Fraga Iribarne: un juicio pendiente
por Manuel F. Trillo
Fraga, y éste es un modo amable de dirigirme a ti, pues el Caudillo te llamaba Iribarne. Luego supimos por qué. No reconocía a tu padre, por lo que al llamarte por el segundo apellido estaba diciendo que eras un hijo de puta (la sutileza de los gallegos). Pero a pesar de eso siempre le rendiste pleitesía, y siempre agachaste la cerviz, te arrastraste con uniforme y correaje, te humillaste hasta lo indecible. Además eres corresponsable de un asesinato demostrado y cantado como el que se produjo contra Julián Grimau, y también del crimen cometido contra los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado y, además, responsable directo de los crímenes que se produjeron en Vitoria el 3 de marzo de 1976. Eres un perla, Iribarne, un perla que siempre ha escondido su culo detrás de la mampara, y que jamás ha dado la cara, por eso te entendía tan bien “tu caudillo”, ambos sois de la misma calaña.
Mira, “iribarne”, y no lo tomes como un calificativo negativo, pues Franco ya te lo decía cuando así te llamaba en sus contubernios en el Pardo -pues no se puede decir que es Gobierno una reunión convocada por unos bandidos- y tú -que de tonto tienes lo mismo que un camaleón- aguantaste el tirón del gallego caudillo.
Mira Iribarne, propones que se “mire hacia delante” imponiendo de ese modo el olvido de los crímenes franquistas, y yo te digo, ¿por qué no dijiste eso en 1962? ¿Recuerdas acaso aquel año? Las mujeres de la cuenca del Nalón en Asturias, fueron rapadas en el cuartel de la Guardia Civil, expuestas por las calles de Sama de Langreo, con el pelo al cero, arrastradas como si fueran apestadas, humilladas y golpeadas por el famoso “cabo Pérez”. Tú, Iribarne, ya eras ministro del bandido Francisco Franco, y saliste a la prensa diciendo que de ese modo las mujeres de los mineros ya no serían piojosas. ¿Recuerdas acaso que los mineros de la huelga de 1962 lo único que querían era un sistema democrático como el que ahora tú disfrutas? Iribarne, ¿disfrutas de un régimen democrático? Tú disfrutaste en un régimen franquista y en el siguiente, y si pudieras vivir mil años también disfrutarías de un régimen nazi. Tú eres eso, un “iribarne”.
No quieres que se recuerden los muertos en Cuelgamuros. Iribarne, dime, ¿te suena de algo Nicolás Sánchez-Albornoz? ¿Verdad que no es un revolucionario peligroso que fuera a quitarte las vacas ni los cerdos de tu familia? Pero estuvo en Cuelgamuros, como otros 20.000 prisioneros, que durante 20 años -desde 1940 a 1959- trabajaron como esclavos por dos reales al día, 50 céntimos, mientras Pepe Banús -el del Puerto Banús- se hacía de oro con el trabajo de los presos. Formas parte de una panda de bandidos y canallas, tu inteligencia -que no pongo en cuestión- la pusiste al servicio de los bandidos, de los ladrones y de los canallas en España durante cuarenta años. ¿Todo para qué, Fraga?, y ahora digo Fraga, para portarte como un Iribarne. Para tener una mortaja de mierda cuando te lleven a la fosa. Muérete ya, y no apestes. Pero sigues cantando como una vedette franquista, nadie te calla, claro, ahora menos, ahora hay libertad, la que tú negaste..
Los “pasos peligrosos” que se están dando es que se revisen tus órdenes como Ministro de la Gobernación en marzo de 1976, y que se te encuentre culpable de aquellos crímenes en la catedral de Vitoria. Eres un maldito cínico que como siempre, y toda tu vida ha sido así -si alguien quiere comprobar lo que digo basta con que mire tu biografía- , siempre has salvado tu culo. El “fraga” Iribarne que el 23-F bajaba la escalinata histriónicamente gritando aquello de “pégame un tiro a mí” descamisado y como una loca en el barrio de Chamberí. Aquello era una mariconada -y mis amigos maricones entienden lo que digo-, una mariconada propia de un ser melifluo que quería un lugar como ministro al lado de Armada y Tejero. Eso eres Iribarne, un tipejo que siempre ha mirado por su culo.
“La calle es mía”. ¿Recuerdas Iribarne, quién dijo eso? Es tuya la calle y es mío el universo, imbécil. Porque también sería como tú si pensara que el universo es mío. Viejo y necio, no paras de hablar, cuando deberías haberte callado hace mucho y hacer mutis por el foro, porque si vives unos años más -así dios lo quiera- te veré ante un tribunal por crímenes inconfesables. ¿Recuerdas aquella otra, en plena efervescencia de los Gal, cuando afirmabas que “no hay mejor terrorista que el terrorista muerto”? Tú llevarías al paredón al 20% de los vascos, claro, “para que escarmienten”. Así fue en Vitoria y en Sama de Langreo.
