No es verdad que exista un única derecha como opinan algunos seguidores de los gazpachos filodóxicos del jubilado profesor Gustavo Bueno. Él se quedó tan pancho con descubrirnos el Mediterráneo con su libraco El mito de la izquierda. Que si bien se lee hasta en el título miente. Pues si bien se le lee no existe un única izquierda, él las clasifica y se saca de la manga hasta seis tipos distintos de izquierdas en plural. Y las diferencia por supuestas y presuntas generaciones. Dudosa y muy llamativa forma de exposición resulta la suya. Algunos de sus más torpes discípulos se salen del marco de conceptualización y clasificación pues han empezado a pergeñar la séptima. Que es una forma bastante ridícula de saltarse las enseñanzas que su maestro les ha querido mostrar. Recuerda al ridiculizado gitanillo Peláez de los muñecos de Gomaespuma cuando el maestro le pregunta los tipos de triángulos que hay y el pobretico le contesta que los hay más chicos o más grandes según sea como se haya hecho el dibujo de los triangulicos. Gustavo Bueno se pasa su tiempo distinguiendo seis generaciones de izquierda y sus ridículos auditores se ponen a editar el torpe y mentiroso diario -con la peridicidad más aleatoria que nadie pueda imaginar- digital de la séptima generación de izquierda global: El revolucionario. (www.elrevolucionario.org).
Lo curioso es que en diferentes lugares ha dado por evidente que sólo existe una derecha política. Nuestra tesis es, antes bien, radicalmente otra: la contraria. Hasta las presuntas izquierdas se transmutan en organizaciones políticas de la derechas en las deformaciones sociales pornocapitalistas. Sin salirnos de los cotarros políticos de la península Ibérica esa suposición es poco convincente siempre que se analicen con calma las diferencias entre organizaciones políticas tan diferentes como el Partido Popular -fascista e imperialista- de Rajoy, Acebes, Aznar con el Partido Nacionalista Vasco -catolicismo carlista- o Convergencia i Unió -liberalismo proteccionista- o la Plataforma Sangrienta Obscena Estadunidense -el ala pseudosocialdemócrata conocida por el robo que se hiciera de las siglas PSOE en el congreso de 1974 en Suressnes-. Hasta las posiciones de la dirigencia política de la pseudoizquierda Hundida comulga hoy por hoy con cada uno de los postulados del pornocapitalismo liberal. El uso ciego de la violencia que hace una organización criminal como ETA -Empresa de Terror Atberzale- nos ofrece más que muestras a diario de que sus objetivos políticos son radicalmente de derechas y podríamos poner miles de ejemplos de su desigual trato en la defensa de sus comandos según sus miembros sean de un origen de clase, o según haya sido su trayectoria de clase o como fuesen sus papeles en las altas esferas de su organigrama ejecutivo.
Y las derechas están últimamente muy crispadas y soliviantadas unas con otras. La monarquía parlamentaria de los Bribones borbónicos está dejando muchas historias sucias al descubierto, si fuésemos capaces de organizar movimientos de subversión contra el Estado actual no estaría nuestro horizonte político tan oscuro para una auténtica y verdadera democracia política. Así que habrá que trabajar como los viejos topos para horadar las galerías de una arquitectura tan injusta, tan obscena, tan criminal como la actual. Tendremos que ponernos manos a la obra si es que de verdad se desea cultivar una sensibilidad y una racionalidad que puedan basarse en postulados éticos de liberación radicalmente de izquierdas y que puedan ser válidos para todos los seres humanos de nuestro maltratado planeta Tierra.
Lo curioso es que en diferentes lugares ha dado por evidente que sólo existe una derecha política. Nuestra tesis es, antes bien, radicalmente otra: la contraria. Hasta las presuntas izquierdas se transmutan en organizaciones políticas de la derechas en las deformaciones sociales pornocapitalistas. Sin salirnos de los cotarros políticos de la península Ibérica esa suposición es poco convincente siempre que se analicen con calma las diferencias entre organizaciones políticas tan diferentes como el Partido Popular -fascista e imperialista- de Rajoy, Acebes, Aznar con el Partido Nacionalista Vasco -catolicismo carlista- o Convergencia i Unió -liberalismo proteccionista- o la Plataforma Sangrienta Obscena Estadunidense -el ala pseudosocialdemócrata conocida por el robo que se hiciera de las siglas PSOE en el congreso de 1974 en Suressnes-. Hasta las posiciones de la dirigencia política de la pseudoizquierda Hundida comulga hoy por hoy con cada uno de los postulados del pornocapitalismo liberal. El uso ciego de la violencia que hace una organización criminal como ETA -Empresa de Terror Atberzale- nos ofrece más que muestras a diario de que sus objetivos políticos son radicalmente de derechas y podríamos poner miles de ejemplos de su desigual trato en la defensa de sus comandos según sus miembros sean de un origen de clase, o según haya sido su trayectoria de clase o como fuesen sus papeles en las altas esferas de su organigrama ejecutivo.
Y las derechas están últimamente muy crispadas y soliviantadas unas con otras. La monarquía parlamentaria de los Bribones borbónicos está dejando muchas historias sucias al descubierto, si fuésemos capaces de organizar movimientos de subversión contra el Estado actual no estaría nuestro horizonte político tan oscuro para una auténtica y verdadera democracia política. Así que habrá que trabajar como los viejos topos para horadar las galerías de una arquitectura tan injusta, tan obscena, tan criminal como la actual. Tendremos que ponernos manos a la obra si es que de verdad se desea cultivar una sensibilidad y una racionalidad que puedan basarse en postulados éticos de liberación radicalmente de izquierdas y que puedan ser válidos para todos los seres humanos de nuestro maltratado planeta Tierra.
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