del VIH o enfermos confirmados de SIDA, y se estimaba que 176 reclusos estatales y 27 federales murieron por causas relacionadas con SIDA. Por ejemplo, de acuerdo con una información de Los Angeles Times del 20 de septiembre de 2007, se registraron 426 casos de muerte en las prisiones de California en el 2006, debido a un tratamiento médico tardío. De ellos, 18 fallecimientos fueron considerados como "evitables" y otros 48 como "posiblemente evitables". Un recluso diabético de 41 años de edad, Rodolfo Ramos, murió después de haber sido abandonado solo y cubierto por sus propias heces durante una semana. Los funcionarios de la prisión no le proporcionaron tratamiento médico, pese a conocer su condición.

· Al menos en 40 estados de la Unión las cortes tratan como adultos a norteamericanos de entre 14 y 18 años. Unos 200 000 menores son sometidos en Estados Unidos a juicios en tribunales para mayores, a pesar de estar demostrado lo equivocado de este proceder.

· Trece centros de detención de menores en Estados Unidos sufren de altos índices de abuso sexual y en promedio, uno de cada tres jóvenes recluidos denunciaron haber sido agredidos.

· En las prisiones hay aproximadamente 283 000 enfermos mentales, cuatro veces más que en los hospitales psiquiátricos.

· El 4,5% de los presos en cárceles estatales y federales sufrió uno o más ataques sexuales. El 2,9% informó haber sufrido incidentes en los que había estado involucrado el personal de las instalaciones penitenciarias, mientras el 0,5% afirmó haber sido atacado sexualmente por otros presos y por el personal penitenciario.

· Formas físicas y directas de brutalidad y tortura contra presos son endémicas en las prisiones de Estados Unidos. Hace unos pocos años, una película británica, Torture: America’s Brutal Prisons (Tortura: Las prisiones brutales de Estados Unidos), incluye horrorosas escenas de cámaras de vigilancia en Florida, Texas, Arizona y California, en las cuales los guardias golpean severamente a presos —hasta matan a varios— con pistolas Taser y eléctricas, perros de ataque, rociadas de químicas y dispositivos peligrosos de inmovilización. Pero, lo más dañino de la incomunicación prolongada es que ese abuso mental de los presos los afecta de manera profundamente alarmante. Muchos presos se vuelven locos (si es que no eran enfermos mentales ya) o se suicidan, por este castigo infrahumano. Se encuentran en unidades de segregación restrictiva, y muchos de ellos también están en aislamiento —pero el gobierno no da a conocer esos datos. La mayoría de los presos en Estados Unidos que están incomunicados lo han sido durante más de cinco años.

viernes, 26 de febrero de 2010

De lo que ni se ve ni se entiende: la sexplotación pornocapitalista tanatocrática impone sus códigos diarios a sangre y fuego

Salaam Habana

Gabriela Martin

Rebelión 26/02/10

Salaam Bombay es una película india que nos muestra las terribles vivencias de los niños de la calle en Bombay.

Krishna es un niño de temprana edad que por diversas circunstancias familiares es abandonado a su suerte y debe sobrevivir de cualquier modo en las calles de Bombay.

En su recorrido se encontrará con la trata de blancas, la venta y consumo de heroína y la miseria más absoluta.

La escena que más me sorprendió de esta película es el banquete de bodas, donde los niños trabajan como camareros (sirviendo el convite) por 20 rupias, unos 0’31 €, el día entero. El hecho es que a ningún invitado parece molestarle esta explotación infantil. Da la impresión que la sociedad india lo tiene bien asumido.

A pesar de haber ganado numerosos premios en diversos festivales la directora india Mira Nair también ha recibido críticas negativas. Una de ellas es que “la película ofrece una mirada-denuncia puramente occidental, y que por eso Nair no sería una verdadera india. Debería introducir otros elementos como la religión, misticismo” y supongo yo el exotismo de las “Mil y una noches” que tanto nos gusta por este lado “occidental” del mundo.

Es evidente que a nadie le gusta ver tanta desgracia junta y que resulta mucho mas placentero poder descubrir las diferencia agradables de una cultura tan singular como la india y tan diferente a la nuestra.

La burguesía india nos ha vendido una imagen bollywudiense esplendorosa, donde los saris de seda, las flores amarillas y el abanico de divinidades logran tapar todo ese submundo de pobreza y desamparo que se sabe existe pero también se minimiza fácilmente.

Como diría una amiga mía amante de esta cultura “la india es maravillosa. A los pocos días te acostumbras al olor a mierda mezclado con sahumerio”. Y ya está.

Allí van los occidentales fascinados con la amabilidad de estos “pobres hindúes que nunca se quejan de nada y todo lo aceptan con una blanca sonrisa”. ¡Genial! No se quejan de nada, si no imagínate que aburrimiento de país si cada vez que va un acomodado occidental estas gentes nos hicieran sentir culpables de sus vidas miserables. Por suerte, nada de eso ocurre y podemos volver a casa con la conciencia tranquila, que nada debemos y de nada somos responsables, ni que hablar si encima colaboramos veinte días en una ONG. Ya tenemos hecha la buena acción del año o de toda la vida.

Sí, allá y a eso vamos los occidentales. Esos mismos occidentales cuya mayor audacia de conciencia es alabar sin fisuras a un Gandhi que fracasó rotundamente en la eliminación de las castas, o sea, de las diferencias de clases fundamentadas en el fanatismo religioso.

