martes, 13 de noviembre de 2007

¿Qué es un Puto Estado de Derecho? Más acá de una Puta reseña de un retórico buen libro



Ya sé que andáis revolcándoos en multitud de dudas. Y que nos hacéis llegar vuestras impactantes preguntas.

Nos preguntáis por el Estado de Derecho, ese aparente invento de Carlos Fernández Liria en su libro compartido Educación para la ciudadanía. No es que el profesor de la Universidad de Madrid se haya inventado ni el concepto, ni la Idea, ni la realidad inexistente por ahora. Él junto con sus compañeros lo que hacen es un puto invento ahistórico.

Tanto en ese libro como en el anterior escrito a cuatro manos con su compañero Luis Alegre Comprender Venezuela. Pensar la democracia se nos presenta como propuesta para la izquierda revolucionaria: no tirar al Estado de Derecho cuando lancemos a la calle las aguas sucias de nuestros detritus higiénicos.

Ambos libros están muy bien escritos. Pero son sólo literatura retórica. Su verdadera obra debiera comenzar justo cuando acaban sus últimas palabras escritas. Justo cuando se deberían de empezar a ver los frutos de la dialéctica conceptual con la que se recrean. Pareciera que han vuelto a descubrir el Mediterráneo y no se dieran cuenta de que es un puto mar bastante contaminado por millones de poluciones que ha recibido a lo largo de una decadente y degeneradora historia inhumana.

Se nos entrega la Idea de Estado de Derecho. Pero ella no es nueva. Y no se tiene en cuenta la historia real de su degeneración burocrática y mitológica. Hace falta poner patas arriba las pseudoinvestigaciones de sociólogos como Max Weber o Norbert Elias para darse cuenta de qué es un proceso de barbarie civilizatoria que camina por los raíles de las tanatocracias más viles y criminales para no dejarnos construir castillos ideológicos en el aire.

¿Acaso hay alguna deformación social en Europa que posea algo parecido a un Estado de Derecho? Es una quimera, una mera ilusión. Y como prueba se podría pensar en las putas penas judiciales que se le aplican a las clases sociales más deprimidas y empobrecidas. Frente a ello cualquiera puede comprobar como se van de rositas los personajes de las clases dominantes más criminales y corruptas. La propia Constitución española de 1978 es un puto insulto a la inteligencia humana: ¿igualdad de todos ante la ley? ¡Aunque hay unas Familias más Reales que otras! No habrá discriminación alguna por cuestiones de sexo también se indica en su puto articulado, pero ni siquiera en la herencia de la Corona esa mentira se puede mantener con coherencia lógica.

Los medios de incomunicación y manipulación ideológica de la mente de las masas tienen claro el porqué está en una cárcel de Lima el revolucionario Abimael Guzmán cumpliendo una cadena perpetua sin haber asesinado nunca a nadie. Al parecer: cuando interesa las Ideas sí delinquen y no hacen falta pruebas materiales para juzgar y condenar al reo. Sin embargo, ven con entera normalidad que ni la huelan ni la pisen sujetos de la calaña asesina de la estirpe de un William Clinton, o los impresentables usanos de la dinastía de los Bush o de tipejos borbónicos como Aznar de la Corte infame de los Bribones ibéricos. Todos ellos sí que han dado órdenes y firmado actas para construir arsenales de armas tecnológicamente muy precisas para que sean utilizadas contra poblaciones civiles desarmadas. Sus crímenes por activa y por pasiva se cuentan por millones y millones. Y no les pasa nada: por qué. ¿Acaso hay un sólo fiscal, un sólo juez que pudiera cumplir su trabajo con fidelidad a ley y a rajatabla? ¿Dónde están metidos los putos superjueces como el tontón Garzón?

En LA PUTA GRANÁ somos defensores de la Justicia Distributiva, de la paciencia dialéctica y de la construcción de una Vida social Académicamente austera que se base en la renta básica como posibilidad política mínima para poder poseer libertad republicana: ¡Ni Marx ni Menox!

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