inSurGente (Antonio Maira).- Eso que ven en la foto es “O carallo 29”, una hermosa piedra con evidente forma de pene que radica y ornamenta el cruce entre la Rúa de San Bieito y la Rúa Travesa, en Santiago de Compostela. La expresión, admirativa, se usaba mucho y continúa usándose en Galicia, para proclamar asombro, duda, burla, o incredulidad, como respuesta a una barbaridad o baladronada de un contertulio, o como reacción a un hecho que se cuenta o a una afirmación de tercera persona que le parece excesiva al que exclama.
¡O carallo 29! indica hechos extraordinarios que rayan lo increíble… La frase; susurrada, resbalada con énfasis creciente, o gritada para reventar piedras, tiene hoy muchos usos… Por ejemplo: “Centrados en el Futuro”. Eslogan electoral del PP... ¡O carallo 29!
Les regalamos otras frases y hechos para la indignación, el bochorno, el pasmo o la perplejidad... No podrá controlarse y será un clamor: ¡O carallo vintanove!
Nuestro primer ¡O carallo.29! enlaza con el origen, al parecer, de la exclamación. Durante la restauración borbónica después de la I República, el artículo 29 de la constitución canovista –instrumento ejemplar del caciquismo- establecía que un candidato era elegido sin votación si era el único que se presentaba en la circunscripción electoral.
La norma legalizaba todo tipo de prácticas abusivas, desde la compra al apaleamiento de potenciales candidatos para que se retirasen de la liza. El chantaje y la extorsión se convirtieron en las prácticas electorales del ministerio de gobernación y de sus caciques locales, designados o tolerados.
¡O carallo 29! denominaron los gallegos a ese espaldarazo borbónico a la manipulación electoral abierta y garrote en mano.
Con, ¡O carallo 29!, se puede responder también hoy a toda apología del nuevo “sistema democrático” borbónico, el de la Transición; que ha conseguido reducir a dos las posibles candidaturas elegibles por métodos similares a los de aquella lejana Restauración: compra de votos en un mercado electoral multimillonario, desplazamiento de fuerzas políticas, bloqueo de participaciones que no asumen los mandamientos sagrados del sistema, prohibición legal de partidos, ilegalización judicial masiva de candidaturas. ¡O carallo vintanove!
¿Ya lo han cogido, no? (1)
Pues bien para que vayan haciendo práctica les contamos la reacción de los políticos (es un decir) y de los sindicatos “mayoritarios”, ante la noticia del aumento espectacular de paro en incipiente pero clamoroso desastre económico:
Ellos o ellas, dijeron cosas parecidas a éstas (si no somos muy exactos es porque cazamos las palabras al vuelo; el sentido sí es el de los parlantes):
Marianico el tonto o el Puto Rajoy: El aumento del paro demuestra la mala gestión económica de Zapatero. “Son miles de personas que necesitan vivir, necesitan comprar”. ¡O carallo.29!
Vicepresidenta del Gobierno: “la economía española mantiene una tasa muy elevada de empleo”. ¡O carallo.29!
Secretario de CC.OO. (Comisiones Obreras) de Andalucía: “No sé porque la gente habla de crisis, cómo se puede hablar de crisis con el 3% de crecimiento económico”. ¡O carallo.29!
Zapatero “sigue en sus trece”: cuando no niega la crisis se pierde por ahí o se mantiene en silencio. En todo caso, reacciona electoralmente y convoca a su equipo económico para lanzar un “plan de choque” para el sector de la construcción. ¡O carallo.29!
Llamazares (IU) no tiene la menor idea de cómo se hace un programa económico para una crisis mundial generalizada. El es el “señor obediente con un puntito crítico”. ¡O carallo.29!
Un poquito más sobre “O carallo 29”:
“O carallo 29″ es una expresión que forma parte del acervo popular de la lengua gallega. El término carallo (carajo en español) hace referencia vulgarmente al pene, al miembro viril. En gallego, uno de los idiomas más ricos en matices que hay, esta palabra ha traspasado la frontera idiomática hasta convertirse en un vocablo universal que, sin perder su expresividad original, se puede utilizar en diferentes ámbitos y con distintos significados: admiración, asombro, desprecio, duda…
Precisamente, la expresión “o carallo 29″ tiene connotaciones de duda, reparo, recelo, incertidumbre o desconfianza. Y tiene un origen histórico que se remonta ya a los tiempos de la Restauración, momento en el que el artículo 29 de la Ley Electoral proclamaba automáticamente ganador de las elecciones a un candidato cuando era el único que se presentaba en un distrito electoral y sin necesidad de celebrar las votaciones. Motivo por el cuál se hacía todo lo posible, legal o ilegalmente, por lograr el candidato único y la consecuente aplicación del artículo en cuestión. Razón por la que los gallegos, que vivieron en primera persona el caciquismo de la época, bautizaron el artículo con tal expresión, con las connotaciones mencionadas ya anteriormente.
Muchos son los que habrán escuchado esta expresión alguna vez. Pocos los que conocen su origen. Pero casi nadie sabe de su existencia real. Porque sí, existe. O carallo 29 está en el número 29 de la Rúa Travesa, como no podía ser de otro modo, a 50 metros de la Mejillonería Belgo. Realmente está en el 9 de la Rúa de San Bieito, calle perpendicular a la Rúa Travesa, que, aunque acaba en el número 27, si continuase nos encontraríamos en el 29 con una piedra con forma de carallo, de pene.
Para llegar hasta allí, y a modo de orientación, en la Plaza de Cervantes cogemos la calle que está entre el Restaurante Casa Manolo y la Iglesia de San Bieito do Campo, ambos haciendo esquina. Esa calle es la Rúa de San Bieito, que baja hasta el Colegio Mayor San Agustín. Unos 25 metros antes del final de la calle se encuentra la piedra, en el cruce con la Rúa Travesa.
(1). No se regocijen y exclamen ¡O carallo 29!. Empleo el verbo coger en su sentido académico, peninsular.
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