Y ahora propongo que peguemos un largo salto geográfico y viajemos a América, la Latina, no la otra, y nos detengamos en Cuba, esa pequeñísima isla que tanto da que hablar. También aquí hay turismo europeo y burgués del bueno pero las cosas se miden con otra vara.

Aquí también se minimizan aspectos de la sociedad visitada… pero al revés. En lugar de sus carencias e inconvenientes son los logros de la Revolución Cubana lo que se minimiza. Se sabe de su excelente servicio de salud, su sistema educativo y la máxima protección a la infancia, pero nada de eso tiene importancia, lo condenable es que el cubano medio no puede decidir libremente hipotecarse de por vida o hacer turismo barato o a lo sumo morirse de un empacho de consumismo puro y duro.

Y siempre son los mismos, los occidentales, los que condenan a Cuba, donde jamás veríamos la explotación, desidia y miseria que sufren millones de personas en la India y salvan a esta última, donde no parece tener importancia la pobreza: simplemente forma parte del paisaje urbano y se acepta sin más; sin embargo, las dificultades cubanas, que por otra parte no llevan a la indigencia a ningún ciudadano cubano, son tan trascendentales que medio mundo se esfuerza en dar lecciones al gobierno y al pueblo cubano de cómo llevar adelante la soberanía de su país.

¿Por qué nos parece tan alucinante la India Bollywudiense que nos han vendido desde el turismo y que en realidad no conocemos ni nos interesa conocer y, sin embargo, no podemos tolerar la revolución social cubana? ¿O es que necesitamos ejercer esa condescendencia paternalista con un pueblo siempre amable y sonriente que se supone acepta su puto karma sin rechistar? Quizás detrás de esos enormes y hermosos ojos negros indios haya muchas lágrimas y no tanta alegría cuando el europeo de turno no está presente.

En Cuba no hay servilismos y la alegría mezclada con sus tristezas es auténtica, no se intenta agradar al europeo por el solo hecho de serlo, los cubanos enseñan y aprenden a ser solidarios con los otros seres humanos por su desnuda condición de humanos, sin oropeles, y el respeto hay que ganarlo. Quizás ese sea su mayor pecado, si es que el pecado existe.

A la exótica India se le perdona todo a la Cuba revolucionaria no se le perdona nada.

Nota aclaratoria: salaam en árabe significa paz.

martes, 23 de febrero de 2010

29 años de MENTIRAS sobre un Triunfante golpe de Estado en el Reino FrancoBourbónico de los Bribones contra la democracia

El rey debe asumir sus responsabilidades

aunque eso sea ANTICONSTITUCIONAL porque la de 1978 lo declara que es un IRRESPONSABLE

(NOTA subtitular de LPGr)

un artículo del coronel Amadeo Martínez Inglés parainSurGente).-

Ha costado casi tres décadas pero al final la verdad, como no podía ser de otro modo, ha saltado a la luz con fuerza inusitada (de momento, solo a través de los no censurados canales informativos de la red) una vez que el secreto mejor guardado de la transición, la muy reservada directiva golpista de la cúpula militar española de los años ochenta clasificada como “Máximo Secreto” y que contemplaba la madrugada del 2 de mayo de 1981 como siniestro punto de partida de un nuevo “Alzamiento Nacional”, la desconocida hasta hace muy pocos días “Operación Móstoles”, la técnicamente conocida por sus planificadores y valedores como DIPLANE (Directiva de Planeamiento Estratégico) CGA-02M-81 de la Capitanía General de Aragón y con “poder operativo real” sobre el 80% del conjunto de las FAS españolas de la época… está ya a disposición de todos los españoles.


Sí, así es, a día de hoy, cuando se cumple el vigésimo noveno aniversario del famoso y mediático 23-F, acaba de desvelarse el último de sus secretos y ya se sabe a ciencia cierta cuál fue la razón última (y única) de que en España se desarrollara, en la tarde/noche de aquél tragicómico día 23 de febrero de 1981, una de las mayores y chapuceras maniobras político-militares que recuerda la historia de este país: contra el orden establecido, contra la propia Constitución española, contra sus leyes y contra la pacífica convivencia de todos sus ciudadanos. Y a cargo, precisamente (aunque la verdad durante todo este tiempo ha permanecido escondida tras las amplias bambalinas mediáticas del sistema) de la más alta autoridad institucional que debía garantizar todo lo anterior: el jefe del Estado español a título de rey, Juan Carlos de Borbón.


Sí, sí, amigos, nos han estado engañando durante casi treinta años (cortesanos, periodistas, políticos y pelotas de la muy rancia monarquía de derecho franquista que todavía “disfrutamos”) a los ciudadanos de este país en relación con el 23-F, haciendo pasar por un rey valentón, salvador de la democracia y defensor de los derechos y libertades de todos sus súbditos a un señor (con corona eso, sí) que, en realidad, fue el impulsor, el coordinador y el máximo responsable de aquella mal llamada “intentona militar involucionista”. Y es ahora, tras 29 años de silencio culpable por parte de los poderes públicos en los que nos hemos tenido que tragar historietas falsas sobre “el bueno y gran Borbón” que nos salvó a todos los españoles de Tejero y los suyos, y hasta series televisivas hagiográficas y repugnantes por parte de TVE, cuando por fin se puede demostrar con pruebas irrefutables provenientes del ámbito militar que este monarca sin par, Juan Carlos I, demócrata, valeroso, enviado por Dios cual nuevo Santiago matamoros para salvar in extremis a la siempre cristiana España, fue en realidad quien, víctima de un agudo ataque de miedo insuperable ante lo que se le venía encima en la emblemática fecha del 2 de mayo de ese fatídico 1981 por cuenta de sus antiguos subordinados (los generales franquistas) que querían su cabeza por traidor a su generalísimo, se permitió dar luz verde a sus validos y cortesanos militares para que pusieran en marcha el contragolpe blando y palaciego que recondujera la difícil situación… o sea, el 23-F que todos conocemos.


