lunes, 8 de febrero de 2010

Del Puto Reino FrancoBourbónico de los Bribones: el Borbonazi

El golpista y el emperador

A punto de cumplirse el 29 aniversario del 23-F, Obama recibe al “Fujimori” español


Amadeo Martínez Inglés
insurgente, 8 de febrero de 2010

Juan Carlos de Borbón y Borbón, heredero de Franco y jefe del Estado español a título de rey desde noviembre de 1975, el “Fujimori” español, el presunto golpista de alto estanding (lo de “presunto” no deja de ser una piadosa concesión personal al Estado de derecho en el que teóricamente nos desenvolvemos los ciudadanos españoles en espera de que el Congreso de los Diputados, que ya ha recibido la correspondiente denuncia, ose pronunciarse al respecto) que el 23 de febrero de 1981, sentando con ello un perverso precedente histórico que no dudaría en aprovechar once años después el ahora condenado ex presidente de Perú apodado “el chino”, patrocinó una oscura, chapucera, ilegal y anticonstitucional maniobra palaciega, un auténtico autogolpe de Estado, con el fin de asegurar su preciada corona, será recibido y agasajado el próximo 17 de febrero en Washington por el “emperador” Obama. Escasos días después de que la derecha meapilas norteamericana, el lobby espiritual denominado “La Familia”, en el pomposo “Desayuno Nacional de Oración” y con la aquiescencia del mediático inquilino de la Casa Blanca, haya obligado a confesarse de todos sus pecados y a introducirse públicamente en el controvertido escenario bíblico al antes agnóstico, rojo, feminista, republicano, progre, atrapacuras, látigo de los obispos y sobre todo socialista, jefe del Ejecutivo español, señor Rodríguez Zapatero.

O sea, centrándonos en el evento del próximo día 17 de febrero (los ejercicios espirituales de ZP en el Hilton de Washington ya han pasado a los anales de las especiales y muy controvertidas relaciones España-USA) nos encontramos, a punto de cumplirse el vigésimo noveno aniversario de aquél evento tan traumático para los españoles como fue el 23-F, con el siguiente pútrido escenario internacional: el comandante supremo del Occidente civilizado, el gurú de los demócratas de todo el mundo, el flamante Premio Nóbel de la Paz, el centinela universal de los derechos humanos, el cerrojo de Guantánamo, el gran humanitario de Haití, el hombre de color (solo “bronceado” para el premier Berlusconi) designado por Dios para defender al hombre blanco del perverso Islam (a golpe de marines, naturalmente)… va a ser el anfitrión, el valedor, el sonriente compañero fotográfico de un jefe de Estado como el español que no disfruta de ninguna credibilidad democrática, heredero de uno de los dictadores más sanguinarios del siglo XX (del que recibió su espuria “legitimidad real”), que juró ante los Evangelios respetar y defender los principios y las leyes del fascismo “made in Spain” institucionalizado durante cuarenta años por su siniestro mentor y que, al igual que haría años después en el Perú el presidente Alberto Fujimori (recientemente condenado por la justicia de su país a 25 años de prisión), se permitiría organizar en España su particular autogolpe de Estado y sus expeditivos batallones de la muerte. El primero (el 23-F), para acabar con los militares radicales de la extrema derecha que ansiaban su caída por haber traicionado a su generalísimo; y los segundos, para desmantelar a través de la guerra sucia y de los crímenes de Estado la organización separatista ETA.

Insisto, el emperador de Occidente, el gendarme unipolar, la gran esperanza tornasolada de una civilización en crisis global, va a dar su respaldo moral, con esta visita, a

- un monarca como el español que, como acabo de señalar, adoptando la misma artera disposición que haría suya un par de lustros después el inefable “chino” peruano, dejaría hacer a sus generales de despacho (Armada y Milans) para que salvaran su corona como fuera, pasándose la Constitución (la suya) y las leyes (las españolas) por el arco del triunfo; y un par de años después miraría para otro lado, se taparía su robusta nariz y pondría su dedo gordo de la mano derecha mirando al infierno cuando, en 1983, los servicios secretos militares propusieron al Estado español, a través de la ya muy conocida en medios políticos y judiciales como “Acta fundacional de los GAL” (que recibió, además de su regia persona, el Gobierno en pleno y la cúpula militar) el inicio de la guerra sucia contra ETA; con el consabido corolario de asesinatos (28, de momento) y secuestros (1, que se sepa).

- un primer mandatario de la nación española que en los últimos 30 años ha pasado, de estar permanentemente con una mano delante y la otra detrás, a ser poseedor de una de las mayores fortunas personales de España, Europa y el mundo; pelotazo financiero, milagro institucional conseguido, además, con un “modesto” sueldo medio anual de 6 millones de euros.

- un apasionado gentleman con corona que se ha permitido dilapidar, un año tras otro, una parte substancial de los fondos reservados que este país dedica a la lucha contra el terrorismo, la seguridad nacional y el narcotráfico, en pagos irregulares para neutralizar los chantajes sexuales a los que le sometió una de sus numerosas amantes; que tuvo la inteligente previsión de filmar subrepticiamente las francachelas regias a las que la sometía su apasionado partenaire.

