Hace años se puso de moda llamar a la deformación social pornocapitalista con un increíble constructo semántico. Surgió de algunos meapilas franceses de la estirpe de los Lyotard en plan La condición posmoderna cuando publicó su informe para el gobierno canadiense. Se empezó a banalizar la Idea de que el conocimiento era el ligamen fundamental que hacía de basamento de la arquitectura social de nuestro miserable mundo: "sociedad del conocimiento".
Hace falta tener una fijación neurótica muy bien adherida para creerse tal memez. Claro que la tecnología hace lo suyo.
Pero nuestra deformación sufre los embates de la suciedad. Nuestro problema más radical va siendo día a día el de la basura. Por supuesto que a la basura le ocurre como al ser del que nos hablara el patético sabio de Estagira: es una pero se expresa de muchas formas. Y los sujetos que salen de las criminales estructuras pornocapitalistas se caracterizan más por su jodido desconocimiento que por otra cosa. Sus comportamientos se adhieren a las estéticas de la desaparición suicida hechas a imagen y semejanza de las genocidas fuerzas destructivas que nos hacen y deshacen en los tripalium de la pena máxima capital en clave de sujetos sumisos.
Hace falta tener una fijación neurótica muy bien adherida para creerse tal memez. Claro que la tecnología hace lo suyo.
Pero nuestra deformación sufre los embates de la suciedad. Nuestro problema más radical va siendo día a día el de la basura. Por supuesto que a la basura le ocurre como al ser del que nos hablara el patético sabio de Estagira: es una pero se expresa de muchas formas. Y los sujetos que salen de las criminales estructuras pornocapitalistas se caracterizan más por su jodido desconocimiento que por otra cosa. Sus comportamientos se adhieren a las estéticas de la desaparición suicida hechas a imagen y semejanza de las genocidas fuerzas destructivas que nos hacen y deshacen en los tripalium de la pena máxima capital en clave de sujetos sumisos.
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