Y ahora, sabiendo lo que ya sabemos, solo nos queda a los españoles, en el vigésimo noveno aniversario de aquella charlotada “made in Zarzuela”, el recurso de pedirle cuentas, muy claras y precisas, a nuestro querido rey “salvador” de antaño. Porque, de entrada, y a poco que estudiemos someramente la documentación que sobre el 23-F y la “Conspiración de mayo” de los generales franquistas que lo propició corre como la pólvora estos últimos días por la red, queda meridianamente claro para cualquiera que el todavía jefe del Estado español (a título de rey) cometió ese infausto día, entre otros, presuntos (pero que muy presuntos) delitos de golpismo, traición y cobardía. Sí, sí, tres y a cual peor. Aclaremos un poco la cuestión para los no iniciados en estos chanchullos borbónicos.


Veamos:


El ciudadano Borbón (rey de España sí, pero por la gracia de Franco), cometió en primer lugar un presunto delito de golpismo. Siempre estuvo muy claro para los pocos, poquísimos, investigadores que llevamos décadas estudiando aquella su subterránea apuesta palaciega del 23 de febrero de 1981, que la máxima responsabilidad de tan demencial maniobra político-militar-institucional debía recaer en su regia figura. Y existían (y existen) tantas pruebas y tan abundantes indicios racionales de esa culpabilidad que alguno de esos investigadores (no miro a nadie), inasequible al desaliento y luchando a brazo partido contra el omnímodo poder del sistema, se ha permitido trasladarlas repetidas veces a las más altas instituciones del Estado español, Cortes Generales incluidas; para que la verdad de lo sucedido hace ahora 29 años pudiera salir a la luz y fuera conocida en toda su extraordinaria gravedad por el pueblo español. Ahora, tras la salida a la opinión pública del secreto militar tan celosamente guardado durante treinta años en lo más recóndito del estamento castrense, la cosa no admite ya ninguna duda y al campechano y golpista Borbón de nuestra historia no le quedará más remedio, más pronto que tarde, que asumir su errores con todas las consecuencias.


En segundo lugar, el coronado sujeto que preside el organigrama político español, deberá asumir también algún día con todas las consecuencias la perversa traición que cometió con sus leales subordinados, colaboradores y validos militares (los generales Armada y Milans) al abandonarles a su suerte tras la absurda mascarada de Tejero; después de llamarles repetidas veces desleales, miserables y golpistas y patrocinando un absurdo juicio militar en Campamento (Madrid) que, además de salvar sus claras responsabilidades personales como supremo valedor de la desgraciada intentona político-militar puesta en escena por Tejero, corroborara la injusta clasificación de ambos altos militares como “cabezas de turco” institucionales y los enviara a prisión por treinta años sin las más elementales garantías jurídicas y de defensa.


Y por último, tras las últimas informaciones aparecidas sobre el 23-F y sus prolegómenos políticos y militares, queda también meridianamente diáfano que el monarca español, presunto héroe de aquella estrafalaria asonada, hizo gala de una cobardía sin límites a lo largo de todo su desarrollo refugiándose permanentemente en el egoísmo más brutal, en la vanidad más escandalosa y en el más absoluto desprecio por el pueblo español al que puso, con su insano proceder, al borde de una nueva guerra civil. Todo por salvar como fuera su preciada corona.


Todos los hechos históricamente relevantes en un país, hasta los más despreciables como las guerras y los golpes de Estado, tienen sus reglas y, si se permite la ironía en un caso como éste, su “deontología profesional”. Y si en un golpe de Estado o en cualquier otra acción ilegal contra la patria, un líder político o militar (y no digamos un rey inviolable, cuasi divino) se ve abocado a cambiar sus planes, sus indeseables proyectos, para reconducir su ilegal operativo e, incluso, para sobrevivir a su crimen, no puede ni debe abandonar a sus subordinados sin asumir sus responsabilidades, aunque solo sea a título intimo y personal. Y menos aún traicionarles públicamente, insultarles y enviarles a galeras por muchos años.


Prácticamente en ningún país de este violento mundo, ni el más descerebrado de los golpistas castrenses en una acción contra el Estado ni el más sanguinario de los generales carniceros en una cruenta guerra, osaría, saltándose a la torera una norma “ética” no escrita en reglamento militar alguno pero respetada hasta el sacrificio por cualquier jefe u oficial con mando, tachar de traidores y desleales a unos subordinados que, cumpliendo órdenes suyas, se han sacrificado y puesto en juego sus carreras y sus vidas.


Lamentable, desde luego, la actuación del rey Juan Carlos I en la larga noche del 23-F. Aunque alguien podría decir al respecto: “Así han obrado la mayoría de los reyes españoles durante siglos”. Y es verdad. Pero esos reyes casi siempre acabaron, aunque la historia no lo recogiera, con el infamante apellido de “rey felón” grabado a fuego sobre su regia corona. Y, además, ninguno, que yo sepa, tuvo la desfachatez y la caradura de reclamarse demócrata y salvador de los derechos y libertades de sus súbditos.


