Pablo Lafargue, propagandista profundo del marxismo
Por Dania Sánchez Parra
Servicio Especial de la AIN
El cubano Pablo Lafargue, yerno y discípulo de Carlos Marx, fue una figura descollante en las luchas por los ideales del socialismo, los cuales abrazó y defendió toda su vida.
Nació en Santiago de Cuba, el 15 de enero de 1842 y en esa ciudad cursó la instrucción primaria, aunque poco tiempo después fue arrancado de la tierra natal por el deseo de la familia de abrirle nuevos horizontes.
Llega a Francia en 1851, coincidiendo con una etapa de crecientes enfrentamientos a la burguesía capitalista y el comienzo de un ciclo, que concluyó con la Comuna de París, considerado el primer intento de Estado Obrero.
Si bien estudió medicina y ejerció la profesión, más se consagró como organizador, propagandista y teórico del marxismo y un fiel defensor del proletariado.
A Marx se aproximó inicialmente por medio de adeptos y de la lectura del Manifiesto Comunista y otras obras del padre teórico del socialismo científico.
Tuvo Lafargue una presencia activa en las acciones de la juventud universitaria europea, que irrumpió como capa social en las luchas revolucionarias y participó en el Congreso Internacional de Estudiantes, en Bélgica (1865), donde enfrentó polémicas en defensa de sus ideas. Debido a ello fue expulsado de la universidad y marchó a Londres, donde tuvo la posibilidad directa de encontrarse con Marx y afiliarse a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Detalló al gran filósofo la realidad francesa y en específico de las luchas obreras, ante lo cual Marx le expresó: jóvenes como ustedes son los que se necesitan.
Durante largos encuentros se afianzó la amistad Y trabajaron en los preparativos del Primer Congreso de AIT, todo lo cual amplió la cultura política económica del santiaguero, quien se casó con Laura Marx.
De vuelta a París, se enfrenta a una feroz represión y tiene que refugiarse en España, donde contribuye a la creación del Partido Socialista y traduce al español el Manifiesto Comunista y capítulos de El Capital.
Al retornar a la capital gala y luego de la muerte de su suegro, en 1883, aumenta su trabajo como propagandista y agitador, y escribe importantes trabajos como "Recuerdos personales de Carlos Marx", en el que revela facetas del patriarca socialista.
A propuesta suya, el Primero de Mayo se instituyó como Día Internacional de los Trabajadores, durante un congreso de la Internacional, para rendir homenaje a los mártires de una sangrienta manifestación obrera en Chicago, años atrás.
El 25 de noviembre de 1911, cumpliendo un pacto de ambos, Lafargue y Laura se suicidaron. En su despedida de duelo estuvo el gran líder proletario ruso Vladimir Ilich Lenin, quien lo calificó como "uno de los propagandistas más aptos y profundos del marxismo".
La contienda independentista cubana reanudada en 1895 fue reflejada en la prensa por este ilustre cubano, cuya Patria fue el primer país socialista en América y sigue iluminando hoy al mundo con su ejemplo. (AIN)
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