No tienes el mínimo pudor intelectual. Eres un esperpento, una momia, un criminal emboscado y disculpado por la ley de amnistía de 1977, ¡qué bien te vino aquella ley!, que en realidad lo que amnistiaba eran los crímenes de los franquistas como tú, y por ello te digo, que eres un cadáver que habla. Pero qué inmensamente sinvergüenza eres cuando hablas de la creciente abstención. Dime, cuál era la abstención cuando tú eras ministro de Franco, te hablo de 1966. Votaba el 102% del censo, ¿lo recuerdas? El 102%; votaron hasta los muertos. Eso sí que era una democracia.
Todo lo que se escriba sobre ti es penoso, y rebaja incluso a quien escribe, es decir, que me estoy rebajando, porque en realidad no mereces comer ni la mierda de mi perro. Pero es para honrar a aquellas mujeres rapadas en Sama de Langreo en 1962, cuyo delito fue ir al cuartel de la Guardia Civil a preguntar cómo estaban sus hombres, sus maridos. Por ellas me rebajo a hablarte, Iribarne, por ellas. Porque de otro modo no servirías ni para dedicarte unas líneas, lameculos y arrastrado como siempre has sido, capaz de ponerte el uniforme franquista y el traje de demócrata. Tú te has creído que todo vale, y es verdad, así que no les falta razón a los jóvenes que quieren ser como tú, y que sólo piensan en su bienestar particular importando muy poco a quienes puedan perjudicar. Iribarne, tú has sido un adelantado, un friki antes de tiempo, un hooligan del poder, un broker político, tú eres lo más, aunque para ello tengas cadáveres en tu conciencia. Pero eso importa poco, ¿verdad Fraga?
En 1962 eras ministro del bandido Francisco Franco, y así hasta 1969, y luego con el criminal Arias Navarro -Carnicerito de Málaga- quien bajo la apariencia de juicio no tuvo inconveniente alguno -como cristiano que era- en mandar que se fusilaran hombres inocentes de todo crimen. Eso eres tú Iribarne, y tus memorias serán tuyas, pero las mías sobre ti son éstas, las de un criminal que no pagará por sus crímenes -Grimau y Vitoria. Te amnistiaron en 1977. Porque la realidad es ésa, la amnistía del 77 era para los franquistas, pues los que estaban en la cárcel lo eran por un régimen de bandidos y contra el tirano no hay delito que valga, hasta San Agustín lo afirma en su derecho al tiranicidio. Tanto es así, que vosotros, los franquistas, siempre apeláis a esa norma dictada por un Gobierno no democrático -Adolfo Suárez- para evitar vuestro procesamiento criminal. Y a partir de ese momento todos los franquistas quedasteis a salvo, una ley de punto final. Hay que reconocer que lo hicisteis bien, cuarenta años asesinando y luego venís a ser perdonados. Iribarne: eres corresponsable de los crímenes cometidos por una banda de delincuentes encabezada por el bandido Francisco Franco y sus compinches y ahora, 30 años después, te permites el lujo de hablar sin que se te caiga la cara al suelo. Tu ser es así, es de piedra, como tu jeta.
Por último, Iribarne, tú que has vivido del dinero de todos desde 1952 cuando entraste en el IEP (Instituto de Estudios Políticos), y que desde aquel momento no has dejado de vivir del dinero público, ahora vienes a decir que los inmigrantes son un estorbo, cuando un millón de españoles tuvieron que emigrar entre 1958 y 1968; es un dislate y una hipocresía propia de un católico como tú. La hipocresía forma parte de tu ser, eres un maldito cínico. Las mujeres de Sama de Langreo te esperan y espero que te ajusten las cuentas -ya que eres creyente- en el más allá. También te esperan estos obreros de Vitoria -ya que aquí no hay bemoles para enjuiciarte-, éstos son los muertos que te esperan: Pedro Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparrro, Santiago José Castillo y Bienvenido Pereda.
Fraga, o Iribarne, no tienes el más mínimo sentido de la dignidad. Toda tu vida has arrastrado la miseria de quien ha querido ser algo, y has llegado a ser lo que todos sabemos: una vergüenza para España y los españoles.
Observa Iribarne lo que viene detrás de ti, pues ya eres un cadáver que vaga sin rumbo, una momia a la que ni los suyos aprecian; mira a ese Mayor Oreja -ministro de la sangre y de la muerte- que llega a decir en la estulticia de sus afirmaciones que “tampoco quiere condenar ninguna revolución”. Es simplemente estúpido, salvo que hable de la “revolución nacional-sindicalista”. Fraga, o Iribarne, elige, tus bastardos te siguen. Espero que no vayas al infierno, porque allí estaré yo, y no es sitio para los criminales, esos van al cielo y se sientan a la diestra de dios padre. No te resistas a morir, cuanto antes llegues a la diestra de tu caudillo mayor felicidad tendrás, pues aquí ya no duermes bien. Muérete sabiendo que tu paso por este mundo no ha servido más que para justificar el crimen y el sufrimiento. ¡Haber nacido para eso!
Publicado en: Insurgente, 21 de octubre de 2007
domingo, 21 de octubre de 2007
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