Golpista, traidor y cobarde. Tristes sambenitos para nuestro antes “muy amado” (ahora muchos españoles lo reciben con gritos e insultos) y envejecido Juan Carlos I que, sin embargo, logró salvar su corona y su figura el 23-F. Pues esta es la verdad, amigos, y así acabará pasando a la historia, pese a quien pese. Aunque TVE, siguiendo órdenes de La Zarzuela, nos siga dando la lata año tras año con su matraca oficialista: “El día más largo del rey...” Y, también, queridos pelotas de la televisión pública, el más despreciable y culpable de su ya largo reinado, a pesar de que al final, traiciona que te traiciona, se saliera con la suya. Por cierto ¡Anda que no pasó miedo ese recordado día el puñetero Juanito de nuestra historia, llorando a moco tendido en brazos de su “santa griega” y del bueno de don Sabino! Pero hay que reconocer que aguantó el tipo el muy c… –CABRONAZI– Y es que tiene una cara que se la pisa.

jueves, 18 de febrero de 2010

Una genial visión del GÉNERO de Cervantes & Shakespeare: el juego literario de la tragedia, el drama y la comedia


Elena Anaya cantando un soneto (Miguel y William)
1 min 44 s - 13 Jul 2007
www.youtube.com
El sábado 20 de febrero en TVE-1 a las 22: 30 se podrá ver una excelente película de Inés Paris. Quedáis avisados...

Leonor de Vibero, hija de un comerciante español instalado en Inglaterra, una mujer joven, curiosa, y apasionada por el teatro, debe abandonar Londres y regresar a Castilla para contraer matrimonio con un duque viudo y tan acaudalado como poderoso. Leonor deja en Londres a un amante desolado, William Shakespeare, un prometedor autor de comedias al que gustan tanto los placeres de la carne como el aplauso del público.Ya en España Leonor conoce a Miguel de Cervantes, antiguo soldado y literato que ha perdido la confianza en sí mismo y la fe en su talento. Ella le convence, usando su capacidad de seducción y entusiasmo, de que escriba una comedia para celebrar su matrimonio con el duque. Pero cuando Leonor empieza a romper las resistencias del autor, se presenta inesperadamente Shakespeare, que ha decidido seguirla hasta España para impedir el matrimonio de su amada con el duque. Leonor, que hace pasar a Shakespeare por un criado, ve la ocasión de unir el talento de los dos escritores y tener una obra única. Cervantes aportará hondura y sabiduría, Shakespeare el domino de los recursos teatrales y el humor. Pero el engaño no se mantiene mucho tiempo. Los autores descubren el pastel y se convierten en enemigos.Pero justo cuando el inglés deja el palacio ocurre otra catástrofe. Las hijas del duque azuzan sus celos y le convencen de que Leonor tiene un amante al que ha entregado una valiosa joya familiar, regalo de bodas del duque. El futuro marido demuestra ser un hombre colérico y vengativo que amenaza a Leonor: si la joya no aparece, en lugar de boda habrá ejecución.Para ayudar a Leonor y pese a la rivalidad y desconfianza que inicialmente sienten el uno hacia el otro, Cervantes Y Shakespeare acaban colaborando, unen pluma y espada y logran con más ingenio que batallas, arreglan el entuerto…. ¿o no?

Los Personajes
Leonor
Tiene veintipocos años. Es española e hija única de un comerciante español instalado en Inglaterra. Morena, de ojos grandes, cuerpo sensual y mente libre a la que inspiran y provocan el arte y la mentira. LEONOR odia los convencionalismos y adora los disfraces. Quisiera dedicarse al teatro y ser actriz pero hasta que lo consiga se entretiene en hacer de su vida una comedia de enredo: miente sobre sí misma, le gusta disfrazarse de hombre y huir del círculo de la nobleza al que su destino la dirige. Aunque soñadora y apasionada, es también realista por lo que ha aceptado la boda que su padre ha acordado con el duque de Obando. Lo que no imagina es que se mete en una trampa.

Miguel
El Miguel de Cervantes que aparece en esta película es un hombre extremado y en conflicto consigo mismo. Tiene una personalidad que oscila de la euforia a la depresión. Es a la vez fuerte y sensible, imaginativo, pero lúcido y realista. Capaz de ataques de cólera que apenas controlan sus sentimientos nobles y su sentido de la justicia. Orgulloso pero acostumbrado a doblegarse. Con un “lado oscuro”, profundamente pesimista que procura enmascarar con humor. Cuando la historia comienza se encuentra en un momento de profunda crisis personal y creativa. Ha vivido mucho y su vida no ha sido nada fácil. Ha peleado en Lepanto, perdiendo una mano y ha pasado cinco años en las prisiones de Argel. Su regreso a España, la madre patria, ha sido desastroso. Pasa apuros económicos, su matrimonio no funciona (vive separado de su mujer) y su deseo de marcharse a las Indias es negado una y otra vez. Ha iniciado su camino como autor literario pero, aunque ya ha visto publicada una novela (La Galatea) y representadas sus primeras obras teatrales, siente una profunda desconfianza hacia su propio talento y hacia la recepción que sus obras puedan tener en este país que considera corrupto y mediocre. Tiene cincuenta y pocos años. Sabe que su energía física puede empezar a abandonarle. La ironía y la inteligencia son sus armas contra la decadencia física que siente como una amenaza personal y el abandono moral que contempla a su alrededor con tristeza e indignación. A lo largo de la historia veremos cómo evoluciona desde una profunda crisis hacia la recuperación de las ganas de crear. El motor de este cambio será Leonor, una mujer no sólo le devuelve las ganas de inventar y de vivir sino que le hace encontrarse con un hombre con tanto talento como él. El único capaz de hacerle sombra y de retarle a escribir algo realmente inolvidable.

