miércoles, 12 de marzo de 2008

Un día como hoy de hace 22 putos años


El 12 de marzo de 1986 pasará a la historia más infame de la contribución de la Plataforma Sangrienta Obscena Estadunidense a la jodida Historia de la Organización del Terrorismo desde América del Norte.

Desde aquel día algunos no hemos dejado de recibir derrotas colosales: ¿De Rota Tras de Rota hasta la De Rota final del Imperialismo o de nosotros?

El Puto PSOE llegó al poder oligárquico español siguiendo los putos planes imperiales de los yanquis desde sus centros germánicos de operaciones bélicas.

El 23 de febrero de 1981 fue un golpe de estado estratégico. Nada como ese día en la infame contribución del Rey franquista a la putocracia ibérica actual. Antes de esa fecha el Bribón borbónico no encontraba nada más que manifestaciones populares contrarias a su puñetera presencia. Menuda se le armó unos meses antes en el País Vasco. Aquellas protestas fueron enterradas con la puesta en escena de la meliflua estrategia conocida como doctrina Carter en honor de auqel empresario cacahuetero que ostentó la presidencia de los Bastardos Hundidos de NorthAbélica.

Sólo un mes después del referéndum que el gobierno español del PSOE diseñara para doblegar a los movimientos antiimperialistas se bombardeaba Trípoli, la capital libia. En aquellos años la doctrina Reagan fue más brutal. Durante meses ardieron los gaseoductos soviéticos en Siberia. El complejo militar soviético no pudo aguantar su decadente ruina. Los yanquis no golpearon sólo en un frente.

Como habían predicho los serios Informes del Club de Roma las guerras de alta intensidad por hacerse de los recursos energéticos capitales estaban siendo realizadas siguiendo los maléficos planes del complejo militar yanqui.

La guerra de Irak es un negocio brutal. Desde 1990 a nuestro más actual presente aquella guerra no es más que una más de las estrategias más bestiales del capitalismo asfáltico de las tanatocracias occidentales.

La obra de José Luis Gordillo Nostalgia de otro futuro. La lucha por la paz en la posguerra fría editado por Trotta resulta imprescindible para, al menos, entender la enorme envergadura de nuestras putas derrotas.


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