- un militar de alto copete (aunque de pega) que, a sus 18 años, siendo veterano cadete del Ejército español por deseo testicular de su amado generalísimo Franco y experto por lo tanto en el uso y manejo de toda clase de armas portátiles, mató en el año 1956 de un certero disparo en la cabeza a su hermano D. Alfonso de Borbón, mucho más inteligente que él y al que su padre, el conde de Barcelona, pretendía cederle sus derechos dinásticos. Sin que la Justicia, hasta el momento, se haya permitido decir nada sobre semejante homicidio y posible fratricidio premeditado.

- un campechano “dictador en la sombra” que, con el señuelo de traer derechos y libertades a unos súbditos que jamás lo eligieron para el alto puesto que ocupa, no ha tenido ningún reparo en convertir durante los últimos treinta años la finca celtibérica que le regaló su genocida protector (España) en su cortijo particular, en su finca de recreo, en su país de las maravillas, en su picadero regio… reinando (y gobernando a placer entre bambalinas) sobre un país asustado, dócil hasta la nausea, y con el trauma permanente de una férrea dictadura militar de 40 años.

Sin duda muchos españoles de buena fe, de los llamados “de a pie”, pensarán que una visita protocolaria como ésta, inmersa en la cortesía diplomática internacional y que forma parte del tradicional vasallaje que “el rey de todos los españoles” ha venido rindiendo todos estos años a los sucesivos emperadores USA, no debería suscitar una especial atención ni para el común de los mortales radicado en este país (que bastante tiene el pobre con nadar veinticuatro horas al día contra la corriente de la feroz crisis que le empuja al precipicio) ni para cualquier periodista o analista político que se precie. Enfrascados estos últimos meses en la ardua tarea de debatir el negro horizonte electoral del presidente Zapatero, el paro desorbitado, el futuro de las pensiones, los taconazos futbolísticos o los ex abruptos barriobajeros de la sargento/presidenta de la Comunidad de Madrid. Pero un malintencionado historiador o un perverso escritor como el que suscribe no podía dejar de aprovechar la ocasión (estamos a muy pocos días del 29 aniversario del “tejerazo” o mejor dicho del “borbonazo”) para bautizar tan (en teoría) inocuo “rendez vous” diplomático entre el rey de España y el presidente norteamericano, como el de “el golpista y el emperador”. Porque, desde luego, así es y así debe pasar a la historia.

Y digo inocuo en teoría porque el trasfondo real de tan estúpido encuentro Obama-Borbón no lo es en absoluto. ¡Qué mundo este del Occidente civilizado, de los derechos humanos, del TPI (Tribunal Penal Internacional) y de la justicia universal promovida por el inefable justiciero español y conferenciante de lujo “Garzonator”! Con más varas de medir conductas descarriadas que amapolas tiene el campo en primavera. Veamos. En un caso, en el del peruano Alberto Fujimori, alias el chino (y estamos hablando de un país en vías de desarrollo y con su credibilidad democrática manifiestamente mejorable) se juzga a un ex primer magistrado de la nación (con toda la razón por supuesto) por auto golpista y terrorista de Estado (25 asesinatos y 2 secuestros) y, sin embargo, en otro muy similar, casi idéntico, esta vez en la demócrata, europea, avanzada, cristiana y desarrollada España, el presunto auto golpista y asimismo terrorista de Estado (28 asesinatos y 1 secuestro), el malversador de fondos públicos, el fratricida, el corrupto (ha recibido y recibe yates, coches de lujo, palacios, fincas y…hasta herencias, de particulares), el hombre de pésima catadura moral que, como ha sido norma por otra parte en todos sus regios predecesores, lleva ejerciendo de “golfo institucional” más de treinta años… no solo sigue ahí en su poltrona del palacio de La Zarzuela, inviolable, irresponsable, ajeno a cualquier cuenta con la justicia sino que, además, es recibido con todos los honores por el amo del mundo, por el presidente norteamericano, en el “sancta santorum” de su poder, en el Partenón yanqui, en el lugar sagrado donde reposa el poderoso maletín nuclear que puede mandarnos a todos los mortales, en cuestión de segundos, a freír puñetas.