William
Nuestro Shakespeare es un hombre de apenas treinta años con una capacidad creativa desbordante. Es ágil física y mentalmente. Inquieto, rápido y curioso. Le gusta la improvisación en la vida y en el arte. Se ríe con facilidad y le gusta divertir a los demás. Apasionado e ingenuo a la vez, no piensa dos veces antes de actuar, por lo que se mete en líos continuamente de los que sale gracias a su ingenio y capacidad de seducción. Esta capacidad, en la que es un superdotado, es a la vez su mejor arma y su gran debilidad. Necesita compulsivamente amar y ser amado. Muy buen actor por naturaleza. Tiene una memoria prodigiosa que ha desarrollado en su trabajo como actor. Y es un excepcional “fingidor” capaz de mentir, disfrazarse, y “ser otro”. Tiene algo de niño grande, un niño acostumbrado a que se cumplan todos sus caprichos y al que cuesta aceptar las frustraciones.Su empeño en vivir rápida y apasionadamente oculta un fondo melancólico y una conciencia de la fragilidad de la vida que teme dejar aflorar.

Duque de Obando
Fue comandante de Cervantes en Lepanto y compañero de prisiones en Argel, donde no estuvo mucho tiempo pues su rango e influencias le libraron rápidamente de tan indeseable situación (todo lo contrario que a Miguel). Viudo desde hace años, se ha enamorado perdidamente de Leonor lo que hace despertar en él al viejo “celoso” que teme por su honor al menor movimiento inesperado de su futura esposa. Es un hombre que esconde bajo la máscara de los buenos modales cortesanos un carácter primitivo y autoritario, capaz de la ferocidad y el odio. Católico y conservador, pertenece a un pequeño grupo de nobles enemigos de la política de los Austrias a los que consideran derrochadores y malos políticos. Su estancia en Argel y el hecho de que en su palacio una de las habitaciones haya sido decorada con elementos árabes le ha hecho recibir el sobrenombre de “el Moro”.

Magdalena
La mayor de las hijas del duque es algo mayor que Leonor y está casada con Vergara, uno de los secretarios de Felipe II y tiene dos hijas. Es una mujer dura, muy religiosa que detesta todo lo que Leonor representa: libertad, alegría, sensualidad. Defensora a muerte de sus privilegios de clase, teme que la nueva boda de su padre la deje sin título y herencia. Vive habitualmente con su padre pues su marido viaja continuamente para supervisar los intereses del rey español en Flandes.

Consuelo
La hija pequeña del duque, tiene unos diecisiete años, es novicia y va a tomar los votos con las monjas carmelitas. Es una mujer débil, a la vez sensible, sensual y reprimida, lo que la ha convertido en una histérica que sufre ataques durante los cuales convulsiona y tiene visiones. En vez de diagnosticarle como loca, todos la tienen por santa. Se siente enfermizamente celosa de la relación de Leonor con su padre y es manipulada por su hermana a la que obedece ciegamente.

La Dueña
Lleva tantos años en Inglaterra que ya se siente inglesa.Lo ha visto todo, lo ha vivido todo. Sin embargo es incapaz de transmitir esa experiencia a Leonor, por lo que asiste con estupor a las aventuras de la joven, que ya quisiera tener edad para hacerlas ella misma.

La Puta y miserable Universidad de Granada clausura una exposición de arte fotográfico

El mito de la libertad de cátedra en la Universidad ¿Católica? de Granada

No hace falta ser un lince para darse cuenta de la miserable realidad a la que se toma como Universidad en Granada. En otros países, sobre todo de Iberoamérica, a las élites se las adoctrina en Universidades que no tienen reparos en autocalificarse como católicas. En el Reino FrancoBourbónico Ibérico de los Bribones parece que no es necesario exhibir el calificativo religioso, como si le debiera ir de suyo.

La Universidad de Granada es hija de la Inquisición. Quien conozca algo de su fundador sabrá sin necesidad de muchos argumentos históricos en qué se basa su esencia: que no ciencia. Pues desde sus orígenes más recalcitrantes su labor ha sido la inculcación de la necedad: nesciencia.

Con el mito de la inmaculada Transición a algunos se le ha querido engatusar con el cuento de que la Universidad de Granada practicaba algo parecido a la investigación científica. No hay tal cosa en ninguno de sus estériles campos burocráticos de reconocimiento institucional.

Y en estos días cualquiera puede darse cuenta de ello. Un antiguo estudiante de Bellas Artes expone su visión actualizada de Cristo. Y como cobardes miserables se le clausura –en un santiamén: ¡¿está bien dicho y bien traído?!– la exposición.

Se podría defender tal visión de Cristo hasta desde la teología: por qué no se puede bajar al Cristo de la fe católica a ras de tierra. ¿No es una excelente muestra de preocupación religiosa el hecho de que un artista cree una nueva concepción de la existencia terrenal de Jesús en Granada y no en Nazaret? Pero no. La mediocre Universidad de Granada clausura ipso facto tal muestra de arte fotográfico. Por presiones de la clericalla católica más retrógrada, reaccionaria y fascista.

¿Cómo se puede llamar Universidad a una institución que censura las obras intelectuales más comprometidas de sus estudiantes? Y si esa actitud de servidumbre se tiene con la intolerancia católica qué muestras de obediencia no se darán ante credos aún más abominables como los fundamentalismos crematísticos del Mercado pornocapitalista o los islamistas.

