El sábado 24 de noviembre el periódico fascista hispánico El Mundo publicaba un artículo de su corresponsal en Latinoamérica, Ramy Wurgaft, sobre la violación de una chica en una comisaría de Brasil.
Es una noticia breve pero no tiene desperdicio. Se podrían comentar de ella miles de aspectos. Y ninguno de ellos dejaría de ser sintomático...
Ramy Wurgaft de origen judío y conocido por sus subjetivas opiniones es el periodista que el rotativo madrileño posee para toda Latinoamérica. No es extraño que sus opiniones sean tan poco serias y rigurosas.
La noticia del sábado es un buen ejemplo de su malhacer como periodista. Desde el propio título miente. Dice en él "Brasil: una mujer violada por 30 reclusos con los que compartía celda". ¿Se imaginan una noticia similar sólo que cambiando el nombre de un país como Brasil por el de Europa. En extensión kilométrica la Unión Europea es mucho más reducida que el gigante sudamericano. ¿Si en un país como Albania o en la Italia maffiosa de las sicilias hispánicas se cometiese una acción parecida se podría publicar la noticia hablando de la misma manera de toda Europa? Por eso desde el título se nos quiere mostrar lo bien que se vive en nuestro continente y lo mal que se pasa en los demás. Es un mecanismo moralizante que posee sus indiscutibles arraigos en el imaginario sociopolítico del común de los mortales.
Pero si se sigue leyendo la noticia tiene mucha más miga. Esa mujer se convierte en una joven de quince años y la celda que compartía no era de una celda sino de una comisaría.
El periodista nazijudío no se pregunta cómo llega toda esa gente a esa masificación. No se interroga de cómo una niña de 15 años puede ser encerrada en el mismo habitáculo con berracos masculinos de esa índole. Claro: ¡eso pasa en el estado de Pará en Brasil!, se dirá; y así nos lo explica. ¿Qué no se abría escrito si una cosa pública tal hubiera sucedido en Cuba o en Venezuela?
En lo que sí se detiene es en hacer una descripción pormenorizada de las humillaciones y vejaciones a las que fue sometida la chiquilla. Se le nota como se le corre la tinta en su columna. Se nota que disfruta imaginándose cómo los bestias violan la intimidad de la pequeña. Hace sus pinitos literarios haciéndose un huequito en el panteón de la infamia. En una realidad tan miserable no se podrá saber qué fue antes si el huevo o la gallina.
Hay muchos planos que se dan cita y se podrían comentar con calma. Esa noticia no nos llama la atención que se produzca de esa manera. Por desgracia: no es una novedad para los barrios neoyorquinos. En los Bastardos Hundidos de Norteamérica eso ya no salta a los diarios como algo repudiable o "novedoso": se vende en los quioscos en formato de DVD o de Pulp fiction que es la literatura del realismo social pornocapitalista. Forma parte de la realidad cinética que se consume y explota de manera recurrente y diaria. Yde ahí salta al resto de las colonias del Imperio con tan macabros resultados como los que narra la news que comentamos...
Es una noticia breve pero no tiene desperdicio. Se podrían comentar de ella miles de aspectos. Y ninguno de ellos dejaría de ser sintomático...
Ramy Wurgaft de origen judío y conocido por sus subjetivas opiniones es el periodista que el rotativo madrileño posee para toda Latinoamérica. No es extraño que sus opiniones sean tan poco serias y rigurosas.
La noticia del sábado es un buen ejemplo de su malhacer como periodista. Desde el propio título miente. Dice en él "Brasil: una mujer violada por 30 reclusos con los que compartía celda". ¿Se imaginan una noticia similar sólo que cambiando el nombre de un país como Brasil por el de Europa. En extensión kilométrica la Unión Europea es mucho más reducida que el gigante sudamericano. ¿Si en un país como Albania o en la Italia maffiosa de las sicilias hispánicas se cometiese una acción parecida se podría publicar la noticia hablando de la misma manera de toda Europa? Por eso desde el título se nos quiere mostrar lo bien que se vive en nuestro continente y lo mal que se pasa en los demás. Es un mecanismo moralizante que posee sus indiscutibles arraigos en el imaginario sociopolítico del común de los mortales.
Pero si se sigue leyendo la noticia tiene mucha más miga. Esa mujer se convierte en una joven de quince años y la celda que compartía no era de una celda sino de una comisaría.
El periodista nazijudío no se pregunta cómo llega toda esa gente a esa masificación. No se interroga de cómo una niña de 15 años puede ser encerrada en el mismo habitáculo con berracos masculinos de esa índole. Claro: ¡eso pasa en el estado de Pará en Brasil!, se dirá; y así nos lo explica. ¿Qué no se abría escrito si una cosa pública tal hubiera sucedido en Cuba o en Venezuela?
En lo que sí se detiene es en hacer una descripción pormenorizada de las humillaciones y vejaciones a las que fue sometida la chiquilla. Se le nota como se le corre la tinta en su columna. Se nota que disfruta imaginándose cómo los bestias violan la intimidad de la pequeña. Hace sus pinitos literarios haciéndose un huequito en el panteón de la infamia. En una realidad tan miserable no se podrá saber qué fue antes si el huevo o la gallina.
Hay muchos planos que se dan cita y se podrían comentar con calma. Esa noticia no nos llama la atención que se produzca de esa manera. Por desgracia: no es una novedad para los barrios neoyorquinos. En los Bastardos Hundidos de Norteamérica eso ya no salta a los diarios como algo repudiable o "novedoso": se vende en los quioscos en formato de DVD o de Pulp fiction que es la literatura del realismo social pornocapitalista. Forma parte de la realidad cinética que se consume y explota de manera recurrente y diaria. Yde ahí salta al resto de las colonias del Imperio con tan macabros resultados como los que narra la news que comentamos...
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