Desde luego, este príncipe de la paz, este primer emperador “bronceado” que ha tenido el mundo (el occidental, pues el otro obedece sin tapujos a Bin Laden), este comandante en jefe de las fuerzas globales que, según su propia confesión, “hace la guerra (dos mejor que una) para asegurar la paz mundial”, este escurrido mesías que encandila a las masas con su fácil verbo de predicador visionario… debería seleccionar mejor a sus invitados institucionales. Si el Fujimori ese (el de verdad, el peruano, el chino, don Alberto) resultó ser un golpista de salón y un terrorista de Estado de vía estrecha y, en consecuencia, con la inestimable colaboración de la CIA (que en noviembre de 2005 lo llevó con engaños de su exilio dorado en Japón a Chile), fue juzgado y condenado nada menos que a 25 años de prisión, debería obrar de igual forma ante casos similares y en lugar de invitar a su casa al “Fujimori borbónico” que le va a visitar dentro de muy pocos días y, puesto que en España la justicia es impotente constitucionalmente para llevarlo ante los tribunales, sentar las bases (echando avispas en sus intimidades a los sabuesos de la CIA especializados en estas cuestiones) para que el TPI pueda conocer, entender y juzgar sus andanzas golpistas y terroristas. Lo de perseguir a Bin Laden contra viento y marea por los secarrales paquistaníes está bien, aunque alguien deberá pagar algún día por los centenares de miles de muertos iraquíes y afganos que se ha llevado por delante tamaña persecución global, pero resulta meridianamente claro que también existen otros delincuentes occidentales en muy altos puestos de sus respectivos escalafones nacionales, sin barba y sin túnica pero seguramente con más poder y más mala leche, que se merecen atención y castigo. Por sus crímenes de lesa humanidad, mayormente.

Los españoles, señor Obama, señor emperador del orbe civilizado, somos la mayoría republicanos aunque solo lo manifestemos en la intimidad de nuestra cobardía personal, y en estos momentos, aún cuando permanezcamos calladitos y quietecitos como solemos hacer históricamente hasta que algún alcalde pueblerino nos echa al monte con su proclamas patrioteras, estamos hasta los mismísimos de todo lo que nos rodea: del monarca golferas que nos metió el dictador Franco a frotamiento duro en 1975; de la modélica transición (que no ha tenido nada de modélica ni ha sido verdadera transición) que parieron al alimón franquistas y monárquicos; de la rueda de molino denominada Constitución de 1978 que tuvo que tragarse el pueblo español a golpe de propaganda y miedo; del actual Estado de las autonomías (un federalismo vergonzante “made in Spain”) que nos está arruinando y enfrentando; de los políticos (y políticas) analfabetos que se apuntan a las listas cerradas de los partidos para sentarse en el Congreso, cobrar un buen sueldo y poder aspirar mejor al clásico pelotazo financiero; de la crisis económica que corroe a este pueblo más que a otros, muy mal gestionada por los estúpidos e indocumentados que nos gobiernan, y que ya ha lanzado a millones de españoles a las colas del hambre; del veleta y católico sobrevenido ZP, que lleva años ejerciendo de zombi presidencial, mentiroso compulsivo y alocado jefe de Ejecutivo; y, también, del soseras que aspira a reemplazarle cuando este país sea un auténtico erial: el coñazo de Rajoy…

Pregúntele, pregúntele, señor Obama, al rey golpista español (en la actualidad el único que existe en su género en el amplio abanico de naciones que integran el mundo que usted dirige) en su íntima charla del día 17 de febrero, como piensa gestionar la salida al caos integral que se ha instalado entre los españoles y que empieza a amenazar ya su preciada corona; él que constitucionalmente debe coordinar y arbitrar las instituciones españolas, en estos momentos totalmente inoperativas y al borde del colapso. Porque en esta España que según el presidente Zapatero es el orgullo de la gran Europa; en este viejo país que, después de creerse durante años que era de verdad inmensamente rico y capaz de sobrepasar a alemanes y franceses, se afana ahora en fabricar mes a mes decenas de miles de mendigos y desesperados, la cosa está que arde. Muy fea. Y como sigamos por este camino (no hacen falta años, solo meses) el día menos pensado aparecerá por La Castellana, surgiendo del hambre, el hastío y el rencor, el numerosísimo ejército de parados reclutado en los dos últimos años por ZP, armados de palos, guadañas, navajas barberas, facas destripagabachos, barras de hierro, escopetas de caza… y demás adminículos ofensivos utilizados históricamente por la plebe para facilitar los cambios políticos traumáticos, dispuestos a pasarse por la piedra lo que sea, incluido el mismísimo palacio de La Zarzuela. Con el gusano franquista dentro. ¡Ah, y también, faltaría más, la modesta residencia aneja al anterior (800 millones de las antiguas pesetas) que, en virtud del artículo 47 de la sacrosanta Constitución española del 78, le correspondió en suerte al principito vaguetón!

1 comentario:

natalia_paperblog dijo...

Buenos días,

Quisiera disculparme, pero no he encontrado otra manera de contactarte que a través de los comentarios.

Me pongo en contacto contigo para invitarte a conocer Paperblog, http://es.paperblog.com, un sevicio de difusión cuya misión consiste en identificar y dar a conocer los mejores artículos de los blogs inscritos. El tuyo se adapta a nuestros criterios de calidad y creo que tus artículos resultarían muy interesantes a los lectores de la temática Sociedad.

Espero que encuentres el concepto interesante y te motive. Mientras, no dudes en escribirme para conocer más detalles.

Atentamente,

Natalia