Clausuran una muestra que caracteriza a Jesús como gay

Anunciación. El artista Fernando Bayona sitúa la Anunciación en la carretera de Jaén / IDEAL

EFE | GRANADA

Actualizado Martes , 16-02-10 a las 19 : 19

La Universidad de Granada (UGR) ha clausurado hoy la exposición del artista Fernando Bayona que, bajo el título "Circus Christi", está compuesta por catorce fotografías que reproducen las estaciones del Vía Crucis con un Jesús caracterizado como un gay hijo de una prostituta.

El vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad ha anunciado a través de un comunicado que, de acuerdo con el autor de la muestra, que ha recibido amenazas en los últimos días, han decidido clausurarla "dado que no es posible garantizar la seguridad de la misma".

La polémica ha acompañado a esta exposición de arte contemporáneo desde su inauguración el pasado 11 de febrero en la sala de muestras de la Corrala de Santiago, una residencia universitaria, sobre todo tras la aparición de varias noticias y reportajes en distintos medios de comunicación local.


San José, «camello»

Inspiradas en el Nuevo Testamento pero con una estética contemporánea, las imágenes muestran a prostitutas en la carretera de Jaén, en Granada, siendo una de ellas la Virgen María que va a conocer a José en la forma de un vendedor de drogas venido a menos. Fernando Bayona recrea además a un Jesús que da a conocer su palabra con un grupo de rock, y que se inicia en el sexo con María Magdalena para luego hacerse gay.

La muestra estaba programada hasta el próximo 5 de marzo y en este tiempo "sólo ha recibido la visita de 38 personas", ha especificado el vicerrector de Extensión Universitaria, Miguel Gómez Oliver, quien ha lamentado en nombre de la Universidad que "se hayan sentido heridos los sentimientos y las convicciones de un elevado número de personas". Como ya había dicho el propio autor, la Universidad ha querido aclarar hoy también que no ha subvencionado la exposición "ni a través de becas ni de ninguna otra forma".

Las 14 fotografías de la exposición clausurada

El Puto fascismo es la moral impuesta a sangre y fuego en el actual Reino FrancoBourbónico de los Bribones

El Supremo, ¿cómplice del fascismo?

VICENÇ NAVARRO

Público, 18 de febrero de 2010

Una de mis mayores sorpresas cuando volví de mi largo exilio fue ver la enorme tolerancia que había en España hacia el fascismo. En realidad, ni siquiera se utilizaba el término fascismo para definir el régimen dictatorial que existió en España durante 40 años. Se le llamaba régimen franquista, implicando que era un régimen caudillista dirigido por el general Franco, ignorando que aquel régimen fue mucho más que un régimen caudillista. En realidad, reunió todas las características de los regímenes fascistas, por mucho que politólogos procedentes de aquel régimen, como Juan Linz, y revisionistas de varias sensibilidades políticas –incluidas algunas de centro izquierda– lo nieguen. Como he documentado en otro artículo, “Franquismo o fascismo” (Público, 28-05-09), aquel régimen tenía cada una de las características del fascismo, es decir, un nacionalismo exacerbado con visiones imperialistas basado en una concepción racista que justificaba su derecho de conquista –ver “El racismo del nacional catolicismo” (Público, 14-01-10)–; un absoluto control sobre los medios que intentaba reproducir una ideología totalizante, el nacional catolicismo; una supeditación de la sociedad civil al Estado, dirigido por una persona que el régimen presentaba como dotada de méritos sobrenaturales (referido como “caudillo por la gracia de Dios”), líder supremo del partido fascista, del Estado y de sus Fuerzas Armadas, caudillo que dirigía un Estado enormemente represivo. Por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000. Más de 200.000 personas fueron fusiladas y 114.421 desaparecieron en el periodo 1936-1951, sin que todavía hoy se conozca dónde están sus cuerpos. El mal llamado franquismo fue un régimen fascista, uno de los regímenes que cometió las mayores atrocidades y violaciones de los derechos humanos en la Europa del siglo XX.

Resultado de la manera inmodélica en que se hizo la Transición, no existe plena conciencia de lo horrible que fue aquel régimen. El silencio que siguió a la dictadura y el olvido del pasado (excepto en pequeños círculos académicos) explica que la juventud, por ejemplo, no sepa que en otros países donde existieron regímenes semejantes, como en Alemania, cualquier tolerancia al nazismo está prohibida, incluyendo la existencia del partido nazi o de asociaciones afines. No así en España, cuyo Jefe del Estado –el monarca– fue nombrado por el régimen anterior. En realidad, todavía hoy uno de los dos mayores partidos del país, el PP, muestra su rechazo a condenar aquel régimen por su nombre, excusándose en denuncias genéricas y asumiendo una equidistancia en los horrores y responsabilidades en los dos bandos de la mal llamada Guerra Civil (que, en realidad, fue un golpe militar, ayudado por Hitler y Mussolini, resistido por la mayoría de las clases populares durante tres años), que dan prueba de su falta de comprensión de lo que fue aquel régimen fascista. El PP no es antifranquista, y esto disminuye su credibilidad democrática. Y en algunas comunidades autónomas gobernadas por él, como Madrid y Valencia, sus gobiernos autonómicos todavía apoyan programas educacionales que justifican el golpe militar y el régimen que estableció.

Pero esta tolerancia ha llegado a un extremo que es vergonzoso. Las fuerzas herederas de aquel fascismo quieren llevar a los tribunales al único juez, Baltasar Garzón, que ha intentado llevar a los tribunales al franquismo. Tal situación es impensable en cualquier país democrático europeo que vivió y sufrió el fascismo. Y lo que es vergonzoso es que el Tribunal Supremo esté dispuesto a considerar esta acusación, utilizando además el argumento, defendido por uno de sus miembros, el juez Varela, de que la Ley de Amnistía firmada al final de la dictadura ofreció inmunidad a los dirigentes de aquel régimen, ignorando también que el Estado español firmó tratados internacionales que exigen el juicio de los responsables de aquellas atrocidades. No puede verse hoy en Europa un hecho semejante y cubre a España de vergüenza. ¿Cómo pueden los miembros del Tribunal Supremo (presidido por un juez que juró lealtad al fascismo) llegar a este extremo de insensibilidad democrática? ¿Cómo pueden llegar a legitimar a los herederos del régimen que asesinó al mayor número de españoles y demócratas en el siglo XX, aceptando su demanda? Tal comportamiento ofenderá una vez más a los millones y millones que perdieron todo lo que tenían en su defensa de la democracia. ¿Y donde están las derechas, siempre listas ellas para defender el honor de España, en un momento y en un hecho que cubre de vergüenza al país? Su hipocresía sobre el terrorismo queda evidenciada cuando excluye de su homenaje al enorme número de víctimas del terrorismo fascista, que fue mucho mayor en número que el cometido por el terrorismo de ETA. ¿Cómo es que el príncipe Felipe, en representación del monarca, presidiera los actos de homenaje a los últimos y nunca ha presidido ninguno de los primeros?


El argumento que se ha utilizado para definir lo que estamos viendo es que es un mero conflicto entre dos jueces, uno de ellos molesto por el excesivo protagonismo del otro. El juez Varela que intenta penalizar a Garzón es cómplice de aquella demanda y como tal merece el mayor rechazo por parte de todas las personas demócratas. Su animosidad hacia Garzón y el protagonismo de Garzón son temas irrelevantes. Es una enorme frivolidad ver lo que está ocurriendo como un mero conflicto de personalidades. Al contrario, este comportamiento del Tribunal Supremo (en caso de aceptarse la petición del juez Varela), le haría cómplice del fascismo, mostrando un indicador más de lo inmodélica que fue la Transición de la dictadura a la democracia y de la escasa sensibilidad democrática del Estado español. El fascismo continúa vivo y presente en España.

· Vicenç Navarro es catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

lunes, 15 de febrero de 2010

De la dignidad subversiva con que se ha de estudiar nuestra Putísima y pésima historia


María del Carmen Barcia: Una historia con tres amores

CARMITA, como afectuosamente la llama todo el gremio de historiadores, ha declarado muchas veces poseer tres amores en su vida: su familia, la historia y la docencia. De ellos ha privilegiado siempre el primero, al que nunca ha renunciado pese a todas las actividades, responsabilidades y compromisos académicos que han ocupado gran parte de su vida. El hogar ha sido su refugio para compartir sentimientos íntimos con sus hijas y nietos, a los que considera personas esenciales, como lo fue años atrás Félix, su esposo, al que la muerte le arrebató aún joven. Quizá sea esa la primera razón que de forma sutil e imperceptible haya encaminado a nuestra entrevistada por los senderos de la historia de familias, en la actualidad su tema central de investigaciones.

—¿Por qué se decidió por el campo de la historia?

—Nunca me disgustó la historia, pero nunca me propuse formalmente ser profesora de esa materia. Las coyunturas definen, en ocasiones, una línea de vida, y en mi caso me inicié en ese campo a partir del Plan Fidel, para el cual fuimos convocados estudiantes universitarios de diversas carreras. Los de letras debíamos impartir docencia de Gramática o de Ciencias Sociales y yo me decidí por el segundo grupo.

—Los historiadores siempre hemos afirmado que el trabajo de investigación histórica es enriquecedor de la docencia. ¿Cómo ambas funciones se han complementado en su carrera?

—Yo no concibo la investigación sin la docencia. Cuando enseñas a nivel universitario, proyectas tus ideas, tus hallazgos y los confrontas. La visión del otro siempre te enriquece. La vinculación al aula te obliga a una permanente actualización teórica y metodológica, a estar al día en las discusiones internacionales y, lo que es más importante, a mantener una mente joven y fresca. Siempre repito que la edad, más que cronológica, es una actitud mental ante la vida.

«Mis temas de investigación no han estado influidos por la docencia. Creo que de una forma u otra he seguido un hilo conductor que ha tenido que ver con mi formación y mis intereses personales. Llegué a los estudios de la esclavitud moderna por mi formación teórica en la esclavitud clásica. Llegué al estudio de las capas populares a partir del estudio de las élites. Me introduje en la historia social porque considero que solo si se profundiza en sus temas se pueden encontrar explicaciones para una historia política más cabal».

—¿Cuál es el misterio de su elevada productividad científica? ¿Cuáles publicaciones suyas se presentarán en la Feria del Libro, dedicada a usted en representación de los científicos sociales cubanos?

—Siempre he trabajado mucho, tengo un gran poder de concentración y, como disfruto lo que hago, llego a perder la noción del tiempo y a veces del espacio, hasta llegar a insertarme en el mundo que investigo. Las labores hogareñas, por llamar de alguna forma a esa doble jornada laboral que asumimos las mujeres, forman parte de márgenes residuales. No me molesta hacer trabajo académico de ningún tipo y siempre que puedo proyectarlo hacia los jóvenes lo disfruto.

