jueves, 4 de marzo de 2010

Sobre la Puta Ignorancia que condena sin Juicio en este criminal Reino FrancoBourbónico

Hemos leído la sentencia que condena al súbdito Arnaldo Otegui a dos años de cárcel y a 16 años de inhabilitación. Nos hemos quedado peor que anonadados. La jueza que firma ese acto público de Injusticia o bien no sabe nada ni de lógica, ni de derecho ni de política y lo único con lo que ejerce es con más que su supina ignorancia o lo que escribe es ininteligible.

Le molesta que Arnaldo Otegui eche mano de la figura de Nelson Mandela. La jueza hace malabarismos con la historia. Quiere y desea que el líder sudafricano sea un personaje bueno, bello y pacífico. Todo muy de cuento infantil. La mísera botarate se inventa hasta la biografía del máximo responsable de la organización armada Umkhonto we Sizwe (La Lanza del Pueblo). Se habrá creído la pobrecica que quien lo liberó de las cárceles del apartheid fue la tramoya massmediática con su pestilente circo mundial de los astros de la música. Quizá en esa onda pueda perseguir a la banda irlandesa de U2 por usar como nombre el de una conocidísima aeronave bombardera del imperialismo yankee. Así que no nos queremos ni imaginar lo que hará como le caiga en sus manos alguna de las obras de Piero Gleijeses, seguro que dicta un auto de busca y captura. Pobre profesor ¡¡¡lo que le puede caer si en este Reino se publica alguno de sus imprescindibles investigaciones en forma de libros!!! El profesor de la John Hopkins University sí que sabe lo que hay detrás del respeto que Nelson Mandela le tiene al líder revolucionario cubano Fidel Castro. La suerte del régimen racista implantado en Sudáfrica tuvo sus días contados desde la derrota de su ejército en batallas como la de Cuito Cuanavale. Sí, gracias a la violencia armada de las tropas cubanoangoleñas se liberó a Sudáfrica del puto apartheid. Y por la sangre derramada de aquellos hijos fue que Nelson recobró su libertad. Y eso Mandela lo sabe y en gratitud honró a los revolucionarios internacionalistas visitando a Cuba nada más salir de la puta prisión en la que los jodidos racistas le metieron en vida...

Por otra parte es llamativo ver como la jueza le echa la bronca a Otegui. Se la echó en la vista oral del juicio y se la vuelve a echar en la sentencia escrita. Inaudito. Pierde los papeles en más de una ocasión. Se le nota muchísimo que va por él. Se ensaña contra él. Disfraza sus palabras retóricamente como si fueran argumentos racionales. Y se nota que la pobre no ha leído ni siquiera obras como la Política de Aristóteles. Pues hace malabarismos conceptuales con las palabras. Se parece al Humpty Dumpty de Alicia en el País de las Maravillas. Al parecer está convencida de que las palabras significan lo que su señoría dicta neciamente lo que han de significar. Como si fuera la dueña de lo que ellas deben significar. Patético.

Niega en plan tabernario que en el Reino francoBourbónico existan presos políticos. Según ella, no hay ni uno –ni uno solo, reafirma–. Pues si tuviera más conocimientos de los que tiene y leyera más de lo que le obligaron a hacerlo para obedecer por mandato lo que la burricie le imponía, se habría dado cuenta de lo contrario. Que todos, absolutamente todos los presos son, por definición, políticos. Otra cosa es que ella crea –como creencia impuesta a sangre y fuego a los súbditos aznarfabetos de este Reino FrancoBourbónico– que la política se reduce al campo de la representación partitocrática del poder social. Pero: no es así. No es tan simple ni tan sencilla la cosa de la política.

Lo que resulta paradójico en extremo es que por querer negar que en este Reino de la Patraña haya presos políticos ella los genere con su sentencia. Otegui ha sido condenado por una frase que puede ser escrita por cualquier historiador que conozca las reglas mínimas de su oficio. Así que si se hace firme ya habrá jurisprudencia para que tiemble cualquiera que quiera practicar el maravilloso trabajo de contar materialmente la historia real.

Y es que esta señora no sólo ha perdido el Juicio, sino que hasta se comporta maternalmente con el súbdito vasco de la monarquía FrancoBourbónica. Le pega una regañina en plan niño malo y rebelde. Como si a los luchadores por la verdadera democracia y la auténtica libertad les sirvieran los cuentos basados en el miedo. Ya nos lo mostró el maldito Spinoza: hay que actuar como seres libres sin miedos y sin esperanzas. Y esa sí que es una buena lección ética para comprender nuestra historia.

No sólo corren peligro en este miserable Reino, desde que se haga firme la sentencia, los defensores de Eta –apologetas– sino cualquiera que investigue las causas reales de su existencia. Las argumente y las justifique. Para entender mejor por qué una organización como ella puede llevar más de medio siglo perseverando en su ser armado.

Esa jueza nada en un océano parecido al de los angelicales Testigos de Jehová. Ella creerá que es muy fácil condenar la violencia. Hacerlo y cambiar todo se hará en un pis pas. Cualquier científico que estudie las causas materiales de lo que ocurre será llamado al orden. Será juzgado, sentenciado y condenado. Estúpida concepción de la vida y del conocimiento. Cualquiera que vea la realidad realmente real como fuente de conflictos, como hacen los biólogos cuando hablan de la biocenosis podrá ser condenado sin contemplaciones. Se exige acatar sin rechistar esa idea pusilánime y pegajosa de la Felicidad consumista de una suciedad de gasto, consumo y exploto que tan de suyo poseen para sí los canallas.

Jueces así no se enteran de las impresionantes lecciones magistrales que se desprenden del caso de Otegui para la lucha independentista que Batasuna o Eta llevan a cabo. Por no saber ni tan siquiera pensar lo que hacen con sus majaderos sobresaltos no es otra cosa que lanzar contra la calle el barreño del agua sucia sin percatarse que el niño iba dentro. Siembran a diario el horror más terrorífico y a cambio... qué pretenderán recoger...



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