lunes, 28 de enero de 2008

El Puto negocio de las inmobiliarias vende Granada a los Putos guiris


Los extranjeros compran ya una de cada tres viviendas que se venden en Granada

La presencia es aún mayor en la Costa, donde las operaciones con ingleses y alemanes centran el 40% del negocio de algunas inmobiliarias

Q. CHIRINO Y L. UBAGO

Ideal, Granada, lunes 28 de enero de 2008

El mercado inmobiliario ha pinchado. Se han acabado los tiempos, no tan lejanos, en los que los pisos se vendían diez meses antes de que estuvieran finalizados. Los profesionales del sector están cabizbajos. Constructores, promotores, agentes inmobiliarios... los más optimistas se quedan cautelosos. En mitad de un panorama tan negro, únicamente los extranjeros alivian la crisis.

«Ayudan a que el sector tenga ritmo. Suelen ser alemanes o ingleses, que cuando se jubilan disponen de cincuenta o sesenta millones de pesetas. No regatean y confían en los profesionales», explica el presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Granada (Aingra), Francisco Iglesias. La mayoría no habla español y sus abogados gestionan toda la operación.

Los extranjeros han puesto un parche a la burbuja. No taponan el pinchazo pero sin ellos la cosa estaría mucho peor. Promotores y constructores están desesperados. El parón ha sido tan brusco que se están produciendo entre 900 y 1.000 despidos mensuales en las empresas, lamenta el presidente de la Asociación Provincial de Promotores y Constructores, José Manuel Hidalgo. «Quienes han podido parar las obras y dejarlas en la estructura lo han hecho, a la espera de que la crisis remonte», explica Hidalgo.

Pero hay un hilo de esperanza. Según los datos que maneja la asociación, los extranjeros compran ya una de cada tres casas que se venden en Granada. Se concentran fundamentalmente en la Alpujarra, la Costa, el Valle de Lecrín y la zona de Baza. Si la proporción se aplica a las viviendas nuevas, la población extranjera adquirió el año pasado unas 4.700 casas. Durante 2007 se iniciaron en Granada 18.356 viviendas y se acabaron 14.360 -572 protegidas y 13.781 libres-.

No se trata de que los extranjeros estén comprando casas como locos. Más bien sucede que los españoles se han echado para atrás mientras que los foráneos siguen invirtiendo más o menos al mismo ritmo. La proporción de un tercio puede ser incluso más elevada en la Costa, donde hay promociones destinadas exclusivamente a extranjeros.

Francisco Aguilera, de la inmobiliaria Renovalia, opera desde La Herradura hasta Motril -incluida Salobreña-. «Ahora está más tranquila la cosa. Ya no se compran casas con la alegría del año pasado pero los extranjeros son un gran apoyo». De cada cien casas que vende su inmobiliaria, 60 o 70 suelen ir a manos de españoles y el resto a foráneos. Suelen ser ingleses, que también invierten en la Costa como primera vivienda.

Si en Almuñécar han digerido la caída, en Motril son más pesimistas. Fernando, de la inmobiliaria Akisol, lamenta que ni extranjeros ni españoles: «Se está notando mucho la bajada y lo extranjeros no salvan la crisis».

En la Alpujarra dicen que los letreros ya duran un año. Sin embargo, la irrupción de los extranjeros ha disparado el mercado, hasta el punto de que por un cortijo pueden pagar ahora diez veces más que hace una década. Buscan casas aisladas en mitad del campo. De los 2.500 cortijos que hay en la zona de Órgiva, un tercio está en manos de extranjeros, informa Rafael Vílchez.

Hay inmobiliarias gestionadas directamente por ingleses, como Home España. Tiene en venta más de 280 inmuebles, desde un cortijo de seis habitaciones en Órgiva que se sube a los 800.000 euros, hasta pisos o casas para rehabilitar por unos 150.000.


Las cuevas de Baza

En el Valle de Lecrín son una colonia. Hay un promotor inglés que lleva 15 años haciendo negocios en estos pueblos, a un salto de la playa y de la Alpujarra. Compra cortijos deteriorados, los rehabilita y los vende en el extranjero sin pasar por el mercado nacional.

En la zona de Baza notaron el tirón de los extranjeros hace unos cinco años. «Con la entrada del euro se vendieron muchas cuevas», explican en la Inmobiliaria Benamaurel.

En este pueblo, de apenas 2.000 habitantes, esta agencia ha vendido una media de 20 casas al año. Ahora las operaciones han caído ligeramente, pero todavía están los extranjeros para hacer negocio. Pueden encontrar desde un cortijo de diez hectáreas con una casa de nueve habitaciones por 800.000 euros, hasta una cueva de 130 metros cuadrados por 60.000.

quicochirino@ideal.es

No hay comentarios: