lunes, 25 de febrero de 2008

Contra el puto canibalismo del capital asfáltico

En el borde de todo
Variaciones sobre el tema del socialismo


Santiago Alba Rico
Rebelión 25-02-2008


Algunas reflexiones sobre la despedida de Fidel Castro y un libro del cubano Julio César Guanche: En el borde de todo, el hoy y el mañana de la Revolución cubana (Ocean Sur, 2008).


Los hombres no hacen revoluciones para ser revolucionarios sino para poder ser –por fin- reformistas. Es decir, para alcanzar ese horizonte abierto -como el de un software libre- en el que se puedan introducir cambios a la medida de las necesidades de los ciudadanos, de acuerdo con su intervención consciente, en el marco pugnaz de las limitaciones tecnológicas y naturales. Al contrario de lo que pretende la propaganda, lo que caracteriza al capitalismo es que excluye y castiga las reformas; y si contra él hay que hacer la revolución es precisamente para poder ser moderados. Como en los cuentos infantiles, hace falta siempre una pequeña prohibición para liberar las voluntades y alcanzar la felicidad: respetar un árbol, negarse un alimento, mantener cerrada una habitación. El socialismo sólo impone un límite, sólo exige un mandamiento, y es mucho más modesto y realista que el precepto cristiano que nos invita a amarlo: “no te comerás a tu prójimo”. La paradoja del capitalismo es -al revés- la de que no prohíbe nada y, por lo tanto, lo encadena todo; no impone ningún límite y por eso mismo acaba sometiendo todas las voluntades a la libertad de la antropofagia, cuyo ejercicio mismo inhabilita, a fuerza de antipuritanismo, todas las otras libertades. El gran éxito propagandístico del capitalismo, y su solapamiento fraudulento con los valores ilustrados, tiene que ver con el hecho paradójico, en efecto, de que impone una feroz y criminal tiranía a fuerza de acumular libertades. Las constituciones llamadas “democráticas” de Europa y EEUU proclaman el derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, al trabajo, a la libre expresión, a la vida, a la igualdad y a la seguridad -condiciones todas de la libertad individual-, y su incumplimiento material no es el resultado de una intervención anticonstitucional contra ellas sino justamente de la maximización de las libertades individuales. Para que todos estos derechos queden de hecho anulados sin necesidad de desmentidos ni interdicciones es suficiente con añadir un derecho más y dejar que se imponga por sí solo: el derecho a comer hombres. Basta con liberar y liberar y liberar para que todo quede definitivamente atado, cerrado, imposibilitado; y basta -al contrario- con prohibir una sola cosa para que se abra de pronto un umbral donde la voluntad puede decidir -para bien y para mal- sobre todo lo demás.


Cuba es el único país del mundo donde está constitucionalmente prohibido el canibalismo. Eso es el socialismo; es decir, un marco material de Derecho donde no se puede querer la explotación del otro, el hambre del otro, la infelicidad del otro, la muerte del otro. Pero una vez que nos hemos emancipado de los dictados de la naturaleza (“comeos los unos a los otros como os coméis a vosotros mismos”), todo está todavía por hacer; comienzan entonces los dilemas, las deliberaciones, los ensayos, los cambios, eventualmente los errores -todo lo que define propiamente el campo de lo político- y esto en un contexto que es el resultado al mismo tiempo de las decisiones anteriores y de las constricciones estructurales (a las que en el caso de Cuba se suma la estrechísima armadura de la agresión estadounidense). Aquí, por primera vez, cada hombre cuenta. Sólo un hechizo estupefaciente puede hacernos creer que el capitalismo garantiza las diferencias individuales -mientras que el socialismo funde a los ciudadanos en una especie de gris hormigón holístico. Es todo lo contrario. Bajo el capitalismo, no sólo los individuos son todos sustituibles e intercambiables -en la producción, en el mercado y delante de la televisión- sino que lo son también en la esfera política, como lo demuestra el hecho de que los votantes vean reducida su libertad, por debajo del radiante colorismo electoral, a la elección de un mal menor: Obama/McKein, Zapatero/Rajoy, Berlusconi/Veltroni. Al contrario, bajo el socialismo no sólo la vida, la salud, el bienestar, la educación de cada ciudadano importan, sino que la personalidad -unidad integrada e insustituible de cultura, intuición, buen juicio y carácter- es la que determina el curso de los acontecimientos. Que Fidel sea irremplazable quiere decir solamente que los hombres y mujeres irreemplazables que ocuparán su lugar pueden aprender de él; pero que Fidel sea irreemplazable quiere decir también que, para que los hombres y mujeres que ocuparán su lugar lo sean asimismo a su manera propia, es fundamental mantener abierto el umbral de todo aprendizaje y toda decisión: la prohibición del canibalismo.


Fidel no ha luchado para ser insustituible sino para que todos los cubanos -y todos los humanos- lo sean (y por eso, dicho sea de paso, el decoro, elegancia, inteligencia y realismo de su gesto produce una alegría tan luminosa -como todas las cosas universales- que casi anula la tristeza particular, privada, de su renuncia).


El socialismo es, sí, la posibilidad de hacer cambios; es decir, de aspirar no a un mal menor sino a un bien mayor. Desde hace más de un año, antes y después del anuncio de Fidel, toda la propaganda occidental gira en torno a este fraude ideológico orientado a inducir un falso suspense -y quizás una reacción interna- y a engañar, no ya sobre la realidad de Cuba sino sobre la verdad del capitalismo: “continuidad o cambio”, especulan los analistas del Miami global. Pero no es la disyunción sino la conjunción la que, como recuerda Juan Valdés Paz, preside el futuro socialista de Cuba: “continuidad y cambio”. Esa es la diferencia respecto del capitalismo, cuya sísmica parálisis queda fijada en la inversión de la divisa: “cierre y catástrofe”. Cuba debe mejorar porque puede mejorar y si no lo hace no podremos responsabilizar a las tempestades del mercado ni a la “coyuntura” económica -bajo la que esconden y mediante la que declaran su impotencia interesada los gestores del capitalismo- ni tampoco al bloqueo y el terrorismo exterior -bajo cuya ala siniestra reptan en la isla contados corruptos- sino a sus hombres y mujeres, héroes banales en guayabera que desde hace cincuenta años se prohíben a sí mismos el canibalismo (y también será culpa nuestra, que desde fuera no hacemos al menos el esfuerzo de conocerlos y aprender de ellos). Cuba debe mejorar porque, al contrario que el capitalismo, puede mejorar; de reforma en reforma, a reculones y empellones, con el embrión bien asentado en la conciencia, como ha podido y no como ha querido -por citar a Pérez Roque- prefigura ya, en cualquier caso, la imagen que resume el socialismo: la de un colectivo de humanos tranquilos que ordenan libremente, y cambian de sitio, sus propiedades en un campo abierto. La imagen del capitalismo es exactamente la contraria: la de un frasco cerrado que una mano agita violenta e ininterrumpidamente. En un campo abierto podemos errar el camino. Un frasco cerrado sacudido con violencia sólo puede estallar.


Hay que volver a cambiar”, decía Fidel Castro en el famoso discurso de la Universidad el 17 de noviembre de 2005. Con este largo discurso comienza precisamente En el borde de todo, el libro compuesto y catalizado por mi admirado amigo Julio César Guanche, del que quiero hablar brevemente -mientras hablo de otras cosas- porque cobra un particular interés tras la carta de despedida en la que el comandante ha anunciado la continuidad de la revolución. El discurso de la Universidad en sí mismo, arranque y estímulo de las reflexiones incluidas en sus páginas, tiene un enorme valor educativo para los izquierdistas occidentales, que en general sólo hemos leído fragmentos o extrapolaciones. Hay que leerlo entero porque razonar no es transportar contenidos -rodajas de razón- sino iluminar conexiones; y hay una manera de razonar que, incluso cuando se equivoca, incluso cuando verbosea, tiene ya la cadencia, la marea, la forma del socialismo. Al contrario que la mayor parte de nuestros intelectuales, que quieren saber qué tesoros guardan dentro, Fidel Castro jamás se pone a pensar para averiguar cómo piensa Fidel Castro sino para solucionar un problema y es el problema mismo el que fija la orografía del discurso completamente al margen de la vanidad del razonante. ¿De qué habla Fidel en el famoso discurso? De bombillos incandescentes y de la supervivencia de la especie humana. Es decir, el comandante anuda ininterrumpidamente esos dos extremos entre los cuales, no por casualidad, se mueve sin cesar, evitando ambos, el análisis -pero también el arte, la novela, la política- capitalista. Bombillos, ¡qué mezquindad! La especie humana, ¡qué grandilocuencia! Al contrario de lo que ocurre bajo el socialismo, bajo el capitalismo las bombillas se encienden y se apagan solas o, mejor dicho, están siempre encendidas, mediodía perpetuo, cenit autómata, pirotecnia incesante de mercancías que confiere a la destrucción ese aire siempre alegre, luminoso, generoso y despilfarrador que fascina incluso a sus víctimas. Pero es que hace falta acumular y acumular la luz para obscurecer el mundo; hace falta mucho desenfado elegante, mucha graciosa despreocupación, mucho desdén aristocrático por el detalle para incendiar las naves y zapatear bajo el reflector; hace falta mucha alegría para provocar -y aguantar- tanto dolor. El capitalismo moviliza la energía de 100 planetas tierra para matar un niño a la luz de una bengala y respondemos con un aplauso de admiración; el socialismo ahorra 300 kilovatios en una casa -que sigue cocinando y leyendo- para salvar la vida a un niño en un hospital público y nos parece deprimente. Contra esta destrucción del gasto, contra esta corrupción del gusto, razona Fidel, razona el socialismo, introduciendo una verdadera “economía” a fin de conectar los dos extremos -la cocina y la Tierra, el cuerpo y la Humanidad, esos dos límites sagrados cuya relación esconde el capitalismo bajo el mismo lujoso resplandor sin el cual no puede existir y con el que nos está matando. Esa es la diferencia entre la generosidad y la tacañería, entre la elegancia y la grandilocuencia. La destrucción no necesita de nuestra intervención y se encomienda al automatismo del mercado; la supervivencia de la especie, en cambio, sólo puede ser planificada. El generoso y elegante canibalismo vacía espontáneamente el corazón del mundo. El mezquino y grandilocuente socialismo planifica trabajosamente la salvación de la Humanidad. Y por eso mismo el socialismo, con sus cálculos de ama de casa y sus amonestaciones de maestro, es mucho más bello, y no sólo mucho más justo, que el boato de los plásticos y la pompa de los electrodomésticos; y por eso mismo el que no sepa ver esta belleza -estricta lógica platónica- es no sólo una persona ignorante y desahuciada para el arte sino que está además moralmente mutilado.


Pero el discurso de la Universidad no es sólo una lección de orografía mental socialista sino también o sobre todo -ahora lo vemos con más claridad- una alarma, una interpelación, una descarga eléctrica aplicada a la base social y dirigente de la revolución. Testamento, manual y programa, hacía falta considerar la revolución al mismo tiempo muy consolidada y muy amenazada para plantear en voz alta la posibilidad de su “reversibilidad desde dentro”. Las contradicciones acumuladas durante el período especial y la nueva posición de Cuba en el marco internacional iluminaban e iluminan contemporáneamente la envergadura de los peligros y los formidables recursos, humanos y políticos, ya sedimentados para afrontarlos. Corolario y aguijón de la Batalla de Ideas, la hipotética “reversibilidad del socialismo”, enunciada en público y por la máxima autoridad moral de la revolución, abre el hueco de una conciencia urgente en la que las palabras y las acciones adquieren una dimensión práctica equivalente; y apremia además un debate que se está ya haciendo, que está por hacer, que hay que seguir haciendo, porque de él depende -depende- la afirmación de la prohibición del canibalismo en Cuba y también -puesto que dependemos de ellos- en el resto del mundo. La pregunta por la “reversibilidad” aísla y revela una de esas “junturas” o “hiatos” temporales, angustia de los mil caminos de la libertad presentes en cada instante, que nos pasan desapercibidos en la ilusoria continuidad de la duración histórica: la rendija que llamamos límite. De eso se ocupa En el borde de todo y de eso hablan sus protagonistas. “Este libro”, dice Julio César Guanche en su preámbulo, “que podría haberse escrito de muchas maneras, se sitúa en el límite: aquí todos están en el filo del «depende». Para otros, la respuesta sería de «sí o no», o harían un mohín ante la pregunta [sobre la “reversibilidad”]. Pero los que aquí participan reconocen en esta hora un borde de la historia que no se puede franquear con ardides para ganar tiempo. En «el borde de todo» no está quien se encuentra de pie frente a un abis­mo, si es el precipicio todo lo que resta, sino el que está parado en un límite donde todo es posible: ganar tierra firme y construir una vida sobre la roca, o rodar por el barranco”. Depender es justamente aceptar el “depende” comprometido e individual del que pende nuestro destino colectivo.


La idea misma de “reversibilidad” inscribe la revolución, obligada desde hace cincuenta años a vivir al día, en una perspectiva histórica. Esa es una buena noticia, por mucho que vaya acompañada de la dolorosa transparencia de la más grave responsabilidad (que es como una encía sangrante o un reuma interno e implacable). Pocos intelectuales están tan bien preparados como Julio César Guanche para acometer esta tarea y fecundar y arrumar este debate. Licenciado en Derecho, su amplia formación teórica e historiográfica le ha llevado a interesarse sobre todo por los múltiples hilos o raíces que desembocan desde muy atrás en enero de 1959, tratando de romper con el esquema un poco mitológico del paso de un “cero absoluto” a un “uno continuo” (interés ya brillantemente expuesto en su La imaginación contra la norma). En todos sus trabajos Guanche insiste, en efecto, en dar a la revolución no sólo “duración” sino también “tiempo”, no sólo existencia sino rugosidad temporal; para eso, claro, hace falta precisamente el tiempo material del que la revolución ha carecido hasta ahora, sitiada en el presente más angosto de la supervivencia y la pelea, pero que ahora puede y debe recorrer por primera vez, en ambas direcciones, en toda su extensión: puede porque la revolución está consolidada; debe porque la revolución está amenazada. No es, pues, la curiosidad intelectual o la erudición histórica la que mueve al autor hacia el pasado sino el impulso y el compromiso revolucionario y la convicción, ya performativa, de que el conocimiento es tan determinante y material como un tractor o una fresadora, tal y como afirma en el arranque de En el borde de todo:la probabilidad de recuperar todo el pasado tiene que ver también, punto por punto, con la posibilidad de apropiarse de todo el presente”. Y -añadimos todos- de moldear soberanamente una buena parte del futuro.


Esta “perspectiva histórica” introducida por la idea misma de “reversibilidad” se manifiesta para empezar en los distintos niveles generacionales desde los que hablan las voces convocadas para el libro: en una gradación descendente hacia delante, encontramos señeros representantes de la primera generación (casi)coetánea de Fidel (el Fernández-Retamar, Alfredo Guevara, Martínez Heredia, Graziella Pogolotti o Aurelio Alonso), de una elástica generación intermedia (de Luis Suárez, Ana Cairo y Jesús Arboleya a Mayra Espina y Fernando Rojas) y de la camada más joven, contemporánea del propio Guanche (Milena Recio o Fernández Estrada). He citado sólo algunos nombres, pero bastan para comprender que En el borde de todo es un libro de una gran densidad histórica e intelectual; es un libro, sí, de intelectuales cubanos, todos grandes, todos comprometidos, que razonan desasosegados en la rendija de esta hora decisiva. Ser intelectual en Cuba es mucho más incómodo y mucho más satisfactorio que serlo en España, y una cosa y otra por las mismas razones. Bajo el canibalismo, los intelectuales pueden decir todo lo que se les pase por la cabeza (lo que deja fuera la mayor parte de las cosas importantes): los que hablan contra la revolución porque son también caníbales, los que hablan a su favor porque sus discursos son inmediatamente canibalizados. Los aciertos y los errores de los intelectuales occidentales, en efecto, tienen el mismo significado: ni unos ni otros determinan nada y, por lo tanto, acierten o se equivoquen, sus palabras no tienen ninguna consecuencia, no introducen ningún efecto (aparte el cosquilleo gaseoso que acompaña a la disolución de toda mercancía entre los dientes). Podemos equivocarnos alegremente como alegremente podemos secar ríos, incendiar ciudades y derribar montañas. En Cuba no es así. En Cuba los intelectuales cuentan; sus discursos se engranan en el destino de un proceso común y pueden alterarlo, para bien o para mal. Eso es sin duda incómodo, pero constituye también la más alta recompensa a la que puede aspirar un hacedor de razones: la de que su pensamiento modifique, ondule, incline, levante, quiebre, suture la materia. En Cuba los intelectuales no arrojan paletadas de arena en el mercado sino que inCUBAn ideas en una especie de continuidad mental que, como en el caso de los bombillos incandescentes y la supervivencia de la especie, presupone la conexión permanente entre la palabra privada y el devenir social. Son libres en un medio todavía frágil: hay que aprender a encender y apagar la luz. Los que razonan en En el borde de todo saben de qué hablan y dónde tienen los pies y las huellas que están dejando; y por eso podemos escucharlos con la seguridad de que -críticos, preocupados, a veces poco complacientes- están defendiendo la revolución y con la tranquilidad de que en ningún caso están seguros de no estar equivocados.


Pero el libro acuñado por Julio César Guanche introduce la “perspectiva histórica” sobre todo a través de las cuestiones que plantea y que lo convierten en una obra fundamental para comprender la revolución, sus avatares y sus destinos. Una cosa que se ha olvidado con frecuencia, más incluso fuera que dentro de la isla, es que, si la revolución se hizo contra la historia, tiene ya a su vez una historia y ha llegado el momento de desentrañarla y asumirla. Por eso En el borde de todo cruza los dilemas verticales de orden teórico con los recorridos horizontales de orden histórico. ¿Cuáles son los temas de esta conversación a 20 voces? Podemos citar algunos en desorden: el marxismo cubano; las relaciones con la Unión Soviética; la ética y la revolución; la propiedad, el mercado y el cooperativismo; la democracia y el socialismo; el derecho y el socialismo; el consumo y el socialismo; la religión y el socialismo; las nuevas generaciones y el socialismo; el periodo especial, la desigualdad y la homogeneización; Cuba y Latinoamérica; la Batalla de Ideas; el caso Padilla y la cuestión de los intelectuales... y casi cualquier otro interrogante imaginable que concierna al destino del socialismo y pueda ser investigado en la carne viva de la experiencia histórica, muy densa y muy fluctuante, nada uniforme, no siempre admirable, siempre heroica, de la revolución cubana. Del discurso de la Universidad del 17 de noviembre, como del sombrero de un mago, salen enredadas todas estas cintas, hacia el pasado y sobre el presente, pero también en dirección a un futuro que, mientras los protagonistas del libro hablaban, revoloteaba todavía sobre el tiempo sin posarse en ninguna fecha. La gran cuestión que centraliza todos los radios de En el borde de todo, a la que llegan y de la que parten todas las reflexiones sobre la “reversibilidad”, ya no es una pregunta sino una tarea, ya no es un dilema sino un trabajo; es decir: ¿qué pasará después de Fidel?


Los que nos apoyamos en Cuba como en la columna descascarillada erguida todavía en un campo de escombros, los que nos cobijamos en ella como en la única sombra de un desierto incendiado, los que respiramos en el pensamiento de su atmósfera libre de canibalismo, los que no podemos hacer por ella otra cosa que decir esto en voz alta, estamos seguros de que nuestros compañeros cubanos sabrán hacer irreversible el socialismo, que es como decir hacer irreversible el aire y el pan y la luz y los besos (hacer irreversible, en fin, la supervivencia de la humanidad). Fidel se ha ido. Fidel se ha ido para quedarse. Fidel ya no podrá morirse cuando se muera. Cuenta Plutarco que Solón, el padre de la democracia ateniense, después de redactar las nuevas leyes abandonó su país para que sus compatriotas las siguiesen porque eran buenas y no porque las había promulgado él. La superioridad de Fidel está fuera de toda duda y ante él se inclinan hasta sus enemigos; pero les obligaremos a inclinarse, y nos inclinaremos nosotros, ante la superioridad del socialismo. Fidel, tan grande y tan fuerte y tan convincente, se retira y resulta que el socialismo es más grande y más fuerte y más convincente que él. Si de lo que se trata es de admirarlo, también podemos admirarlo por esto; si de lo que se trata es de hacer como él, sin él, aunque no hubiera existido él, porque creemos en lo mismo que él, entonces sencillamente tenemos que seguir luchando.

Santiago Alba Rico es filósofo español, miembro del colectivo de www.rebelion.org. Sus últimos libros publicados son Vendrá la realidad y nos encontrará dormidos (Editorial Hiru, 2007), Leer con niños (Caballo de Troya, 2007) y Capitalismo y nihilismo (Akal, 2007).

domingo, 24 de febrero de 2008

Ni Justicia ni Derecho existen en el Reino de la Patraña borbónica de los Bribones


Garzón, Garzón…

Carlos Tena
Rebelión


La carrera profesional de este muchacho, natural de la provincia de Jaén como su amigo Joaquín Sabina, que jamás podría ser tildado de aceitunero, pero sí de andaluz altivo, está plagada de casos en los que el volumen de folios utilizados en las diligencias previas a la hora de iniciar un proceso por enaltecimiento del terrorismo y/o pertenencia a banda armada, supera el tamaño de cien Enciclopedias Británicas. La mayor parte de esas hojas se han dedicado a tratar de demostrar, en vano, que los condenados fueran militantes de la organización ETA, utilizando un argumento tan antijurídico como la opinión personal. Jamás los hechos analizados constituirían delito ante un tribunal conformado por hombres justos, pero Baltasar, llegando al colmo de la paranoia forense, acostumbra a utilizar, disfrazada además de literatura barata, figuras como metáforas o símiles que harían reír de buena gana a sus colegas de judicatura en un país verdaderamente democrático.


Este pitufo (término que en Cuba solemos aplicar para definir a un nene repipi) abogado, que en su adolescencia y juventud intentó ser un buen albañil (qué lástima, que su sueño no se cumpliera), camarero eficaz y solícito (qué pena de establecimiento), así como empleado de la gasolinera de su padre, bajo el justiciero sol de su bella Jaén, se ha convertido en una de las estrellas del firmamento, en el extinto universo de ese nuevo Tribunal de Orden Público que hoy se conoce como Audiencia Nacional, para castigo de independentistas vascos, y de catalanes o gallegos cuando fuere menester. Para ello, Baltasar se basta y sobra con su verbo convincente para aspirantes a demócratas de dictaduras bananeras, o monarquías del tercer mundo. ¿Cómo consiguió el estrellato el singular abogado? Veamos.


El joven Baltasar anhelaba ser el Azote de Euskadi, como un Atila vengador, y se vistió de superjuez al reclamar el procesamiento del general Pinochet, logrando únicamente: que las arcas de Su Graciosa Majestad británica invirtieran una cantidad bastante apreciable en dar buen alojamiento, transporte y alimentación al citado criminal. Porque ¿alguien en su sano juicio (y no hablo del tal Baltasar) pensaba que el asesino de miles de ciudadanos chilenos pudiera ir a prisión, por mucho papel, teléfono, viajes a Londres y comidas opíparas que el Azote y su Augusto acusado consumieran durante el intento?


Poco tiempo después de esta comedia barata, explotada hasta el delirio por la Inquisición española (léase Prisa en todas sus ramas), Baltasar manifestó reiteradamente su deseo de investigar también al ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, en relación con la instauración de las dictaduras de la década de 1970 en varios países de la América Latina, en lo que se dio en llamar Operación Cóndor (aconsejamos al lector un excelente estudio escrito por Stela Calloni), pero al parecer se le ordenó desde arriba, que no buscara más casos para ser célebre, y que además Henry era Premio Nóbel de la Paz.


Tozudo como pocos, Baltasar intenta procesar al magnate Silvio Berlusconi, jaleado por sus amigos del PSOE, que reían en privado con esos conatos en la seguridad absoluta de que jamás lograría condenar al delincuente italiano. Y hace unos años, para convencer al personal de su talante abiertamente democrático, criticaba tímidamente las torturas en la prisión de la ilegal base naval norteamericana en Guantánamo (no las ocurridas en algunas comisarías y cuartelillos españoles), aunque lo compensó diciendo que “A Osama Ben Laden hay que arrestarle”, y se quedó tan ancho, hasta que supo que George W. Bush no deseaba encontrar al millonario saudita porque éste podría declarar. La orden de arresto duerme en el baúl de los recuerdos, pero Baltasar ya era mundialmente célebre por su inutilidad manifiesta en este tipo de procesos.


Mientras en los hogares y en las escuelas, colegios y universidades españolas, se desterró hace lustros (aunque no se lograra del todo) la convicción de que la letra con sangre entra, el amigo Baltasar desplegaba toda su estrategia de satanización y sospecha, para incriminar a personas que no hacen otra cosa que escribir, pensar, defender ideas y combatir el fascismo, que es lo mismo que luchar contra la política del PSOE y el PP (e incluso de algunos representantes de ese cadáver político llamado Izquierda Unida), a la hora de contestar a la lucha armada que Euskadi Ta Askatasuna. Emprendió hace más de cuarenta años. Ni Zapatero, ni Aznar, como Uribe o Alan García, desean reconocer que el diálogo es el medio más eficaz (en el Ulster se aplicó de manera exitosa) para terminar con la sangre, el dolor, las bombas, el sufrimiento inútil, las metralletas y las lágrimas, objetivo de cualquier persona que se precie de humana, racional y cabal. Poner por delante el orgullo, la falsa dignidad, una infantil soberbia disfrazada de valentía, o un españolismo cerrado, debería constituir un delito de lesa humanidad.


Pero ya que la Constitución de Juan Carlos de Borbón (que consagra principios aberrantes como el que impide procesar al Jefe del Estado aunque fuere un ladrón), debe de aplicarse por medio de la sangre y la humillación, resulta normal que los gobiernos que han existido desde la muerte en la cama (no lo olvidemos) de Francisco Franco, el mayor terrorista que ha existido en Europa tras la desaparición de Hitler y Mussolini, fueran diseñando políticas para que los ciudadanos no sufrieran malos tratos en los centros de educación o en el seno de la familia, sino en las calles de todas las ciudades y pueblos de la España bananera asegurando el palo y tentetieso, picana y paliza. O si se tuviera el talante de Fraga Iribarne, ordenar el asesinato de trabajadores a la puerta de una iglesia en Vitoria. Y en ese patético escenario del siglo XXI, en el que aún siguen libres gentuzas como el ex ministro citado, acuden a aplaudir a sus mandatarios, como los fans a su ídolo, cómicos llamados Teddy Bautista, Juan Luis Cebrián, Iñaki Gabilondo, Joan Manuel Serrat, Xavier Sardá, Ana Belén, Rosa Aguilar o Víctor Manuel, quienes en tiempos del tribunal aquel que encerrara homosexuales y gitanos, vagos y maleantes, demócratas, estudiantes y obreros, parecían levantar sus voces de protesta e indignación. Hoy, cuando sucede exactamente lo mismo, los mentados jalean a Garzón a la hora de la sentencia injusta, la condena sin pruebas, la violencia gratuita. A eso se llama evolución hacia la democracia.


Algunos expertos en leyes, aseguran que Baltasar no hace otra cosa que aplicar los textos que, en materia de código penal o civil, se deciden y aprueban en el Parlamento. Qué cosa más curiosa que artículos que repugnan a la razón humana y jurídica (Ley de Partidos Políticos), que impide a miles de ciudadanos votar a sus representantes legales, hayan sido el arma favorita de ese Azote de Euskadi, a la hora de consagrar la mordaza colectiva a un inmenso grupo de seres humanos, eso sí, en nombre de la libertad de sus enemigos.


De la misma forma, es decir, utilizando las leyes y reglamentos con precisión y pitufismo metódico, el gran Baltasar podría castigar a un prostático si se le ocurre orinar en un espacio en el que se prohíbe hacer aguas menores, aunque reviente la vejiga del enfermo. Le sugiero que haga lo mismo, para seguir demostrando su pulcritud en la aplicación de la normativa legal, por encima de cualquier considerando, que imponga una buena multa a quien escupa en un local donde estuviera prohibido el salivazo, aunque entre las burbujas del líquido se halle una mosca que se le había colado en la boca al consumidor. De la misma forma, pido a Baltasar que multe a aquel que defeque en lugar vetado para ello, aunque fuere un enfermo aquejado de gastroenteritis aguda, a un chabolista por arrojar basura, a un vendedor ambulante sin permiso aunque se muera de hambre, o a Plácido Domingo si se le ocurre arrancarse por arias en una tasca donde estuviera prohibido cantar. Para Baltasar, la aplicación de la ley está por encima de eximentes; le basta con la sospecha personal, no con el hecho fehacientemente demostrado. Sus sentencias más célebres, por delirantes, son esas en las que aparecen párrafos y oraciones repletas de figuras retóricas, para hacer de la condena una pieza tragicómica, pero no un dechado de sapiencia jurídica.


Como se afirmaba en Endavant: “Una de las primeras y más polémicas actuaciones del juez, fue la llamada Operación Garzón 92, que se realizó días antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, con el objetivo de atemorizar la disidencia independentista al proyecto olímpico, debido al fuerte carácter españolista y especulativo del espectáculo deportivo. Con los juegos querían dar una buena imagen al mundo de una nueva España democrática y se había de parar cualquier manifestación de rechazo a unas olimpiadas que suponían la militarización y españolización total de la capital catalana. De ahí que y basándose únicamente en declaraciones extraídas bajo tortura, Garzón ordenó la detención y aplicación de la Ley Antiterrorista a sesenta independentistas que fueron encarcelados y maltratados con una violencia y métodos nunca vistos desde el franquismo”.


Un año más tarde, en 1993, Baltasar dejaba claras sus intenciones para medrar política y económicamente, al aparecer como diputado independiente en las listas electorales del PSOE, pero al no cumplir su sueño de ocupar la cartera de Justicia, Garzón abandona el gobierno acusando al entonces presidente Felipe González de haberlo usado como señuelo electoral y de no estar realmente interesado en la lucha contra la corrupción...


A su regreso al Tribunal de Orden Público, ejem… digo a la Audiencia Nacional, Baltasar encontró el modo de cobrarse la revancha haciéndose cargo del caso de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), creados por delincuentes como Barrionuevo, Vera o San Cristóbal, que dejó más de una veintena de muertos, así como historias macabras sobre torturas y detenciones violentas... compensando el golpe al clausurar sin pruebas rotundas el periódico Egin, emisoras como Egin Irratia o la editorial Ardi Beltza, y practicar detenciones y encarcelamientos arbitrarios como el del periodista Pepe Rei ...


Este proceder recibió numerosas críticas y rechazos a nivel internacional, como el pronunciamiento que hicieran las heroicas Madres de la Plaza de Mayo: “Repudiamos con todas nuestras fuerzas la operación policial y represiva ordenada por el Juez Garzón contra el Diario EGIN y la Radio EGIN. De la misma manera en que las Madres de Plaza de Mayo hemos agradecido al citado juez el procesamiento de los genocidas argentinos que ensangrentaron nuestro país, hoy tenemos la obligación de denunciar la conducta vergonzosa y vejatoria de esta persona”.


El colmo de la desfachatez y la sinrazón del amigo Baltasar se cumplen cuando, en Colombia, donde el presidente Uribe aparece como el mayor defensor de la fascista guerrilla paramilitar, el más connotado político al servicio del narcotráfico, se manifiesta en favor de “Un proyecto de estatuto antiterrorista” que no es otra cosa que un GAL a la colombiana. Para colmo, aquel que encarcelara unos meses a los mercenarios de Felipe González, sonríe cuando su compañero de armas jurídicas, el fiscal Zaragoza, se descolgaba con esta frase: "En su conjunto, ese proyecto es perfectamente asumible desde una perspectiva constitucional en un Estado democrático. En España vamos más lejos”. No hace falta ser un lince para adivinar que tras ese adverbio de lugar, se esconde la incomunicación del procesado y lo que esa medida conlleva… hasta la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital más lejano. A Baltasar, tan preocupado por la democracia, no le importa que en abril del 2007, el Relator Especial en cuestiones de tortura de la ONU, Theo Van Boven, como el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa (CPT), consideraran que “El Estado Español no ofrece garantías suficientes contra la tortura en dependencias policiales”.


Termino ya este artículo sobre el Azote de Euskadi con dos reflexiones. La primera pertenece al tristemente desaparecido Magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, el ejemplar profesional y ciudadano Joaquín Navarro, hecha algunos años antes de morir: “Garzón es un juez que se inventa casi todo. Lo que ocurre es que está actuando respaldado por el poder político y por el Ministerio del Interior. Garzón se permite el lujo de dictar autos de procesamiento o de prisión absolutamente fabulados, dando por demostradas vinculaciones orgánicas y funcionales de diversos sectores con ETA. Lo hizo en el caso de Xaki, asunto en el que está actuando de forma chulesca, y también en el caso de Ekin, inventándose eso de que es el frente político de ETA. También ha encarcelado a personas pacifistas o contrarias a la acción armada, como es el caso de Sabino Ormazabal y Pepe Uruñuela, a quienes conozco personalmente. Eso del frente político es una invención del Ministerio del Interior que el señor Garzón aplica de manera sistemática, sabiendo que sus decisiones, por injustas que sean, son impunes porque están respaldadas por el poder político. Lo mismo ocurre en el caso de AEK, al que seguramente considerará frente cultural de ETA. Sólo falta descubrir que hay un frente religioso de ETA o un frente veterinario. Esto es una caza de brujas que me parece alarmante e inquietante”.


La segunda es de hace unos meses y la firma el excelente abogado belga Paul Bekaert: “La Audiencia Nacional es una de las herencias del régimen franquista. Garzón, que eufemísticamente hablando no es reacio a la publicidad, es el número uno mediático del tribunal de excepción español. El es el padre espiritual, el motor, de la caza indiscriminada de ciudadanos vascos. El ha establecido la criminalización del movimiento independentista en aquella nación. Mete todo en el mismo saco, sitúa en la misma línea a los que en absoluto han utilizado forma alguna de violencia, junto a los que cometen violencia política. Garzón está al servicio de los poderes ejecutivos de los sucesivos gobiernos españoles. A finales de 1997 participé como observador y garante de los Derechos Humanos en el juicio contra el partido Herri Batasuna. Garzón y su equipo llevaron ante la Audiencia de Madrid a 23 miembros de la dirección. Cargos electos, abogados, profesores, periodistas, sindicalistas, trabajadores, activistas, una amplia representación de este movimiento popular se sentó en el banquillo. Ninguno de los sospechosos había cometido ningún delito, poseído o usado armas, ni mucho menos cometido ataques. El juicio fue una farsa. Parecía un espectáculo estalinista de finales de los años 30 en la Unión Soviética. El muro de separación entre los poderes ejecutivo y judicial fue, si no inexistente, sí muy sutil. Todas esas personas fueron a la cárcel a causa de un delito de opinión, o como fuera que ellos lo consideraran. Dos años después, el Tribunal Constitucional revocó esta decisión sin sentir vergüenza. Todos fueron puestos en libertad de inmediato. Aun siendo inocentes se les robó su libertad durante dos años, con el resultado de la pérdida de empleos, familias y personas moralmente laceradas. Garzón tiene aún mucho que aprender de la independencia e integridad de los poderes constitucionales europeos, de los belgas por ejemplo, y su profundo sentimiento de justicia, que se basa en 175 años de experiencia”.


Baltasar, por favor, sé honrado y procésate a ti mismo. Tu autoestima subirá unos puntos.

Lo de la Putísima SGAE no tiene nombre ni apellidos: Sobrados Guardianes Aduaneros del Eunuquismo

Por la desaparición de la SGAE, a las barricadas

Hace unas semanas nos enteramos de que la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha demandado al portal de internet Alasbarricadas.org. La excusa son unos comentarios sobre uno de sus más conocidos miembros, José Ramón Julio Márquez Martínez, más conocido como Ramoncín. Dicen que se ha violado “el derecho al honor” del ‘artista’ mediante “graves expresiones atentatorias contra el honor del demandante”. Y por ello quieren multar con 6.000 euros a la administración de esta conocida web anarquista.


No nos sorprendió la noticia: si algo sabe hacer la SGAE es robar. Cualquiera que disfrute de la cultura, cualquiera que la comparta, cualquiera que organice un evento cultural aunque sea sin ánimo de lucro es un enemigo, un objetivo a extorsionar por parte de esa cueva de ladrones dirigida por algunos de los más patéticos representantes de la incultura nacional. Si los delincuentes de poca monta son condenados a prisión, lo lógico sería que a la SGAE se la considerara asociación criminal y sus dirigentes fueran desterrados de por vida a alguna isla desierta, encadenados a un disco de Ramoncín que no parara de sonar.


Ya estamos acostumbrados a verles robar. Ahora dan un paso más y atacan la misma libertad de expresión que deberían defender como “autores y editores”. Antes pretendían controlar la difusión cultural. Ahora van más allá y quieren erigirse en los “shériffs de los contenidos en la red”, como acertadamente les ha definido el semanario La Directa. Se deben pensar que todos vivimos del cuento como ellos, y no se dan cuenta (¿o sí?) de que una multa de 6.000 euros podría poner en grave peligro a un proyecto como Alasbarricadas.


Lamentable, esta SGAE. Luego se habla del bajo nivel cultural de los españoles. ¿Y qué esperaban, si esta gente son los ‘guardianes de la creación’?


Terminamos con un mensaje para la SGAE y otro para Alasbarricadas.


Si los abogados de la SGAE veis indicios delictivos en lo que acabamos de decir, nos podéis demandar también, y estaremos encantados de compartir el banquillo de acusados con los compañeros. Eso sí, no os vamos a pagar ni un euro, que ya es bastante trabajo levantar la alternativa sindical sin subvenciones del Estado como para regalar nuestros fondos a unos parásitos. En cuanto al portal Alasbarricadas, os hacemos llegar nuestra más sincera solidaridad y os ofrecemos nuestro apoyo si lo estimáis necesario.


Sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de la Confederación Nacional del Trabajo www.cnt.es/graficasgraficas_madrid@cnt.es
Tfno.: 91 369 09 72 Permanencias de martes a viernes a partir de las 20 horas
Plaza de Tirso de Molina, 5, 6º derecha. Madrid.


CNT Cordoba nos cuenta: «La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha interpuesto una demanda por valor de 9000 euros a la CNT-AIT por un comunicado en el que se vertieron expresiones que atentarían contra el honor de tan "digna" institución. Se da la circunstancia de que el comunicado --del sindicato de Artes Gráficas de Madrid-- estaba escrito en solidaridad con Alasbarricadas.org. Esta demanda ya no ha sido interpuesta por Ramoncín, sino que directamente la ha puesto la propia SGAE. La demanda fue interpuesta el pasado mes de enero, y fue recibida por el Comité Nacional de la CNT. Además se pide la publicación de la sentencia en la web y el periódico de CNT

El comunicado en cuestión, objeto de la demanda.

El periódico Diagonal se ha ocupado también del asunto.

La Puta suciedad se refleja en los miserables valores de la Bolsa de la Basura pornocapitalista


Política de brazos abiertos



El año pasado, en el 5to aniversario de la apertura del campo de tortura en Guantánamo Cuba, tuve el singular privilegio de poder viajar allí, viajar a Cuba para los USAmericanos está prohibido; pero: ¿Cómo en una sociedad “libre y democrática” puede mi gobierno decirme donde puedo viajar o no? Así, que desafiando la incomprensible prohibición, nuestro intrépido grupo de activistas pro justicia y anti tortura, partió desde Cancún México, a La Habana, por Cubana Aerolíneas.


En mi humilde opinión, es imperativo que nosotros, los ciudadanos de los E.U.A. miremos cualquier asunto que diga o haga nuestro gobierno, con un sano escepticismo. Sabiendo que el régimen de Bush no inventó el mentir y asesinar por ganancias. No podemos regresar a los días cuando creíamos que los E.U.A. siempre tenía la razón y si asesinaba u oprimía a otros, entonces tenía que ser correcto dado que “Dios está de nuestro lado”. Especialmente cuando tenemos un “líder” que tiene una línea caliente con un Dios que parece particularmente violento y vengativo. La retórica anti Cubana ha sido frecuente por parte del sistema desde que nací.


Así que, después de ser una Usamericana por casi 50 años (a ese punto), esperaba encontrar una Cuba derrotada y en quiebra debido a décadas de comunismo y la dictadura del “Comandante Fidel” quien recientemente anunció su renuncia al rol de presidente. Aunque esperaba encontrar una Cuba en depresión, también encuentro, otra vez, muy hipócrita por parte de nuestro gobierno normalizar relaciones con muy opresivo gobierno comunista de China, pero no le da a la nación Cubana (que está a solo 90 cortas millas de nuestra costa) ningún tipo de respiro económico. Puede que no sea sorpresa para la gente, pero las relaciones con Cuba solo han desmejorado durante el reino de terror de Bush y Cia.


Después de unos cuantos días en Cuba, al hablar con la gente en las calles, (quienes tienen un nivel de educación muy superior que un Usamericano promedio debido a la educación universitaria gratuita), estaba sorprendida por lo feliz y saludable (debido al acceso gratuito a la salud—lo cual es bueno dado que tuve que aprovechar yo misma de esto mientras estaba allí) que parecen estar todos. Visitamos la escuela de medicina que educa médicos de todo el mundo (Incluyendo los E.U.A.) sin ningún costo con el único requisito que el Nuevo doctor deberá trabajar en una comunidad pobre por unos años después de obtener una licencia en el país donde él/ella desea realizar sus prácticas.


Desde el “período especial” de hambruna y de privaciones masivas en Cuba debido al colapso del socio comercial mas grande que tenía: La URSS; toda la agricultura en Cuba ha sido orgánica o permanente y los alimentos son frescos y saben a alimentos; no a plástico.


Una de las diferencias más evidentes entre los liderazgos de Cuba/EUA, es que después del Katrina, los doctores y técnicos en medicina de emergencias cubanos, se organizaron para ir a New Orleans para ayudar, pero los EUA rechazaron la oferta, aun cuando nuestros recursos estaban muy limitados, económica y estratégicamente por los desastres en Irak y Afganistán. Sin embargo, durante el período especial en Cuba todo lo que hizo Estados Unidos para nuestros hermanos y hermanas en el sur, fue fortalecer el embargo contra Cuba al prohibir a cualquiera de las empresas subsidiaras que tiene negocios con los EUA que comercializaran con Cuba. Los cubanos lograron subsistir a duras penas a través de la conservación, racionamiento y el ingenio para luchar durante el período especial. Las mujeres Cubanas están muy orgullosas de los métodos utilizados para aprovechar las raciones de sus familias al picar, por ejemplo, la cáscara de banana para agregarla a los alimentos. Sin embargo, escuché historias de Horror de padres mirando a sus hijos padecer lentamente y llorar por hambre. Los cubanos perdieron un promedio de 20 libras durante la década del período especial el cual duró casi todos los 90’s.

Cuando llegamos a Guantánamo, Cuba, nos encontramos con un pequeño pueblo de haciendas familiares, (y grandes plantaciones de azúcar) aves de corral, caballos y mosquitos y carretas tiradas por animales. La conexión a Internet estaba débil y no tuvimos agua caliente para bañarnos, pero me impactó la diferencia entre la vida del cubano y un usamericano promedio. Si, tal como el período especial en Cuba, EUA tuviera reducido el 80% de nuestras importaciones y exportaciones ¿Qué haríamos? ¿Tendríamos que excavar nuestro concreto y plantar cultivos para ser alimentados algún día después de morir por hambruna?, ¿Tendríamos disturbios por alimentos y otros consumibles?, ¿Qué pasaría si nuestro manto petrolífero se secara? Sería puro caos, pero Cuba sobrevivió condiciones como ésta debido a su ya simple forma de vida.


Si la vida en Cuba es terrible tal como manifiestan algunos, entonces, ¿Por qué tienen una expectativa de vida mayor que la de nosotros aquí en EUA?, ¿y por qué su tasa de mortalidad infantil es más baja? ¿Sustituimos “Calidad” de vida por “cantidad” de posesiones materiales? Ahora vivo en una ciudad donde la indigencia es prolífera y un enorme reto, mientras que en Cuba no se conoce la indigencia. ¿Es el estilo “Mas grande, mejor más a cualquier costo" del capitalismo más humano que el comunismo? Aquí en EUA nuestro estilo de vida se obtiene a costa de tantos alrededor del mundo, y aquí en casa, que tenemos que preguntarnos, si éste vale la pena por unos cuantos pies cuadrados de espacio o por conducir un vehículo urbano de ataque que engulle recursos preciosos y eructa desperdicios tóxicos.


Espero que el embargo comercial y de viajes a Cuba se levante pronto. En verdad sufren al tener que importar insumos médicos y otros bienes de China y Europa y nosotros sufrimos al ser privados de la oportunidad de viajar a un bello país donde la gente es acogedora y generosa con lo poco que si tienen. Pero con la noticia de que Fidel se retira después de sobrevivir más de 600 intentos de asesinato de la CIA, aún demócratas optimistas repitieron la línea corporativa del partido y hay una pequeña oportunidad de levantar el embargo. Debido a que USA tiene una Instalación de detención en suelo cubano donde se detiene y tortura a seres humanos en condiciones adversas sin el básico derecho humano de un proceso debido bajo la ley, ¿Cómo podemos condenar a Cuba por violación a los derechos humanos?

Después de la caída del bloque soviético, Cuba está aprendiendo a formar alianzas positivas con otros países en Sur América y yo retaría a nuestros líderes que consideren hacer lo mismo. Usar nuestro Ejercito para extender el colonialismo corporativo por toda Latinoamérica ha ocasionado el levantamiento de gobiernos populares (Venezuela y Bolivia por ejemplo), y en vez de intentar sabotear estos gobiernos, deberíamos trabajar con ellos para probar que nos importa más la democracia humana y menos el apoyo a gobiernos opresores.


Necesitamos una “política de brazos abiertos” con nuestros vecinos en éste hemisferio no una imagen de “armado y peligroso”. Ciertamente EUA es percibido como un abusador en todo el mundo, pero en el caso de Cuba, no podría ser ejemplificado mejor.


Los EUA amenazando a Cuba sería como un León rugiendo a un ratón. Alargar la mano con comercio justo y brazos abiertos tendrá un mejor impacto hacia Cuba para que alcance más libertad y democracia en vez de fortalecer embargos que hieren familias y únicamente fortalecen sentimientos anti-democráticos y anti-usamericanos.



En breve LA PUTA GRANÁ pondrá en solfa muchas de las estúpidas y ridículas apreciaciones que contienen las bobas visitas de exportadores de putocracia como si fuera el no va más. En Cuba puede que la pobreza sea bien visible. Eso es evidente y no tiene por qué taparse. Pero la miseria que tanto abunda en las suciedades pornocapitalistas solo tiene en Cuba el efecto mimético necesario para que el egoísmo inculque valores miserables que tanto cotizan en la Puta Bolsa de la Basura.

Ni un Puto Nobel representa tanta dignidad


Pensamientos apurados antes del 24 de Febrero
Fidel y nosotros

Celia Hart
Rebelión


El Comandante en Jefe Fidel Castro no aceptará ser el presidente de los Consejos de Estado y Ministros. Así lo aclaró con gran precisión el 18 de febrero de este año.


Luego de estremecernos y llorar lo imprescindible, podemos analizar un poco más:


Primero: Hoy más que nunca los revolucionarios cubanos y del mundo debemos estar alertas y desentrañar las claves, no siempre explícitas de Fidel, el comunista que más tiempo ha estado en el poder en la historia de la humanidad y el que decide irse tan sólo porque el Tiempo, que al parecer puede más que Dios, le ha dado esa orientación política.


Fidel es además el mejor conspirador revolucionario y sigue asombrándonos con sus formas emprendedoras de asumir la guerra. Por tanto deberemos seguir descifrando sus mensajes y saber que seguimos en combate permanente.


Segundo: Ningún mortal viviente, por más méritos que acumule en la lucha revolucionaria, o por más capaz que sea en la administración pública, independiente de la edad, sexo, raza, nivel intelectual o cultura que ostente, logrará colocarse a la estatura de las botas de Fidel Castro. Lo genios morales y políticos no se fabrican en serie.


Mis votos de piedad por adelantado para quien tenga que sustituir a Fidel... Es tal cual que una partida de ajedrez sellada por José Raúl Capablanca tenga que continuarla cualquier otro ajedrecista; o que algún músico deba concluir el Réquiem de Mozart, un matemático demostrar teorema de Fermat... o tengamos que concluir los últimos capítulos del Quijote. Ni siquiera Federico Engels pudo superar a Carlos Marx en El Capital. Sobre todo porque Capablanca, Mozart, Fermat Cervantes y Marx estarían observando.


Hay empresas tan sólo para ellos, nosotros podemos sólo continuarla en unidad y compromiso. Mucho tendremos que apoyar a los encargados oficialmente de la descomunal tarea de mantener viva la revolución socialista de Cuba, sustituyendo aunque sea en un pedazo a Fidel...estando él vivo.


Al nuevo equipo que se elija, que esta vez puede ser cualquiera de los diputados restantes, pues el abismo lo marca tan sólo Fidel, deberemos darle nuestro apoyo. Inconcientemente todo lo que puedan hacer va estar sometido a la métrica de Fidel... la más exigente métrica del mundo.


La unidad crítica de los revolucionarios toma ahora un matiz de urgencia. Por fortuna Fidel es diputado y de seguro le ayudará a nuestra Asamblea Nacional a elegir a los más capaces. Debemos, pues apoyar de manera especial a nuestros diputados y al nuevo Presidente, porque estarán sometidos a una gran tensión.


Dudo que haya habido otro Parlamento que deba asumir responsabilidades más serias.


Tercero: Fidel ha vivido lo suficiente para convertir la tecnología de la comunicación en arma de combate: De Lenin haber tenido un ordenador, habría hecho público su testamento político; habría dado sus últimas batallas con mayor eficacia; ...y de seguro mucho nos hubiéramos ahorrado los comunistas entre falsificaciones y embustes. Hoy día el ciberespacio se está convirtiendo en un importante aliado en contra de los putrefactos medios oficiales de comunicación.


Trotsky habría fundado la IV Internacional, de contar con INTERNET, desde su mesa de Coyoacán y no hubiera permitido esta atomización incoherente y desgastada de los “trotskistas”. El Che, hubiera tenido más recursos, de contar con este poderoso medio. Imaginen no más el Discurso de Argel masificado al día siguiente de ser pronunciado.


Fidel está empuñando el arma adecuada en el momento y tiempo adecuados.


Me contaba mi madre que Fidel siempre le gustaba el fusil más moderno y que aprendía rápido a usarlo. Él ha aprendido a usar la comunicación como el más moderno de los fusiles.


Entonces constituye un deber entre los revolucionarios que se publiquen íntegramente las palabras del Compañero- Comandante Fidel. No importa, como él señala, que sea en primera plana del GRANMA, pero que nadie ose censurarlo por problemas de espacio, pues estaría cometiendo crimen de lesa humanidad contra la revolución.


Cuarto: Fidel está tomando el camino del Che Guevara cuando dividiendo tareas revolucionarias con él, le dijo a este último en su carta de despedida:


Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase, que no se pueden romper como los nombramientos”.


Fidel está haciendo lo mismo. Nada legal lo ata a la revolución sólo los lazos que no pueden romperse como los nombramientos.


Se retira a un sitio donde puede ser más útil, más provocador, más invencible.


Los medios de comunicación se han convertido en un campo de batalla y tener al Comandante en él se convierte en un lujo y un compromiso para los que por el momento tratamos de combatir “teclado en mano”. Entonces ¡cuidado a los improvisados!, que Fidel está cambiando la escena de la batalla y que desde allí sin tener que cuidarse por el protocolo del gobierno, será mucho más mordaz para los enemigos, y más exigente con nosotros.


Su pluma será su fusil, y aunque no firmará nombramientos, ni recibirá (como jefe de estado) a ningún dudoso personaje, será mucho más importante la firma en sus reflexiones.


Quinto: Esto supone un reto a los editores de los medios alternativos y a los escritores que hemos usado este escenario para la lucha. Las editoras de los medios virtuales, deberán estar listas para asumir al escritor y periodista más rápido y capaz. Deben apoyarlo en la divulgación de sus mensajes, que hoy día se convierten en proyectiles imprescindibles de combate. Para los que hemos escogido estos medios como tinta y papel, saber que en el espacio electromagnético nos acompañará nada más y nada menos que... Fidel. Tendremos que ser consecuentes con ese honor.


Sexto: Fidel sigue (mientras no se realice el Congreso del Partido Comunista de Cuba) como Secretario General de los comunistas cubanos, los comunistas que estén en el partido y de los que no estemos, por una u otra razón, también... Ni están todos los comunistas dentro del PCC, ni todos los que estamos fuera no lo somos. Mi madre dijo una vez que para ser comunista no era necesario el carné de membresía. (Yeltsin tenía ese carné cuando destruyó lo que quedaba de la URSS).


Entonces Fidel sólo se queda con el cargo oficial de presidente de los comunistas de Cuba, y de los del mundo también... Si es que salimos del ostracismo sectario, los imprecisos frentes populares, del reformismo barato y las ansias locales de poder... Pudiéramos pensar en organizarnos al fin, a cincuenta años de la revolución cubana en una asamblea revolucionaria y todavía pudiéramos contar con el camarada más experto , mas comprometido y necesario que existe.


Puede pasar que no tengamos la suficiente grandeza de ser contemporáneos de uno de los líderes más completos de la historia del hombre.


Una vez dije que lo que suceda con el gobierno en Cuba no era trascendente, lo trascendente será lo que suceda con la revolución y mientras Fidel respire seguirá siendo nuestro Comandante.... Nadie se atreverá a colocarse sus charreteras con la bandera del 26 de Julio... ese título, él lo sabe, no es transferible.


Séptimo: Habrá que redoblar las fuerzas para traer de vuelta a cinco camaradas imprescindibles para la batalla que tenemos por delante. Nuestros Cinco Héroes están de más tras las rejas y empiezan a convertirse en una necesidad objetiva para seguir la lucha. Nos son necesarios aquí, luchando y no en los carteles.


Octavo: Como en el espacio electromagnético es posible “borrar” a tiempo , antes de que las notas se conviertan en papel... a todos los revolucionarios que en sus sentidos mensajes escribieron la palabra RENUNCIA, que la borren de inmediato.


A los enemigos...nada que decirles, que pongan y digan lo que quieran...que Fidel aprendió a usar ya un arma de destrucción masiva contra la mentira, la injusticia y la enajenación.


Noveno: Sé que Suecia no otorgará a Fidel lo que se merece, aunque debiera si pretende ser consecuente con el testamento de Alfredo Nobel que reza: “el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premios entre aquéllos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad”.


Aun así propongo a Fidel Castro para los siguientes lauros:


Premio Nobel de la Paz por exterminar el aparheit de la Madre África entre otras cosas, por ser el primer y más comprometido luchador por la ecología en el Planeta; porque gracias a su impronta varios países del mundo son hoy libres de analfabetismo y el método Yo sí puedo es uno de los mensajes de Paz más eficientes y concretos que existen. Porque siendo el mayor rebelde imaginable perfiló como ninguno la ética de la rebelión que se ha convertido en escuela. Por más que lo busquen no encontraran un torturado, un secuestrado, un humillado, bajo su consentimiento.


Premio Nobel de Economía, por haber mantenido esta isla a flote frente a los enemigos más adversos y frente a las peores traiciones, por ser el primer luchador contra la Deuda Externa de los países del Tercer Mundo... y por ser uno de los primeros en advertirnos que este despilfarro no nos conducirá a ningún lado; por explicar la tragedia de los biocombustibles como no lo ha hecho ningún economista.


Premio Nobel de Medicina por supuesto, al crear el sistema de salud que ostentamos los cubanos, donde día a día no tienen que morir niños y ancianos que deberían hacerlo en nombre del asesino orden mundial; por saber repartir ese sistema en el mundo con el más certero de los internacionalismos, porque todos los días de Dios un médico cubano salva una vida en los más distantes países del mundo... de alguna manera motivados por Fidel.


Premio Nobel de Matemáticas por su manejo casi imposible de las cifras, porcentajes y medidas de manera inexplicablemente rápida y certera, por saber contar bien en nombre del bienestar del ser humano...


Premio Nobel de Física por ser él la comprobación viviente de la teoría Especial de la Relatividad de Einstein... su velocidad, cercana a la velocidad de la luz (c= 300 000 Km. Por seg.) hará que el tiempo en que permanecerá a nuestro lado sea infinito. Por haber hecho un continente inmensurable a la pequeña isla de Cuba en virtud de la obra más noble, más eficiente, y más duradera desde que hace unos cuantos millones de años logramos desprendernos en posición bípeda del reino animal.


Premio Nobel de Literatura... Enmarquen los discursos de Fidel, entrevistas y reflexiones, edítenlas bien y no habrá ejemplo mayor de claridad en las letras, las ideas y la coherencia por más de cincuenta años consecutivos.


Décimo: Lo propongo también , aunque no existe el Premio Nobel del Amor... por hacer este esfuerzo último para que no caigamos de nuevo en el infrahumano sistema que avasalla el corazón convirtiéndolo en mercancía, allí donde nos quiere conducir sin piedad el capitalismo en su más depredadora versión... Por hacernos creer que la capacidad de pensar y de amar son motores viables en el hombre, frente a las “inevitables” leyes del mercado y por enseñarnos a no temerle al desaliento, a la injusticia y la soledad.


Incluso a enseñarnos, a poder vivir sin él.


Una vez más Compañero-Comandante... sugiera y ayude a ¡ordenar el desorden que ejecuta a diario la Pena Capital!

sábado, 23 de febrero de 2008

Otra Puta apología del Terrorismo de Estado en el Reino borbónico de los Bribones


No ganamos para sustos.

Lo saben hacer. Tontos no son. Y saben colarse en nuestras casas a las horas más intempestivas.

Hacen apología de su Puta suciedad de mercado. Y saben alabar lo que hay que alabar.

Contra ellos no actúa la Puta Fiscalía del Estado de Desecho de la Patraña borbónica de los Bribones. ¿Cómo lo iba a hacer? Si se sabe -a poco que se quiera estar bien informado- cómo se preparó la mejor hoja de servicio -del impuesto Rey- a la puta agenda yanqui en la implantación de putocracias fieles al modelo ortodoxo del Imperio tanatocrático NorthAbelicano.

Los Media Markt no son nada de tontos. Saben tirar del hilo. Como buenos cortesanos hacen apología de los valores del régimen monárquico. Y hoy 23 de febrero se visten de matarifes de las libertades. Y la servidumbre: ¡a comprar a tontas y a locas!

viernes, 22 de febrero de 2008

Tan realmente real como la Puta Vida nuestra de todos los días


Entrevista con Ken Loach, director de cine

“Ninguna fuerza política se interesa por los inmigrantes”

M. Á. de Lucas / M. J. Castro
Diagonal


Contratos temporales e indefensión legal marcan la vida de una mano de obra barata y fácil de despedir. La última película de Loach, En un mundo libre..., se acerca al mundo de los trabajadores inmigrantes en Londres. Hablamos con el autor sobre su cine y las modernas formas de esclavismo.


Ken Loach llegaba el pasado 8 de febrero a Madrid en el momento más oportuno posible. Dos días antes, con las encuestas en contra y lanzado a la búsqueda del voto xenófobo, Mariano Rajoy presentaba su peculiar “contrato de integración”. La idea: un documento entre el Estado y el inmigrante donde este último se compromete a cumplir las leyes (algo que ya recoge el Código Penal) y respetar las costumbres españolas (lo que más bien se traduce por abandonar las de origen). Y un día antes el secretario de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, daba otro paso aún menos disimulado. En un arranque verbal, partiendo del ejemplo de que ya no le ponen el café como desea, el político conservador lamentaba que “ya no hay camareros como los de antes”, que “la mano de obra inmigrante no es cualificada”, y que, encima, los inmigrantes colapsan la Seguridad Social.


Precisamente, justo el mismo día que los periódicos dedican sus portadas a este empozoñado populismo racista, presenta Ken Loach su última película y demuestra que la lucidez sigue siendo una forma de resistencia. Su último trabajo En un mundo libre... pone en primer plano una realidad molesta y a la que no se desea mirar; la de los trabajadores extranjeros que están al final de la cola, a veces sin papeles y siempre sin contrato fijo, condenados a ser la mano de obra barata con la que comercian las agencias de empleo temporal, con jornadas interminables y una permanente indefensión legal. Un mundo donde la posibilidad de ser detenido, deportado o sufrir un accidente de trabajo suele importar algo más que si alguien pide un cortado o café largo de leche. Con este tema de fondo, Loach viaja en esta ocasión hasta los engranajes humanos sobre los que se levanta el llamado ‘milagro anglosajón’, es decir, barrios que, como dice un personaje de la película, son “el tercer mundo en Londres”. Lugares de miseria en el corazón de occidente, donde se concentran campamentos de inmigrantes polacos, ucranianos, iraníes o pakistaníes, y por los que Loach, uno de los mayores representantes del realismo social europeo, pone la cámara en las vísceras más podridas del sistema económico con la sangre fría de un forense. Lo hace no a través de la condescendencia con los explotados, sino desde la piel de quien pasa casi sin darse cuenta del papel de víctima al de verdugo: una joven madre soltera que, tras un sufrido currículum de trabajos breves y mal pagados, decide poner en marcha su propia ETT. Con este punto de partida el director despliega todas las señas que han hecho característico su cine: actores no profesionales, la calle como escenario, situaciones cotidianas, personajes complejos y ambiguos y una creciente tensión narrativa. Todo ello, junto a un guión que obtuvo el premio al mejor guión en la Mostra de cine de Venecia, acaba por crear una historia que, a menos que se tenga extirpado el nervio político, sigue dando vueltas en la cabeza del espectador tras salir del patio de butacas. Hablamos sobre ello con su director, y también con Paul Laverty, guionista de sus últimas películas.


“Si hemos aprendido algo es que la situación es mucho peor de lo que pensábamos”, afirma Ken Loach. “Hemos descubierto que existe un mundo escondido, que vive paralelo al nuestro, invisible, y que sin embargo hace posible que vayamos al supermercado y compremos comida barata”. Por eso se mostró tajante durante la rueda de prensa cuando le preguntaron su opinión sobre el “conculturas trato” de Rajoy. “Es otra forma de intentar disciplinar a una gente ya de por sí vulnerable, de someterla todavía más. Más que una cuestión de integración, me parece algo relacionado con la humillación”, opina Loach, quien recuerda que “cuando los británicos fueron a India o los españoles a América, no hablaban de integración, sino de riquezas y oro”. De la misma opinión es Paul Laverty. El guionista, que vive en Madrid, se pregunta si ahora deberá apuntarse a cursos de flamenco. Pero, tras la ironía, se muestra preocupado. “Es toda una hipocresía. Quieres que trabajen para ti, que cuiden de tus padres, de tus hijos o que trabajen como mano de obra barata, pero no quieres que traten a esas personas en la sanidad si tienen un cáncer de mama o algún problema”. Según Loach, esta visión negativa se fomenta además con la imagen deformada que dan los medios. “La prensa no hace más que mentir y contar mentiras. Una y otra vez vemos cómo los titulares señalan a los inmigrantes como delincuentes, como criminales, cómo se llevan las plazas de nuestros hijos en las escuelas, cómo reciben ayudas y se las quitan a los autóctonos. Me parece que es toda una campaña de la derecha, una campaña que contribuye a incentivar el fascismo”. Algo que, a su juicio, es más indignante si se tiene en cuenta “que estos trabajadores vienen aquí porque los necesitamos, porque representan mano de obra barata y lo que quieren los empresarios es disciplinarlos. Es decir, que vengan aquí y que trabajen por lo menos posible, y aceptas esto o te vas”.


“Después de innumerables conversaciones con muchos trabajadores, he tenido una sensación casi onírica”, ha escrito a propósito de este asunto Paul Laverty, “es como si 150 años de luchas sindicales se hubieran esfumado de repente, barridos por el viento, como si no hubieran existido nunca”. Es algo que en la película queda reflejado. Para Loach, “el trabajo es como un grifo. Hoy abro el grifo porque necesito diez trabajadores aquí, y mañana lo cierro si no necesito ninguno. Esto quita obligaciones al empresario, a los patronos, que no tienen ya necesidad de dar protección a su trabajador, de darle seguridad social, de darle una ayuda cuando esté enfermo...”. En este sentido, lamenta el vacío político que existe sobre la inmigración. “El problema que tiene ahora Europa es que no hay ningún movimiento político que se preocupe por los intereses de estos trabajadores inmigrantes, por sus derechos”. “Y hay que crear este movimiento”, concluye.


Una historia sobre la “anomia social”


Laverty, guionista habitual de Loach, llevó a cabo la mayor parte de la investigación sobre la precariedad laboral para reflejarla fielmente en la película desde todos los ángulos. Según afirma, “la idea surgió después de hacer El viento que agita la cebada y quería hacer algo más actual, más contemporáneo”. “Me fui del norte de Escocia al sur de Inglaterra, a Gales, y hablé con personas que trabajaban en zonas agrícolas, centrales de procesado, depósitos y vivían en los suburbios, en zonas que quedan por debajo de las autovías. Lo que más me sorprendió fueron los contratos temporales, muestra de lo rápido que está cambiando el mundo”.


El enfoque cambió al pensar en la protagonista, Angie, quien no se ajusta al esquema de cartón- piedra de un malvado explotador. “Es una persona que está en los treinta y tantos, que ha tenido 30 o 40 trabajos” y que, al tiempo que se solidariza con algunos inmigrantes, se beneficia con su explotación laboral. “No queríamos entrar en el tema de mafias, sino más bien en la anomia social”, dice Laverty. “Es contradictorio, pero tiene su lógica, una lógica un poco terrible. Y se lo dice a su padre: acuérdate la próxima vez que vayas al supermercado, todos nos beneficiamos de la mano de obra barata”.

Contra la Puta Patraña multinazional coplera

El ministro del Poder Popular para la Cultura, Francisco Sesto, se dirige al cantante español
Carta a Joan Manuel Serrat

Francisco Sesto
Rebelión
22-02-2008


Querido amigo:

Permíteme que te llame de esa manera porque de verdad lo eres, aunque no lo sepas. Tus canciones, la imagen de tu sencillez y tranquilidad de espíritu, así como la referencia del compromiso tuyo con una visión incluyente del mundo, han sido algo importante en mi vida, como lo ha sido en la vida de muchas personas que me rodean.Además somos, por así decirlo, de la misma camada. Pues yo nací en octubre y tú en diciembre de 1943. Viejos camaradas a distancia, uno de ellos sin conocer al otro, en una relación asimétrica.La primera noticia tuya la tuve, creo, a mediados de los sesenta, a través de un disco de 45 revoluciones con canciones en catalán. Me acuerdo todavía de Les Sabates: "Quanta gent que passa amb l'ull sorrut!..Quanta gent l'esperança ha perdut!…". Y luego te fui siguiendo a lo largo de estos cuarenta y tantos años, comprando casi todos los discos que sacabas y asistiendo a tus conciertos. El último fue el que nos ofreciste en Caracas en noviembre pasado, junto a ese otro gran amigo y camarada (aunque él tampoco lo sepa) que se llama Joaquín Sabina. Acudí como un espectador más, entremezclado entre el público al que pertenezco. Aún siendo ministro del poder popular para la cultura, no hice ningún esfuerzo por saludarte ni por hacerme notar. Tampoco estuve en los lugares preferenciales. En ese momento yo era únicamente un espectador agradecido por el hermoso regalo que nos estaban dando Serrat y Sabina. Y lo cierto es que lo disfruté bastante.


Hoy, sin embargo, una piedrecita se me metió en el zapato causándome una molestia que me impulsó a escribir esta carta. Acabo de leer una noticia en un periódico caraqueño con fecha 14 de febrero, en la que se comenta que entre los firmantes de la carta de solidaridad con Alejandro Sanz, aparecen tu nombre y el de Joaquín Sabina.


No me incomoda ni puedo criticar, ciertamente, la solidaridad entre colegas. Es natural y comprensible. Lo que me preocupa es que puedas haber firmado esa carta a la luz (o a la sombra) de la campaña mediática nacional e internacional que, desde hace años, se ha desatado contra nosotros, pueblo y gobierno de Venezuela.


Yo quiero explicarte bien este caso. Por un lado, para que conozcas la verdad. Y por el otro para poder seguir disfrutando de tus canciones sin sentir un mal sabor, una amargura, en el alma. Es por mí, por quien lo hago. Perdóname esa.Lo primero que debes saber es que el incidente Sanz se produce en un momento en el cuál el Poliedro de Caracas acababa de cambiar de manos. Hasta entonces el Poliedro era una fundación adscrita al Ministerio de la Cultura y en esos días, se había concretado su adscripción al Ministerio de Educación Superior. De manera tal que todo en el Poliedro estaba en revisión profunda para adecuarlo a unas nuevas funciones, analizándose desde su razón de ser, hasta la propia organización gerencial. Ese es un dato importante del asunto.Fue en esos días cuando, ante la solicitud de una determinada compañía productora de espectáculos, la nueva autoridad decide no darle el visto bueno a la presentación de Alejandro Sanz en el Poliedro.


