El señorito Aznar sigue en sus trece. Va a conseguir que su apellido sirva para referirse a la peor conducta de los asnos cuando se ponen a reBUSHnar. No hay día que no quiera levantarse dando coces contra cualquiera. Si hace unos meses desde una cretina jaula universitaria yanqui hacía declaraciones bochornosas sobre la historia de la península Ibérica ahora vuelve a cargarse la credibilidad que posee todo el conocimiento matemático cuando afirma que su gobierno creó más de cinco millones de empleos. ¿Sabe contar? ¿Sabe lo que dice? Si un gobierno crea en su mandato un número tal de puestos de trabajo: ¿tiene en cuenta los parámetros de la economía política liberal?
Por qué no cuenta que sus declaraciones sólo impiden que podamos conocer hechos tan reales como que él mantuvo en el ministerio de la Defensa militar otánica al mismo ministro, Eduardo Serra, que ya ejercía en el mismo cargo con el viejo militante sevillano de Fe de las Jons, Felipe González y que en su período en Moncloa él respetaba escrupulosamente las directivas europeas que desde Bruselas imponía el Comisario Pedro Solbes. ¿A qué juegan? ¿A que puede existir una estupidez tan alocada como el mercado libre?
Parece que se saltaron las clases de su añorada teología medieval tomista. Pues: la libertad es sólo un atributo ejercitable por la autonomía ética del ciudadano. Ni un coche, ni una piedra, ni un mercado pueden ser libres. Por una sencilla razón: porque a ninguno de ellos se le puede predicar la voluntad ni el juicio reflexionante. Y para que algo de esto se pueda llevar a cabo no le vendría nada mal ponerse a estudiar y dejarse de decir burradas en la prensa fascista que a diario destroza y asalta a la razón... de manera expropiadora y posesiva.
lunes, 22 de octubre de 2007
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