«Para la Feria se reeditan dos libros agotados: Una sociedad en crisis: La Habana a finales del siglo XIX, un título pequeño, al que me siento vinculada por razones personales. El otro, Capas populares en Cuba 1878-1930, fue editado por la Fuente Viva, de la Fundación Fernando Ortiz y ahora saldrá en una edición conjunta con Ciencias Sociales. Se publicará una versión actualizada de La otra familia: parientes, redes y descendencia de los esclavos en Cuba, que fue premio Casa de las Américas y ahora aparecerá con el sello de la Editorial Oriente. También estará a disposición de los lectores Los ilustres apellidos: negros en La Habana colonial, que fue Premio de la Crítica este año. Saldrá por la Editorial Boloña y Ciencias Sociales, conjuntamente. Finalmente está el libro que se le edita a los premios nacionales, en mi caso de Ciencias Sociales. Quise dedicarlo a recopilar artículos dispersos, y se titula Mujeres al borde de la Historia, y será publicado por Ciencias Sociales».

—Partiendo de su experiencia anterior en los diseños de planes de estudio, ¿cómo evaluaría el panorama universitario actual, especialmente en la carrera de Historia? ¿Tiene algunos consejos para contribuir a la formación del historiador en la actualidad?

—La formación actual de los historiadores debe ser repensada. Años atrás el nivel de ingreso era otro y teníamos dos años de especialización. De hecho, cuando se graduaban como licenciados, tenían el nivel que en la actualidad tiene un máster. Después se eliminó la especialización, al considerar que los graduados debían tener un nivel general de formación. Creo que la enseñanza universitaria tiene que pensarse como sistema, que las maestrías deben suceder de inmediato a las licenciaturas, y ser continuadas seguidamente en los doctorados curriculares, lo cual implica un rejuvenecimiento de los profesionales que deben acceder al posgrado.

«Habría que pensar en una carrera de Ciencias Sociales que tuviera años básicos para la formación de sociólogos, antropólogos, arqueólogos, historiadores, y que a partir de un año, que pudiera ser el tercero, se continuaran estas especializaciones, que cada vez se enlazan más.

«Un historiador actual tiene que tener una sólida formación en diversas ramas de las ciencias sociales».

—¿Cuáles historiadores son sus paradigmas? ¿Dentro de qué tendencia historiográfica se inscribe su obra?

—No me gustan los paradigmas; prefiero referir lo que he aprendido de los que me antecedieron. Sergio Benvenuto me inclinó al aprendizaje teórico y metodológico. Los temas, las investigaciones y los resultados de Juan Pérez de la Riva me atraparon tempranamente. De Fernando Ortiz aprecié la necesidad de la interrelación y de la cultura. De Manuel Moreno Fraginals, la capacidad de problematizar y exponer sus ideas. De Hortensia Pichardo, la tenacidad y el detalle. De Fernando Portuondo, la escritura inteligente, clara y sencilla. De Julio le Riverend, la racionalidad. De Jorge Ibarra, sus entrelazamientos teóricos y su discursividad en temas diversos.

«En Cuba no tuvimos “escuelas históricas” que hayan relacionado a profesores y alumnos en una comunidad de trabajo. Tal vez estemos avanzando en esta dirección y en el futuro, algunos jóvenes historiadores se sientan directamente vinculados a sus predecesores».

—¿Piensa continuar trabajando o está valorando jubilarse? ¿Qué problemas historiográficos considera que deben tener un tratamiento urgente y sistemático por parte de los historiadores? ¿Cómo evaluaría a la historiografía cubana de los últimos 20 años? ¿Qué le augura a la ciencia histórica cubana del futuro?

—«Jubilarse» viene de «jubileo» y no hay mayor júbilo, para quien ama su profesión, que continuarla. Tampoco me gusta el término «retiro», porque implica separación y alejamiento. A veces la coyuntura influye en las decisiones, pero por el momento mantendré mi estatus laboral.

«Asuntos que requieren un serio tratamiento historiográfico, que implica ciencia en serio, hay muchos, más de los que pueden ser abarcados. Me preocupa que pocos jóvenes se proyecten hacia la historia económica, campo imprescindible, inclusive para los que nos denominamos historiadores sociales. También me inquieta la parcelación excesiva, porque los estudios puntuales debieran incluirse en líneas que explicaran las rupturas y las continuidades a través de la historia. La historia del presente reclamaría cierta dedicación y también un respaldo para el uso de las fuentes y la discursividad de los resultados, lo cual no implica que se dejen de investigar otras etapas, que reclaman atención, como ocurre con los siglos XVII y XVIII.

«Considero que nuestra historiografía goza de muy buena salud. En los últimos 20 años, a pesar de las dificultades, se han publicado excelentes libros, y lo que es mejor aún, con un reemplazo generacional que destaca por su calidad. Lamento, sin embargo, que sea poco conocida a nivel internacional. Para su mayor divulgación pudieran hacerse esfuerzos en el canje de libros, que beneficiarían a todas las partes involucradas.

«Con respecto al futuro de la historia, y muy a pesar de los posmodernistas, desde Francis Fukuyama hasta Keith Jenkins, que decidieron que había terminado, vemos, sin sorpresa, que goza de excelente salud y que seguirá tratando de reconstruir el pasado, para explicar el presente y alertar, ya que no proyectar, cuestión que sería sumamente atrevida, el futuro».