Debe quedar claro que en ningún momento se censuró su presentación, ni se le impidió presentarse en otro lugar ni, mucho menos, se le negó la entrada a Venezuela. Ningún tipo de prohibiciones. Sólo dificultades para usar un espacio, el Poliedro.A partir de allí comenzó el tsunami mediático a tergiversar las cosas. A mentir descaradamente, como es su costumbre. Pero eso no es nada para nosotros. Lo vivimos todos los días.


El caso es que muy pocas semanas después se superó el incidente y se autorizó la presentación de Alejandro Sanz en el Poliedro de Caracas. Eso es historia documentada. Pero, en un cierto momento, habiéndose comenzado incluso a vender las entradas, al cantante ya no le pareció interesante o conveniente venir a Venezuela. Desconozco las razones por las que no quiso actuar aquí. Comenzó entonces a improvisar excusas. Dijo que ninguno de los grandes hoteles de Caracas quería darle alojamiento, cosa que de inmediato fue desmentida públicamente por el Meliá Caracas, el Embassy Suites, el Tamanaco y el Eurobuilding. Poco después salió en televisión con una camiseta en inglés insultando soezmente al Presidente Chávez. Y desde este lado para no quedar en desventaja, la Cámara Municipal del Municipio Libertador declaró a Alejandro Sanz persona no grata. Bueno, la vida es así. Donde las dan, las toman.


Y luego, como en un coro bien dirigido, comenzaron a aparecer en todo el mundo las voces contra la censura en Venezuela, involucrando en la crítica al propio Presidente Chávez que, me consta, no tenía arte ni parte.


Hoy mismo salen dos entrevistas a Fito Páez, en su paso por Caracas. En El Nacional dice: "Chávez no tolera la disidencia, es intolerante… Uno tiene derecho a pensar, hacer y decir lo que quiera, mientras eso no afecte a los demás". En El Universal declara: "Chávez debería meterse con gente más pesada, como yo".


Bueno, la verdad, Joan Manuel, es que ni Chávez ni nadie aquí se mete con los intelectuales, ni con los artistas ni con ninguna persona en particular por sus ideas o sus creaciones. Yo no estoy seguro de poder calificar a Venezuela como el país más libre del mundo, pero de lo que, sí, estoy seguro, es que éste es un país tan libre como cualquiera pueda serlo. Y desde luego mucho más, por ejemplo, que los EEUU o que la propia España, donde a cada rato, y tú lo sabes, se cierra o se multa un periódico, se prohíbe un partido o se enjuicia a unos muchachos por quemar una fotografía en público.


Yo puedo jurar y juro, como Ministro del Poder Popular para la Cultura y como ciudadano, que en nuestro país la libertad de creación, de opinión y de información es absoluta, sin otro límite que el de las propias leyes. No conozco aquí, en esta época, ningún ejemplo de censura por parte del Gobierno. Esto es un hecho que cualquier visitante o, incluso, cualquier usuario de internet que no crea en chismes y vaya a las fuentes, puede constatar. Basta con leer los periódicos (para muestra las entrevistas de hoy a Fito Páez, el peso pesado) o sentarse por unos minutos ante un canal de TV tan venenoso como Globovisión.


Y por último ¿sabes una cosa?: si algún funcionario público pudiera cometer un error de ese tipo en algún momento, esa persona no sería precisamente el Presidente Chávez. Nunca él. No va con su naturaleza. A Hugo Chávez, como persona y como político, le gusta jugar limpio y ganar en buena lid. Es fuerte en la batalla de las ideas, sin otorgar concesiones innecesarias a la retórica académica o cortesana, pero dentro de la confrontación no hace trampa, no mueve las fichas, no compra al árbitro, no le amarra las manos ni la boca a nadie. Lo digo con propiedad, porque lo conozco, creo, bastante bien. Y este es otro dato del asunto.


De modo que así están las cosas.Yo me saqué una piedrecita del zapato escribiendo esta carta y, si no hay novedad, podré seguir escuchando tus discos, queriéndote y admirándote, como siempre lo he hecho. Y lo mismo con Joaquín Sabina.Vaya un saludo cariñoso para los dos.


Farruco Sesto Ministro del Poder Popular para la Cultura de la República Bolivariana

miércoles, 20 de febrero de 2008

Todos los Putos somos necesarios, pero Nadie es Puta imprescindible: hace falta nuestro Ulises subversivo a diario


¿La renuncia de Fidel?

Frei Betto
Alai-amlatina

Fidel Castro, de 81 años, renunció a sus funciones de presidente del Consejo de Estado de Cuba y de Comandante en Jefe de la Revolución. Dedicado a cuidar su salud, prefiere mantenerse fuera de las actividades de gobierno y participar en el debate público -que siempre le encantó- a través de sus artículos en los medios. Permanece, sin embargo, como miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.El próximo domingo día 24 Raúl Castro, de 77 años, será elegido, por los nuevos diputados de la Asamblea Nacional, para ocupar las funciones de primer mandatario de Cuba.

Es la segunda vez que Fidel renuncia al poder. La primera fue en julio de 1959, siete meses después de la victoria de la Revolución. Elegido primer ministro, chocó con el presidente Manuel Urrutia, que consideró muy radicales las leyes revolucionarias, como la de reforma agraria, promulgadas por el consejo de ministros. Para evitar un golpe de estado, el líder cubano prefirió renunciar. El pueblo salió a las calles apoyándole. Presionado por las manifestaciones, Urrutia no tuvo otra alternativa que dejar el poder. La presidencia fue ocupada por Oswaldo Dorticós, y Fidel volvió a la función de primer ministro.Estuve en Cuba en enero de este año, para participar en el Encuentro Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, a la luz del 155º aniversario del nacimiento de José Martí, figura paradigmática del país. Regresé a mediados de febrero para otra reunión internacional, el Congreso Universiade 2008, en el que participaron varios rectores de universidades brasileñas.

En ambas ocasiones me encontré con Raúl Castro y otros ministros cubanos. Me reuní también con la dirección de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria); con estudiantes de la universidad de Ciencias Informáticas; con profesores de nivel básico y medio; y con educadores populares.Se engaña quien crea que la renuncia de Fidel significa el comienzo del fin del socialismo en Cuba. No hay ningún síntoma de que sectores significativos de la sociedad cubana aspiren a que regrese el capitalismo. Ni siquiera los obispos de la Iglesia Católica. Con excepción de unos pocos, a quienes no les importaría que el futuro de Cuba fuese equivalente al presente de Honduras, Guatemala o Nicaragua. Además, ninguno de los que salieron del país continuó la defensa de los derechos humanos al insertarse en el mundo encantado del consumismo.

Cuba no es reacia a los cambios. El mismo Raúl Castro desencadenó un proceso interno de críticas a la Revolución a través de las organizaciones de masas y de los sectores profesionales. Son más de un millón de sugerencias las analizadas por el gobierno. Los cubanos saben que las dificultades son enormes, pues viven en una cuádruple isla: geográfica; única nación socialista de Occidente; desprovista del apoyo que le daba la Unión Soviética; bloqueada hace más de 40 años por el gobierno de los EE.UU.

A pesar de todo ello el país mereció elogios del papa Juan Pablo II con ocasión de su visita en 1998. En el IDH 2007 de la ONU el Brasil se alegró de figurar en el puesto 70. Los primeros setenta países son considerados los mejores en calidad de vida. Cuba, donde no se paga nada por el derecho universal a la salud y educación, figura en el puesto 51.

El país presenta una tasa de alfabetización del 99.8%; cuenta con 70.594 médicos para una población de 11.2 millones (1 médico por cada 160 habitantes); un índice de mortalidad infantil de 5.3 por cada mil nacidos vivos (en los EE.UU. son 7, y en Brasil 27); 800 mil diplomados en 67 universidades, en las que ingresan cada año 606 mil estudiantes.

Hoy día Cuba mantiene médicos y profesores trabajando en más de 100 países, incluido Brasil, y promueve en toda América Latina la “Operación Milagro”, para curar gratuitamente enfermedades de los ojos, y la campaña de alfabetización “Yo sí puedo”, con resultados que convencieron al presidente Lula a adoptar el método en el Brasil.

Habrá, sí, cambios en Cuba cuando cese el bloqueo de los EE.UU.; cuando sean liberados los cinco cubanos presos injustamente en la Florida por luchar contra el terrorismo; y si la base naval de Guantánamo, utilizada ahora como cárcel clandestina -símbolo mundial del irrespeto a los derechos humanos y civiles- de supuestos terroristas fuera devuelta.

No esperemos, sin embargo, que Cuba quite de las entradas a La Habana dos carteles que nos avergüenzan a nosotros los latinoamericanos, que vivimos en islas de opulencia rodeadas de miseria por todos lados: “Cada año 80 mil niños mueren víctimas de enfermedades evitables, Ninguno de ellos es cubano”. “Esta noche 200 millones de niños dormirán en las calles del mundo. Ninguno es cubano”.


(Traducción de J.L.Burguet)-
Frei Betto es escritor, autor de “Calendario del poder” entre otros libros.
LA PUTA GRANÁ añade: Si algo muestra la reflexión de Fidel que con tanta prisa comentan a ciegas -¿o a tontas y a locas?- los medios de incomunicación y manipulación ideológica de la dictadura global pornocapitalista es que en Cuba existen estructuras políticas radicalmente democráticas. Y él a los miembros de la Asamblea del Poder Popular les presenta una vez más las cartas sobre la mesa. Esa Asamblea lo ha elegido repetidas veces para los cargos de Jefe del Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FARC). Ahora sólo les comunica su sabia y humilde decisión. ¿Cuándo el puto monarca de la Patraña de los Bribones borbónicos podrá tomar una decisión personal de tan entrañable valor moral, ético y político?