Atravesándolos por detrás y dándoles sin parar...
Se va sabiendo poquito a poco. Toda la maffia yanqui lleva décadas especializándose en manipular elecciones. Lo hizo en Guatemala, en Irán, en Nicaragua, en Colombia desde hace ya décadas. Se lo montaron muy bien el 11S en New York o el 11M en Madrid. Pero estamos aprendiendo... de sus enormes errores.
Joan E. Garcés nos mostró las pruebas respecto al montaje del 23 F de 1981. Fue un golpe de Estado que triunfó según los prodigiosos planes de la CIA yanqui. Pero ¿quién puede seguir negando lo evidente? El monarca Francoborbónico no tenía apenas respaldo popular en la España de finales de los años setenta de la pasada centuria.
Desde principios de los setenta tanto los servicios secretos yanquis como los germánicos elevan a base de maletines forrados en petrodólares -del mismo material ciático del que está hecha la Al Qaeda como empresa criminal del Terrorismo organizado por la OTAN- a unos pardillos de la Falange juvenil sevillana. Estaban asaltando las pésimas estructuras del PSOE. El socialismo aún tenía su imagen en la conciencia de los movimientos populares. En 1974 el camarada Isidoro daría el golpe de gracia en el Congreso de Suressnes en Francia.
Otra carta de los servicios secretos yanquis era la de la monarquía borbónica.
El 23 F de 1981 se pondrían todas las cartas sobre la mesa. En el gobierno en la sombra de los golpistas estarían como ministros desde Felipe González hasta Enrique Múgica pasando por Jordi Solé Tura. El General Milan del Bosch había sido durante más de tres lustros el maestro instructor del príncipe Juan Carlos por decisión de Franco.
Todo estaba atado y bien atado. El 23 F sólo fue una puesta en escena a favor del monarca. Le elevó a los altares de los héroes salvadores de la bendita democracia coronada.
Un especialista en tales lides no improvisaba su rabia en la reciente Cumbre de Santiago de Chile. Obedecía órdenes y las cumplía a rajatabla como sólo él sabe hacerlo.
Entre el sátrapa Francoibérico y el carnicero de Bogotá supieron crear las condiciones de malestar internacional que sirviera para frustrar el apoyo popular al referendo del 2 de diciembre por la reforma constitucioanl venezolana.
Lo que no sospechan ni uno ni otro es que el negativo resultado de ese referendum la revolución bolivariana lo va a saber convertir en una verdadera y auténtica victoria revolucionaria.
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